Capítulo 40: Fracaso

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La puerta se abrió de golpe, revelando a una muy enojada e intimidante Irene.

"¡¿QUÉ MIERDA CREEN QUE ESTÁN HACIENDO?!" Ella gritó y entró en la habitación.

En el momento que Irene estaba entrando a la habitación Momo y yo estábamos con nuestras espaldas contra la pared, las manos sobre nuestras cabezas y las piernas temblorosas. Nunca en mi vida había visto a alguien tan enojada.

"¡ESTÁN APUNTO DE ESCAPAR!" Ella gritó y exhaló furiosa cuando se dio cuenta de que las 5 chicas no le estaban prestando atención.

Los ojos de Irene eran lo que encontré más aterrador. Usualmente, no podrías saber sus emociones o en qué está pensando. Pero solo con mirarla gritar y maldecir puedes claramente saber que esta herida, enojada, tal vez un poco triste. Todo lo que ella sentía estaba representado por la mirada en su rostro, la forma en la que sus cejas estaban elevadas más alto de lo usual o la forma en la que sus ojos brillaban bajo la tenue luz del sótano. El brillo no era hermoso, no podías perderte en ellos. Era intenso y parecía nunca apagarse, es probablemente lo último que ves antes de morir.

Los ojos de Irene no eran como los de Momo, brillantes y llenos de esperanza incluso si los tiempos son difíciles. A pesar de que, ambas chicas pasaron por difíciles relaciones, una decidió tratar de seguir adelante, lentamente volviendo a como era antes. Mientras que la otra, decidió volverse una criminal, hiriéndose a ella misma y a sus seres queridos en el proceso.

Ahí fue cuando entendí lo mucho que Momo significa para mí; la vez que Irene sacó una pistola y sus ojos se volvieron negros, como el día en el hospital. Ahí fue cuando acepté que el amor es un sentimiento y no puedes alejarlo, incluso si crees que la persona a tu lado no te quiere de vuelta. No importa si lo conoces dos meses o dos años, no importa si confías mucho o no, porque la quieres.

No es como en las películas, donde con un toque sientes un hormigueo en el estómago de que sabes que estás enamorada. Es cuando te encuentras a ti misma en peligro arriesgando todo por ella, renunciando a tus planes y sueños, poniéndola como prioridad incluso si gradualmente te destruye.

Y entonces es tu momento: acéptalo o aléjate. Trabaja y aprende a amarte a ti misma y a tu pareja por igual o lastímate más.

El sonido del arma cargándose me hizo agarrar fuertemente la mano de Momo instintivamente.

"¡CÁLLENSE DE UNA PUTA VEZ!" Irene gritó y apuntó entre Ryujin y Yuna, su dedo apoyándose sobre el gatillo y sin pensarlo dos veces, jalándolo.

El sonido del arma al dispararse resonó en toda la casa mientras todas en el sótano se callaban, procesando lo que acababa de pasar.

Mis ojos se movieron desde Irene hacia las dos chicas y el pequeño agujero detrás de ellas en la muralla. Una de ellas estaba apunto de hablar hasta que la peor pesadilla de Irene se volvió realidad, su secreto había sido revelado.

"¡Joohyun, qué fue ese son--" Yeri entró a la habitación, desorientada.  Seulgi y Sooyoung estaban detrás de ella, las tres chicas vestidas de negro.

"¿Dahyun?" Sooyoung susurró, sus ojos temblaban cuando me vio al otro lado de la habitación, en contra de la pared, temblando.

Irene suspiró en derrota y cayó a sus pies, la pistola que sostenía cayó al suelo a su lado.

"¿I-Irene?" Seulgi habló, siendo la primera en hacer un movimiento y caminar cerca de la mayor, sentándose en el suelo a su lado.

"Dilo." Joohyun dijo, su voz quebrándose y sus ojos cerrándose, dejando que algunas lágrimas cayeran por su rostro.

"¿Decir q-qué?" La chica preguntó y envolvió sus brazos alrededor de la mayor quien ahora estaba sollozando silenciosamente en el suelo.

"Que soy un fracaso." Irene respondió con su voz y cuerpo temblando.

"No lo eres." Seulgi respondió confiada. "Solo estás r-rota, está bien." Ella añadió y acarició la espalda de la mayor.

Todas se mantuvieron en silencio por un momento, mientras que Momo apretaba mi mano de vuelta y me miraba con una mirada preocupada. Ni siquiera ahí, faltaba la chispa esperanzadora de sus orbes marrones.

"No lo está." Joohyun habló y se burló. "Soy..una mala persona." La culpa finalmente golpeó a Irene, quien parecía arrepentirse lentamente de todo lo que había hecho.

"Irene, no lo eres." Seulgi insistió y limpió sus lágrimas. "Vamos a trabajar en ello, ¿bien?" Ella preguntó y abrazó fuertemente a la mayor mientras que ella también se rompía, mostrándole a todas su lado vulnerable por primera vez. "Solo prométeme que lo intentarás. Siempre estaré aquí." Seulgi añadió mientras que ella también comenzaba a llorar.

Ryujin y Chaeryeong junto con Yeji y Jisu caminaron al frente de Momo y yo. Con tristes sonrisas y admiración por nuestra valentía, ambas hicieron reverencias múltiples veces mientras se disculpaban, antes de dejar la habitación.

Yuna giró sus ojos y se mofó cuando fue arrastraba fuera del sótano.

"Chicas.." Yeri dijo con un tembloroso respiro y procedió a moverse cerca a nosotras, pero fue detenida cuando Sooyoung tomó su brazo y la detuvo. Las chicas intercambiaron miradas antes de que ambas dejaran la habitación, dejando a Seulgi, Irene, Momo y yo solas.

El cuerpo de Momo había parado de temblar y ella se veía calmada como nunca, sus ojos siguiendo con simpatía cada pequeño movimiento de Irene.

"Tenías razón, Soy patética." Joohyun admitió levantándose del suelo, sus manos entrelazadas con las de Seulgi. "No espero que alguna vez me perdones." Ella susurró sin mirarnos a la cara. "Me he arrepentido mucho después de verte venir detrás de mí para salvar a Hirai." Ella suspiró. "Gracias."

"¿Ves lo que nos hace hacer el amor, Bae Joohyun?" Respondí y ella sonrió. "Es mejor tarde que nunca."

"De verdad lo siento, por todo. Te lo recompensare, a ustedes dos, a Seungwan también."

"Cuídate, Irene."

SHY | DAHMO | TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora