"La hermandad existe por un propósito, vinimos por un fin que debemos cumplir. Nunca debes olvidar eso"
Son las palabras que desde pequeña, Eleonor, ha escuchado, una y otra vez, cada día de su extraña vida. Ella, una Erea bastante diferente al res...
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Mantengo mi vista fija en un árbol mientras pienso. Pienso en todo. Pienso en ella.
Me ha sido imposible olvidarme de ella. De esa fuerte sensación atrapante. De esa familiaridad en su presencia y mirada.
Me es imposible olvidarme de Angela Zabat.
Es como una conexión que no puedo explicar con palabras, señas o letras. Ofelia dice que quizá se deba a algo; a algo referente a un tipo unión. Dice que es posible que ésta sea una obra del destino; el juntarnos ahí. El hacerme olvidarla antes. Quizá ella es... ¡No! Sería estúpido que ella sea mi futura protegida. No tiene sentido.
—¡Eleonor!
Doy un brinco en mi lugar al escuchar el fuerte llamado de la maestra Lillith.
Corro hasta ella y escucho atentamente las órdenes de que es mi turno de combatir junto a Ginger.
—¿Lista?— pregunta, luego de hacer la reverencia.
Asiento, sin decir nada.
La veo dar unos pasos atrás, formando unos anillos verdes que rodean sus antebrazos. Una chispa eléctrica recorre mi espina cuando imito su acción. Mis anillos tomando un color anaranjado como el de mis ojos. Ginger corre y parece flotar en el aire cuando hace aparecer unos escalones bajo sus pies que se encienden y desaparecen a medida que ella los pisa, parecen una escalera que la llevará a darme un golpe seguro.
Ruedo por el piso cuando esquivo uno de sus hechizos. Desde mi lugar, le lanzo uno que termina derribándola de los escalones. Antes de que toque suelo desaparece y no me da tiempo a reaccionar cuando aparece nuevamente golpeando mi rostro. El sonido de su pierna golpeando mi mejilla es seco y el de mis huesos crujiendo es ensordecedor. Caigo de lleno a la tierra húmeda, golpeando mi mandíbula rota con ella.
Suelto un grito ahogado por el dolor y me basta con tocar esa parte de mi cuerpo para saber lo destrozada que se encuentra. Varías hermanas se acercan en un intento de ayudarme, pero las detengo con un movimiento de mano, haciéndoles entender que me encuentro bien. Toco nuevamente la zona fracturada y dejo de sentir dolor cuando vuelve a su lugar -ventajas de ser una Erea. Tu solita puedes curarte de forma mágica.
Me pongo de pie indicándole a Ginger que volvamos a la pelea. Soy la primera en lanzar un hechizo que ella esquiva desapareciendo por un portal. Cierro mis ojos intentando concentrarme y los abro al momento indicado. Giro con rapidez al momento justo para detenerla tomando su pierna que iba en mi dirección de la misma forma que antes. Solo que esta vez no logró propinar el golpe.
Tomándola por la misma pierna, la lanzo tan lejos como puedo. Ella cae con fuerza en el suelo y puedo ver que su pierna se encuentra fracturada de una forma horrible y si no veo mal, su hombro está dislocado, formando una especie de joroba en su espalda. Ella grita de una forma agonizante mientras su cuerpo tiembla en espasmos por el dolor; arrastra su cuerpo unos centímetros al ver que no puedo curarse, ¿Por qué no puede curarse si fue la primera en la clase en aprender cómo hacerlo?
