"La hermandad existe por un propósito, vinimos por un fin que debemos cumplir. Nunca debes olvidar eso"
Son las palabras que desde pequeña, Eleonor, ha escuchado, una y otra vez, cada día de su extraña vida. Ella, una Erea bastante diferente al res...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Me parece desconcertante ver a mi amiga de hace años ahí de pie. Mi amiga que cada día luce como una adolescente hoy se ve como toda una adulta y ¡Es que no!
Es Ofelia, pero al mismo tiempo no lo es.
El parecido es increíble, pero no puede ser ella. No tiene sentido que sea ella porque mi amiga apenas sabe como ser una Erea, apenas es una hermana espada de plata; simplemente no puede ser ella porque esa mujer es una subcomandante y Ofelia solo es una chica que apenas está aprendiendo.
Quizá esto sea común entre Erea's, que haya un parecido así de increíble. Más ese lunar sobre su ceja izquierda me indica que no es posible que solo sea una coincidencia, que esa mujer se trence el cabello como mi amiga; que camine como mi amiga e incluso que hable como ella. Ese lunar no pudo ser obra del destino y siento que hay algo mucho más grande oculto.
Intento esconderme detrás de la primera cortina que veo con la ilusión de poder ver un poco cuando la mujer salga, sin embargo mi alergia al polvo me hace una mala jugada y no puedo contener el estornudo que sale de mi.
El sonido espanta a la comandante y a la mujer quien cierra la puerta sin tocarla.
Me quedo inmóvil unos segundos sin saber que hacer, no quiero que la comandante salga y sepa que las espiaba.
Unos pasos delicados acompañados de una voz baja cambian mi atención.
—Eleonor— mi nombre sale en un susurro de sus labios como si temiera encontrar a alguien más—Eleonor, puedo ver tus pies por debajo de las cortinas— dice luego de un momento.
Tardo unos segundos pensando si salir es la mejor opción porque temo con todo mi ser ver lo que se encuentra detrás de la tela gruesa. Tomo un respiro ondo antes de correr la cortina a un lado para salir, hago todo con suma lentitud, pidiéndole a los dioses que las cosas no sean como lo pienso.
Al salir y elevar mi vista me encuentro con el ceño fruncido de Ofelia.
Ofelia. Mi Ofelia, dulce y pequeña me observa muy confundida como si viera ante ella a una persona completamente diferente.
—¿Qué mosca te picó? Parece que viste un fantasma. Me asustas— relaja sus hombros viendo a cada lado del pasillo antes de pasar su atención a mi y regalarme una sonrisa ladeada—¿Pasa algo?¿Qué haces ahí tan sola?— pregunta pareciendo bastante preocupada—¿Tuviste algún mal recuerdo? Si quieres puedo pedirle unos minutos a las comandantes.
Se acerca unos pasos en un intento de mantener algún contacto conmigo, sin embargo retrocedo impidiendo que cumpla con sus intenciones.
Corro la vista hasta la puerta por donde segundos antes espiaba. Ahí se encuentra Ayana con una mujer que aparenta ser mi amiga, pero que no parece serlo porque Ofelia está aquí, parada a menos de un metro de mi.
Quiero contarle a mi amiga lo que vi y así buscar una posible respuesta. Quizás ella sepa que sucede y pueda darme una explicación, más no creo que sea prudente. Si ella nunca me ha dicho "Oye hay una hermana superiora que parece mi gemela" es porque:
