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K y l o . R e n

Flotaba en un espacio completamente oscuro como nunca antes había visto. Me sentía en una especie de limbo, como si me debatiera entre la vida y la muerte. Sabía que no quería luchar más, solo me quería llevar, acabar con el dolor que quemaba cada parte de mi cuerpo y mi conciencia.

Estaba derrotado... Pero algo no me dejaba ir. Era una fuerza más grande que la mía y no parecía estar conciente de mi presencia. La podía sentir, tan cálida y suave que una parte de mi se negaba a irse con tal de quedarse un tiempo más dentro de esa fuerza, dentro de esa aura.

Cerré mis ojos y dejé llevarme por esta fuerza. Poco tiempo después me sentí sobre una superficie suave y tierrosa.

Abrí mis ojos inmediatamente cubriéndolos al encontrarse estos con el sol. Me puse en pie y camine por el lugar topandome con un pequeño pueblo en medio de la arena. A las orillas de este estaba un templo Jedi repleto de niños peleando con espadas de madera. Esto me trajo muy malos recuerdos haciendo que apretara los puños. El sueño se torno nublado y el templo comenzó a llenarse de gritos. Giré mi cabeza y entre al templo para encontrarme con un grupo de caza recompensa disparando a diestra y siniestra, entre ellos, un sable de hoja negra atravesó a varios maestros que intentaban proteger a los niños, de entre ellos una niña ligeramente parecida a Tara sollozaba sola en un pilar, alejada de la masacre.

- Tara... .- Pensé y de inmediato fuí enviado a otro escenario. Ahora había una mujer extendiendo un sable color púrpura sobre un cuerpo aparentemente muerto, teniendo a la niña detrás de la viga observándola con cierto miedo. La mujer apagó el sable y se inclinó para tomar algo del suelo, cuando lo levantó me di cuenta de que era el mismo sable de luz de el caza recompensas de antes.

El sable de Tara.

De nuevo fuí enviado a un escenario diferente, la misma mujer entregaba en brazos a la niña a una pareja de cabello oscuro y ojos verdes.
Acercándome más escuché como está susurraba algo al oído de la niña para luego levantarse y mirar a la pareja.

-"Cuidenla por mi, se que esta en buenas manos"

La mujer dio una última mirada a la niña y acariciando su cabello de tono rojizo beso su frente.

Apareciendo en otro lugar me di cuenta de que estaba en la ruinas del templo Jedi que vi quemándose hace un rato. La mujer sostenía el sable negro en una mano y guardándolo en una caja negra lo sepultó usando la fuerza logrando que esté desapareciera entre la arena.

-"Prometo que nadie te acercará a este camino de muerte y maldad. Aún si yo misma tengo que morir para evitarlo."

Por un segundo me sentí rodeado de un inmenso frío que me hizo helar los huesos. Sin poder conciliar calor terminé por doblarme sobre mis rodillas apretando los ojos con fuerza hasta que por fin el frío desapareció.

-"Lo prometo..."

Abrí los ojos de nuevo encontrándome junto a la niña de hace un rato, sentada en la arena viendo el atardecer volverse noche. Algo me empujaba hacia ella, algo dentro de mi sabía quién era pero por otra parte no quería descubrirlo.

Esta conexión era inusual, lo sabía, jamás había estado tan presenté en la mente de nadie y mucho menos de una manera tan palpable. Esto no era normal.

Inclinándome sobre la niña toqué su hombro suavemente sabiendo que quizá no podría sentirlo.

-Tara...

La niña se giró dejándome ver esos enormes ojos verdes antes de que una fuerza me empujara lejos de ella hacia el espacio oscuro en donde me encontraba en el principio.

Jadee intentando sostenerme de algo pero nada funcionaba, estaba en una infinita caída libre sin nadie alrededor quien pueda escuchar mis gritos de ayuda. No pasó mucho para que otros gritos que he escuchado a lo largo de mi vida se unieran en coro a mi agonía.

Podía reconocer cada uno de los gritos que escuchaba y también los lugares donde los había escuchado.

Cubrí mis oídos con las manos pero no fue suficiente, los gritos se hacían más y más fuertes haciéndome perder la cordura a cada segundo. Di un grito de dolor dejando unas lágrimas volar en el aire alrededor mío, sucumbiendo a la oscuridad.

.

.

.

- Ben...

Tomé una bocanada de aire, cómo si la voz de ella me hubiera traído de vuelta a la vida. Recordé su mirada y entonces lo ví como si se tratara de una cámara lenta. Sus ojos verde olivo, su cabello largo que brilla a la luz y su piel ligeramente bronceada por el clima de su planeta. El simple recuerdo de su mirada me regreso la paz de mi sueño y nuevamente sentí esa sensación de flotar, dejándome llevar por la fuerza, su fuerza.

- Tara...

-✏️

[[ C r a c k e d ]] (Kylo Ren)Where stories live. Discover now