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Ni siquiera sabia porque ese hombre le había ofrecido algo así a alguien como el. No lo merecía, no tenia motivos.
- Esta es mi casa - Abrió la puerta a un dúplex muy amplio, con jardín delantero y trasero, todo perfectamente cuidado todo en tonos blancos y grises con maderas oscuras. Tenia grandes cristaleras por las que entraba la luz que junto al predominante blanco daba una imagen pura y limpia. Parecía una casa de revista.
Un total desconocido estaba invitando a un mendigo como el a un lugar así... No iba a robarle ni nada pero ese hombre debía confiar mucho en si mismo si se sentía seguro con un total desconfiado en su casa. - Ahí está el baño, este es el perro... - el mencionado salto de alegría a saludarlo y el le acariciaba las orejas. Sobre todas las cosas no entendía como el, Yuuri, desconfianza, Katsuki había aceptado con tanta facilidad ir a la casa de un alfa - ... ese es el cuarto de invitados, va a ser el tuyo ... - Había algo en el, algo que le hacia confiar totalmente - ... puedes llamarlo hogar a partir de ahora. ¿Quieres un baño caliente para entrar en calor? - Se sentía indefenso como un niño pequeño, agradecido porque alguien le mostrase un mínimo de humanidad, pero era hora de romper el cálido hechizo de cálida hospitalidad diciendo la verdad. Estaba cansado de ser nómada, pero prefería ser sincero y ahorrarse los problemas. Mejor ahora antes de acostumbrarse.
- Hay... Hay algo que deberías saber. Quizás debería haberlo dicho antes... - El monologo del ruso paró dirigiendo toda su atención hacia el con una duda en sus ojos azules como el cielo de un día claro - Veras, soy...un omega - Yuuri jugó con un colgante que contenía sus datos entre los dedos, el ruso esbozó una sonrisa sincera pero tenue.
- Lo se - Cada pelo de su cuerpo se erizo pensando si podría haberle llevado hasta ahí con segundas intenciones, su cuerpo le estaba pidiendo huir, el otro pareció darse cuenta y levanto las manos en señal de paz - El doctor te lo estaba gritando como si fuera la peor enfermedad del mundo - El hombre volvió a su sonrisa cálida pero con un deje vacío dirigiéndose a saltiltos con sus muletas donde antes había mencionado que era la cocina. - Debes tener hambre, vamos a desayunar y hablamos mas tranquilos. - Se acercó al lugar mirando como el ruso preparaba exactamente lo mismo para ambos, era desconfiado, pero tenia sus motivos y no iba a comer nada que no comiera el ruso antes. En cuanto terminó lo puso todo en una bandeja y por cortesía al ruso cojo Yuuri lo llevo hasta la mesita de café de la sala principal de la casa, que tenia un sofá, una mesa de café y un televisor, todo perfectamente conjuntado de una manera limpia y casi minimalista, toda la casa tenia una decoración inmaculada y escueta. Era como una casa de revista, pero faltaba esa calidez que aporta una persona a un lugar. Era bonita, pero parecía vacía - Empezare por el principio. -Dibujo una sonrisa casi forzada mientras daba un sorbo al zumo de naranja que tenia entre las manos - Hola, soy Viktor y he visto como me miras. Si, soy alfa, no te preocupes, no tengo intenciones de hacerte daño.
- Yo soy Yuuri - Recogió la taza con zumo que tenia delante y la miro un tanto expectante.
- Encantado Yuuri - Volvió a sonreír, un poco menos forzado, parecía un poco feliz, bebió mas de la taza y el comenzó a desayunar, porque fuera del shock inicial si que tenia hambre y no todos los días un ruso con conocimientos de inglés te invita a quedarte en su casa. - Estoy seguro que te han echado de mas de un lugar como lo han echo del hospital.
- Si...- El parecía tranquilo, finalmente comenzó a condensarse en el cuarto el tenue olor del alfa, tenue porque no parecía querer tener sexo ni aprovecharse de el, normalmente los alfas que le rondaban olían tan fuerte que era asfixiante. Jamás había estado con un alfa que parecía no querer abusar. De verdad quería confiar.
Olía a bosque, como un bosque tras la lluvia, le traía tranquilidad ese olor, quería acurrucarse a su lado, aunque sabia que era cosa de instinto por lo que se negó a hacerlo por mucho que quisiera, además alguien como el no debería pensar en esas cosas. Eso estaba reservado para parejas y el o podía tener una.
- Perdona por la brusquedad, es por ir mas rápido ¿Estas bien de salud? Si necesitas algo lo que sea... - Yuuri levantó una ceja por la brusquedad saliendo del trance que ese olor le había provocado. Esa era una pregunta extraña.
- Mas o menos.
- Quiero ayudarte.- El japonés guardó silencio desconfiando del otro y Viktor volvió a su sonrisa un tanto forzada, aunque ya estaba dudando porque podía ver en las paredes ciertas fotografías con la misma sonrisa, quizás esa era su sonrisa normal - Esta bien, entonces seguiré con las preguntas ¿Porque no hueles? - Inmediatamente todos sus sentidos se enfocaron en esa pregunta poniéndose a la defensiva, se tensó.
- No es de tu incumbencia - Se removió en su asiento apretando la taza entre sus manos y el ruso suspiró recostándose en su lugar.
- Esta bien, una que si me incumbe, perdón, se que es invasivo, pero necesito saber estas cosas si voy a convivir con un omega ¿el celo? - Yuuri bebió todo el zumo de una con la impresión de que se iba a ir de la casa pronto, una pena, había algo en el hombre que le reconfortaba. Quería confiar en el. No sabia porque, pero quería hacerlo.
- No te preocupes, no lo tengo desde hace mucho tiempo - Se sentía acosado, pero de alguna manera cómodo.
- Yuuri... - De repente parecía tener esa genuina preocupación - ¿y si estás enfermo? ¿Y si es algo grave?
- Hasta el momento no ha sucedido nada, no te preocupes, tampoco me van a echar de menos - Lo vio removerse en el sitio. Le resultaba curioso las reacciones del otro, se conocían apenas tres horas escasas y ya lo había metido en su casa y se estaba preocupando por el. Era mas de lo que nadie había hecho por el desde ... desde que tenia memoria.
- Me preocupas - ¿Preocupado por un extraño? Se inició una calidez en su pecho, daba igual que fuera un extraño, hacia tanto tiempo que nadie se preocupaba por el sin segundas intenciones... evidentes al menos ... Cuando la necesidad te aprieta el cuello cualquiera que afloje el nudo parece una buena opción.
Debía ser fuerte y no dejarse guiar por su instinto y su soledad. Seria un omega, pero un omega auto-suficiente.
- En cualquier caso, el celo sería un gasto extra que no podría afrontar y un coñazo estando en la calle y solo - Pudo ver como la expresión del hombre se distorsionaba a una de pena. Inútil proveniente de un extraño con el que pasaría algunos días y jamas volvería a saber.
- Ohh...
- Es una realidad, además, a nadie le importa si un omega vive o muere - Los ojos azules le estaban mirando con una pena que no conseguía discernir entre real o fingida ¿en que mundo creía que vivía ese hombre? Por las fotos del lugar a el le iba bastante bien, tenia muchas fotos patinando, habían medallas colgadas de algunos de los marcos ¿era deportista? Su pierna magullada podía ser un problema.
- Buscaré un médico para esta semana - Comentó esto mas como un recordatorio para el mismo apuntando algo en su teléfono.
- No puedo devolverte ese dinero
- No quiero que lo devuelvas, quiero que estés sano - ¿Porque?¿Como se supone debia reaccionar ante un extraño que quería pagarle un medico?Eso era caro, un lujo que no quería y no podía permitirse. El olor a bosque lo volvió a distraer. Fresco y seguro, el ruso no lo estaba emitiendo aposta, simplemente era su olor natural.
- ¿Como estás tu? - Yuuri señaló su pierna y el inmediatamente cambio de expresión a una mas tranquila con una sonrisa divertida.
- Tengo la tibia fisurada, la escayola es mas que nada para que mi entrenador me pueda tener tranquilo mientras cura - Se reía un poco mientras sacaba su teléfono del bolsillo del pantalón - Cuando se de cuenta de que me he ido va a tratar de matarme - Dejó el teléfono sobre la mesa y Yuuri podía ver una cantidad decente de notificaciones en su teléfono.
- Quizás deberías enviarle un mensaje diciendo que estas bien
- No te preocupes, tiene un sexto sentido para encontrarme. Ademas, estoy en buena compañía - Le guiñó un ojo coqueto y el olor a bosque se intensificó por un instante justo antes de que su pálida piel se volviera roja al darse cuenta - Por cierto, bien llevado el cambio de tema. Dejare el interrogatorio para otro momento - Viktor reía un poco comenzando su tostada y el también lo hizo en consecuencia, estaba hambriento pero no quería parecer desesperado y no quería comer nada que no hubiera probado el ruso antes.
- Gracias - Por algún motivo se le había contagiado la tranquilidad del otro y ahora se sentía muy agradable. Cálido y relajado.

Hacia tiempo que no se sentía así de tranquilo, solo quería estarse ahí y relajarse.

Ganado MarcadoWhere stories live. Discover now