5 - ÁMAME, PERO FOLLAME COMO SI NO LO HICIERAS

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Amelia viajó al día siguiente muy temprano sin tener la más mínima idea de lo que pasó la noche anterior.

No sé cómo le hizo Raúl para salir de la casa sin hacer ruido, pero no durmió en su habitación, eso fue algo seguro.

La conciencia me remordía.

¿Había actuado mal al decirle que no y dejarnos iniciados? ¿Estaba mal tener ese tipo de pensamientos impuros por él?

No, pues, normal que te quieras follar al hijo de tu mejor amiga.

Desde que compartimos esa experiencia tan íntima no pude sacarlo de mi cabeza. A mí mente llegaron las imágenes donde él mordía sus labios mientras sujetaba mi bello y le hacía su respectivo blow.

Al levantarme de la cama, la humedad en entrepierna se hizo presente. Cerré los ojos con y apreté los labios. Mi vagina se contrajo y entendí que la única forma de eliminar toda la incomodidad sería darle rienda suelta a mis emociones.

La casa quedó sola y Raúl no estaba. No se me hizo extraño, pues ya habían pasado dos días desde que se fue Amelia y él no daba la cara. ¿Se acobardó? No lo supe, pero agradecí mentalmente. Tenerlo cerca no era bueno para mí salud mental, podía cometer una locura.

Me di cuenta que en estado de excitación me volvía vulnerable, sumisa y Raúl era de esos hombres que saben lo que tienen y como usarlo.

Cansada de estar echada en la cama, entré a darme una ducha y escogí para el día una falda corta con volantines. En mi adolescencia las usé y me encantaban, así que la acompañé con una blusa de tirantes y sandalias de lana. El cabello lo recogí en una coleta alta y me rocié perfume de notas cítricas.

Bajé a la cocina para preparar el desayuno y mientras atendía los huevos revueltos en el sartén, sentí que unas manos que yo reconocía perfectamente acariciaron mis hombros desnudos, erizando todo a su paso.

Ese cuerpo enorme se apegó a mi espalda haciéndome girar el cuello y cerrar los ojos ante la proximidad. Sus suaves labios presionaron mi cuello dejando un beso corto y húmedo, seguido de una larga respiración.

-Hueles increíble...

Solo bastaron esas dos simples palabras para que se me olvidara hasta como se respiraba.

¿Podrías dejar dé comporate como una puberta?

No podía. Cada sensación era nueva para mí.

Mis ojos cerrados se debatían entre si poner resistencia o dejarse llevar. Mi autocontrol flaqueaba poco a poco y Raúl lo sabía. Llevó una mano a mi cintura y descendió hurgando debajo de mi blusa. Su mano se sentía cálida.

Ahogué un gemido cuando sus dedos pellizcaron mi pezón y la otra apretó el restante . Raúl siguió besando mi cuello y yo ya no podía más, él lo sabía, sabía que faltaba poco para decirle que me rendía.

-Yo que tú atiendo los huevos. Se van a quemar -susurró con esa voz seductora y fue cuando la realidad me trajo a la tierra.

¡Los huevos!

¡Ya se estaban poniendo cafés!

Se separó de mi y el aturdimiento me atrapó.

¡Carajo! ¿Cómo era posible que él lograra vulnerarme de esa manera?

Tiré los huevos quemados a la caneca y preparé otros lo rápido más rápido que pude. Temí que volviera a sonsacarme e hiciera una estupidez aún más grande, pero cuando volteé ya no estaba.

Honestamente las ganas de desayunar se me quitaron por completo, de lo que si me quedó ganas fue de descubrir qué era lo que él podía hacerme.

Con ese oral que te hizo estás clara que él sabe lo que hace.

Sí, el condenado tenía experiencia, pero ¿Yo sí cumpliría con sus expectativas?

¡No, no, no! Pero ¡¿En qué estaba pensando?!

