° • 7 • °

1.1K 100 9
                                    

La vida se había vuelto menos asquerosa las últimas semanas. Mi maestro y yo habíamos dejado de lado la práctica en el control de la fuerza y nos habíamos centrado en mi punto más débil, el físico.

El entrenamiento seguía siendo duro, pero me había habituado a ello, además, mantenía en mente el trato que habíamos hecho así que cada vez que me diera la sensación de querer arrancarle la cabeza, conservo la calma con la esperanza de abrazar a mi Padre de nuevo.

- ¡Gira!

Kylo gritaba indicaciones a la vez que yo intentaba acatarlas al segundo.

- Mantén la fuerza en tu abdomen.

Jadeaba, era la tercera hora de nuestro entrenamiento vespertino y mis piernas estaban a nada de ceder, solo que el incesante calor de el sable de Ren a centímetros de mi piel me permitía continuar alerta.

- Vamos, ¡Ataca!

Ren me dió una estocada directa, lo deje pasar y sostuve su brazo. El intentó quitarme de encima jalandome del otro brazo pero me escabullí debajo del que tenía a atrapado y le hice una llave en la espalda sacando mi sable con mi otra mano encendiendolo y posandolo cerca de su cuello sin llegar a tocarlo.

Kylo bufo y haciéndome una seña lo solté. Justo cuando estaba por darme la vuelta para darle la cara él me tomó del brazo y tirandome al suelo se puso sobre mi y clavó su sable junto a mi cabeza. Cerré los ojos como reacción solo abriéndolos al escuchar un quejido de su parte. Respiraba demasiado fuerte, eso no estaba bien.

- ¿Maestro Ren?, ¿Está bien?

Gruñó en respuesta y se quitó de encima mío.

- Te distrajiste, un error fatal en combate pero aún peor, perdiste tu sable.

Me senté en el suelo y busque mi sable con la mirada, encontrandolo a unos dos metro de mi.

- Lo lamento, Maestro. Solo que.. pensé que había ganado.

Kylo se apresuró hacia mi y tomándome del cuello de mi traje nuevo me levantó dejando mis pies colgando.

- Nadie gana hasta que el enemigo muere. No pienses ni por un momento que te tendrán clemencia, ellos buscarán asesinarte a toda costa y tú debes pensar igual. ¿Entiendes?

Volviendo a ponerme en el suelo, me relaje. No estaba cómoda con el hecho de que aún insistiera en llevar esa máscara encima, ya conocía su rostro ¿Que no podría quitarse eso aunque sea conmigo?. Además, no estaba de acuerdo con el, yo no tenía madera de asesina y no quería empezar a tomar ese camino.

- No necesito leer tu mente para saber que no estás de acuerdo conmigo...

Tragué saliva, odio tener una cara tan expresiva, especialmente ahora. Suspiró dandome la espalda.

Si soy sincera, recientemente me había sentido aun mas presionada que antes. Toga insiste en saber cuando podremos volver a casa y lo único que había podido hacer era alegar a nuestra amistad para que confiara en mi al decir que pronto volveríamos. Me dolía no poderle dar la respuesta que buscaba pero la cosa es que yo tampoco sé cuándo volveremos a casa.

Tenía que preguntarle al maestro Ten, por más aterrada que me ponga la simple idea de cuestionarlo, tenía que hacerlo, por Toga, por mi Padre.

- Sigue tu, trabaja en ese ataque. Nos vemos mañana.

- ¿Maestro Ren?

Detuvo su apresurado paso frente a la compuerta y se giró ligeramente hacia mi, esperando a que hablara.

[[ C r a c k e d ]] (Kylo Ren)Where stories live. Discover now