"La hermandad existe por un propósito, vinimos por un fin que debemos cumplir. Nunca debes olvidar eso"
Son las palabras que desde pequeña, Eleonor, ha escuchado, una y otra vez, cada día de su extraña vida. Ella, una Erea bastante diferente al res...
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Mientras una muere,
la otra florece.
Les recomiendo a las personas que poseen poca paciencia, que en momentos como estos no se desesperen. La paciencia es una virtud, una que no entra en las pocas que poseo. Es por eso que una vez más, me veo tomando una decisión estupida, tonta. Me veo desobedeciendo la orden de mi superiora.
¿Por rabia? No.
¿Por lo que me dijo antes? Tampoco.
Entonces, ¿Por qué lo hice? Quisiera la respuesta correcto para esto, pero no la tengo.
Esto solo nació de mi, lo vi como la mejor decisión. Es por eso que luego de- un solo intento, solo un hermoso intento- logré abrir un portal, que para mi sorpresa podía ver la figura de Ayana, del otro lado; fuerte, a la defensiva, autoritaria. No dudé en pasar, una extraña sensación recorriendo mi cuerpo y luego dejándome como si todo el aire fuera absorbido de mis pulmones.
Corrí a esconderme detrás de una columna, no quería que me vieran. Solo estoy aquí por... ¿Apoyo? No sé, solo sentí que aquí debía estar. Tampoco es que sepa como demonios iba a apoyar si algo se salía de control; por el borde de la columna de piedra, logro ver a varias figuras y entre ellas gran parte son ¿Hombres? ¿Hombres en Erude? Definitivamente son hombres en la isla. Hombres o mejor dicho, hechiceros, hermanos. La mayor abominación creada por los titanes o dioses, realmente la historia de su creación no es muy clara. Sabemos quienes son, una especie de hombres creados a semejanza nuestra; grandes hechiceros, que por avaricia y tentación perdieron todo lo que poseían.
Se hacen llamar "Los hijos del crepúsculo", seres con la misma finalidad que nosotras, cuidar y proteger a los semidioses y al mundo. Somos la paz en la tormenta, luz en la oscuridad y el camino seguro por las noches tempestuosas. Ellos fueron creados como apoyo, para que haya un equilibrio entre la mujer y el hombre, pero desobedecieron a los dioses. Usaron todo su poder para beneficio propio, abusaron de sus hermanas, embarazando a muchas y haciéndonos pagar por sus errores; los dioses quitandonos el poder de crear esa vida. Fue una masacre, los dioses asesinaron a la gran mayoría y otros, como los que se encuentran aquí, lograron esquivar sus garras. Vagando por la tierra causando caos, pero las hermanas tenemos prohibido involucrarnos en sus asuntos.
Se escuchan muchos gritos de las hermanas más jóvenes, Agatha se encarga de crear un muro que protege la zona donde se encuentran las demás, pero abandona la tarea para tomar lugar al lado de, Ayana; Priscila continúa con el muro.
Veo alrededor de veinte hombres. Uno con el cabello blanco largo y atado en una media coleta, con barba larga, pero no exagerada, parece ser el líder. Quien enfrenta a, Ayana con unos trapos color blanco por ropa. No podía ver la expresión de la comandante por la posición que tenía, pero apostaba que estaba enojada.