Raúl me atraía pero nada podía pasar entre los dos. Hacerle eso a Amelia era defraudar su confianza. Si las cosas seguían así, tendría que irme de ese lugar huyendo como las cobardes.

Engullí la comida sin mucho ánimo y me encerré en mi habitación. Tomé el computador y abrí el PDF de guía para principiantes "Mátame de placer".

Quedé perpleja desde la primera página hasta la última. Habían posiciones sexuales muy explícitas en las que se estimulaban los diferentes puntos para hacer retorcer a una mujer y a un hombre.

Leí que los hombres tienen el punto G en el ano y que a algunos les gusta que sus parejas les hagan "el beso negro" o introduzcan dedos en medio de la eyaculación para multiplicar las sensaciones y llegar a un climax perfecto.

No pude evitar soltar una carcajada, Santiago jamás hubiera permitido que le metieran un dedo en el culo ni por que le pagaran.

También leí que existe el orgasmo de los senos, orgasmo de clítoris, orgasmo anal y orgasmo de punto G.

Según, el orgasmo anal es uno de los más intensos y se logra estimulando el clítoris mientras te penetran. Existen mujeres que les encanta el sexo anal solo con lubricantes porque los relajantes anales solo generan placer a los hombres.

Solté una carcajada al leer la anécdota anexada en el PDF: "Les recomiendo usar condón al momento de emplear el relajante anal porque a mi novio se le durmió el pene cuando me iba a dar como a chancla cagada en poste".

¿De qué país sería esa dama delicada?

La mayoría afirmó que preferían hacerlo anal porque se sentía más rico y de cierta forma me dio curiosidad experimentar eso.

Cerré los ojos por un momento almacenando toda la información y me di cuenta que había sido una grandísima estúpida todos esos años que pasé sujeta a alguien que honestamente no mereció nada de lo que le di.

Al abrir los ojos la claridad de la luna se coló por el ventanal ¿Me había quedado dormida? Sí, lo hice.

Me levanté desorientada y entré al baño para darme una ducha. No tenía hambre, así que me encerré otra vez en mi habitación y me puse una pijama blanca de encajes.

Veinte minutos después tocaron la puerta.

Ya sabía quién era, pero el corazón me martilló fuertemente en el pecho y la indecisión de abrir la puerta me abrigó.
Finalmente decidí hacerlo y ahí estaba Raúl con una remera gris y un pantalón de pijama alzando dos cajas de comida china.

-¿Me acompañas, Bella durmiente?

Sonreí, asentí y lo dejé entrar. Encendí las luces de la habitación y él la escaneó. Estaba inmaculada, lo único que yacía tirado en la cama era el portátil.

Se sentó y engullimos en silencio. Hubo un momento en el que él se quedó viendo mis labios con cierto interés. Su mano se dirigió a mi rostro y retrocedí, entonces sonrió amablemente y limpió un poco de salsa en la comisura de mi labio.

Su cercanía me alteraba los nervios. No sabía qué pretendía realmente ¿No era solo el acostón? O ¿era que quería algo más?

Se veía enorme en la cama y su cabello en un desorden perfecto me exigía tocarlo para corroborar que era real. Sus brazos fuertes poseían ligera vellosidad.

¿Será que esos brazos pueden tomarme de la forma que quieran?

-Sí, claro que pueden.

¡Dalila eso era lo último que faltaba!

Negué y él sonrió mostrando esos hoyuelos del demonio.

Dejó caer las cajas vacías al piso y aprisionó mis manos a ambos lados de mi cara.

-Solo voy a follarte cuando me supliques que lo haga -enterró la cabeza en mi cuello y aspiró mi perfume. Nuevamente mi fuerza de voluntad se fue al carajo-. Aunque podría hacer la excepción y darte tan duro como lo imaginé todas las veces que me toqué pensando en ti.





















🥴 Qué les puedo decir?

Gracias por todos sus votos y comentarios. Llegamos a 500 lecturas!!!

MATAME DE PLACER✔️ [Nueva Edición]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt