Capítulo 15

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Me resulta difícil divisar lo que se encuentra frente a mi

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Me resulta difícil divisar lo que se encuentra frente a mi. Es como si una gran tormenta de arena estuviera haciendo acto de presencia en este momento, protejo mis ojos para evitar complicaciones. El viento ruge con fuerza y me cuesta poder avanzar.

Varios pasos adelante, diviso dos figuras humanas de pie, como si la tormenta no les afectara.

De repente todo cesa y la imagen queda más que clara:

Dos mujeres de casi la misma edad se encuentran frente a mi y reconozco a una de ellas en seguida. Cabello largo y castaño, piel pálida y hermosos ojos azules, es la mujer que siempre aparece en mis sueños, aquella que vi con esas bebés en sus manos cantando esa hermosa melodía. El viento sopla su cabello con sutileza y es el momento que decido correr mis ojos a la otra mujer...

Cabello rubio, piel pálida, rostro delicado y sus ojos con una mezcla de azul y verde-pueden ser de cualquier color, pero todo a nuestro alrededor se refleja en ellos. Avisto un asomo de sonrisa en sus labios y siento el impulso de correr a ella.

Mis pies dan un paso, sin embargo se detienen cuando me pongo a pensar todo con detenimiento. Su rostro es muy, muy familiar y no lo digo por algún recuerdo, si no porque se que he visto ese rostro constantemente en mi vida.

La castaña me extiende su brazo al tiempo que la rubia ensancha una sonrisa llena de cariño. Veo como mi mano se dirige a ellas por voluntad propia y justo cuando nuestros dedos casi rozan, todo se vuelve negro.

Despierto de golpe viendo a todos lados, Ofelia viéndome como si fuera un espécimen raro y nuevo.

—Conozco ese rostro— susurro, poniéndome de pie y buscando algo para cubrir mi cuerpo solo vestido por el pijama—Debo buscar respuestas— digo, tan bajo que me costó escucharme a mi misma.

Fefe se levanta del sillón donde leía un libro y deja caer sus brazos a cada costado.

—¡¿Qué diablos haces, Eleonor?!

Se cruza de brazos, dando una imagen muy intimidante.

Niego tomando el pomo de la puerta para salir cuanto antes. Enfoco mi atención en ella, me encojo de hombros y niego una vez más.

—Creo que acabo de tener un sueño-recuerdo- en el que estaba Agatha y esa otra mujer. No se si era ella, pero era casi idéntica como si fuera ella, solo que más joven.

»Así que saldré y buscaré respuestas.

Salgo sin decir ni una palabras más, corriendo por los pasillos como desquiciada. No miro atrás, pero siento la mirada de algunas hermanas sobre mi espalda. Giro por un pasillo con la rapidez de un cohete, hasta impactar de lleno con un cuerpo rígido.

Caigo sin más al piso frío de piedra. Al alzar la vista me encuentro con las dos imponentes figuras de Ayana y Agatha, mantengo los ojos en la última y mentiría si digo que su simple mirada no me congela hasta el pensamiento.

La Hermandad Del Alba (DDA #2)Where stories live. Discover now