° • 9 • °

1K 98 3
                                    

El sonido de los disparos resonaban en mi cabeza horas después de que mi maestro y yo habíamos vuelto a la nave después de haber pasado la noche bajo una pared derrumbada como única manera de ocultarnos de los enemigos que nos acechaban.

Sostenía mi cabeza entre mis manos tallandome constantemente la cabeza con nerviosismo.

En mi primera misión fuera de la nave había fallado. De un momento a otro sentí como si nuestro acuerdo corriera peligro de quebrarse y que Kylo decidiera tirarnos al espacio por mi incompetencia.

Oh Dios, lo había arruinado todo


- Mi lady.- Dijo un androide médico parado frente a mi, ni siquiera me habia dado cuenta de su presencia, asi de perdida me sentía aun. - El líder Supremo se encuentra estable, será cuestión de tiempo para su completa recuperación.

- Bien... am, gracias... ¿Será... posible que me quede hoy con el?

- Claro, aunque no se lo recomiendo. Está en un profundo coma inducido, una medida que tomamos para que durante los procedimientos necesarios no sufra dolor.

- Esta bien, me quiero quedar con él.

- Sigame porfavor.

Bajando de la mesa metálica en la que me encontraba seguí al androide hasta la habitación. Cruzando el umbral de la compuerta,caí en cuenta que nada me podía preparar para lo que vi en ese momento. Kylo... mi maestro... lleno de tubos por todas partes con algunos androides cirujanos creando tejido sobre sus profundas heridas. Me tape la boca inmediatamente y me senté junto a la cama de mi maestro sollozando lo más silencioso que me pude.

- Los dejaremos solos. Llámenos si necesita algo.

Asentí y en el acto los androides cirujanos salieron junto al androide médico. Habiendo salido todos, me heche a llorar ocultando mi cara en mis manos. Me sentía impotente y miserable. Si no hubiera perdido el paso de mi maestro por ese pequeño segundo en donde nos separamos, nada de esto estuviera pasando. Ahora he puesto en riesgo nuestra supervivencia y aún peor, el de nuestro planeta.

Tomando con cuidado la mano de mi maestro me incline sobre ella y recargando la frente susurré:

- Porfavor... Piedad...

Jadee tallandome los ojos. Tenía mucho miedo, aun lo tengo ¿Es mi culpa? El miedo es algo a lo que me había habituado en mi planeta. Todo lo nuevo era peligroso, todo lo ligeramente diferente era aterrador, por eso siempre estuve a raya. Nunca me metí en problemas, fui buena hija, buena trabajadora, buena amiga... o almenos eso creí. Ahora que no estoy en mi pequeño planeta, me siento diminuta y sola. No se a donde ir ni qué hacer...

- No se que hacer...

- Llorar no te dará la respuesta.- Escuche desde la compuerta.

Inmediatamente me levante alerta y disimulando lo mejor que pude mis sollozos. Un hombre de cabello naranja y piel pálida me miraba con cierto aire de superioridad.

- Tu debes ser la aprendiz del Líder supremo, Tara.

- Si, ¿y usted es Hux?

- Vaya, muy intuitiva. ¿Que me delató?

- Nadie sin una máscara se ha atrevido a verme a la cara, usted sin embargo parece divertirse con mi llanto.- Dije lo más borde que pude,

Aclarándose la garganta, tratando de ocultar una risita, continuó hablando caminando hacia el Maestro Ren.

- Muy bien, pues si, soy el General Hux. Un placer conocerte.- Vamos, se que no lo es. Al menos no para ti.- Aunque me hubiera gustado conocernos en otras circunstancias, vine aquí para informar que ahora, debido al estado de Kylo Ren me veo obligado a hacerme cargo de las responsabilidades de su puesto. De manera temporal, claro.

- Me da la impresión de que no es ninguna carga para usted, General Hux.

- Oh no, claro que no. Será como un favor de mi parte para Kylo Ren. No es ninguna carga.

Su actitud arrogante y sarcástica me había hartado aunque trate de asimilarlo lo mejor que pude. Acariciando el mango de mi sable comencé a rodear la cama de mi Maestro sin quitarle la mirada de encima.

- Muy bien, General Hux. Me alegra notar su actitud cooperativa ante la situación que se presenta actualmente, asi que dejeme ser clara con esto...

Sacando mi sable de su lugar y encendiendolo terminó dejándolo a centímetros de su garganta. Inmediatamente su sonrisa desaparece y noto un poco de sudor en su frente ante el nerviosismo que sentía, no hacía falta la fuerza para notarlo.

- Yo estaré de primera mano cuidando de que cumpla con dichas responsabilidades de manera correcta y concisa, así cuando EL LÍDER SUPREMO KYLO REN vuelva a recobrar su fuerza para retomar sus actividades, yo seré quien le informe de su desempeño, ¿Le parece bien?

Hux jadeó intentando no inclinarse demasiado al frente. Si tan solo se resbalaba un centímetro, sería el fin del General Hux.

- Comprendo completamente.

-Bien.- Dije apagando mi sable y colocándolo en mi cinturón. - Le agradecería que ahora me dejara a sola con mi maestro, si no es mucha molestia.

- Por supuesto que no.- Se apresuró a decir a la vez que camino hacia la salida, solo cuando hube escuchado la compuerta cerrarse detrás de él suspiré aliviada llevando mi mirada ahora al rostro de mi maestro.

En cuanto se fue me incline sobre mi pecho dejando salir un sollozo que había estado reteniendo todo este tiempo. No pretendo ser superior a Hux, si no que si aún tengo manera de encontrar clemencia a traves del agradecimiento de Ren por haber defendido su autoridad aún cuando sea ir contra todos los que le siguen en la línea de poder, lo haría.

Ahora no me detendría en pensar por mi vida antes que por la de mi familia. Si tengo que morir para que ellos sean libres, lo haré.

-✏️

[[ C r a c k e d ]] (Kylo Ren)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon