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(OMNISCIENTE)

Draco seguía arrepentido de lo que había dicho, estaba avergonzado y no sabía cómo responder a esa pregunta en frente de Ron y Hary.

Hermione no le había vuelto a hablar desde entonces y eso lo tenía desesperado, los rumores circulaban de arriba a abajo sobre qué habría pasado entre ellos dos, pero la verdad es que nadie estaba ni cerca de acertar.

Hermione por su lado, pensaba que era mejor, ¿ella y Draco? eso nunca iba a ocurrir, cualquiera podría pensar que eso era una mala idea, que ella saldría herida y que todo terminaría mal. Prefirió no arriesgarse.

Aunque el cariño hacia él creció esos días, no iba a soportar que la llamara por su apellido cada vez que hablaban, y si estaba tan avergonzado de admitir que la quería en frente de la gente entonces no valía la pena. 

Como todo ratón de biblioteca se pasaba los recreos allí, a veces leyendo,a veces jugando gobstones con una amiga, o simplemente pensando. Su castigo con Draco ya había terminado y eso le aliviaba, pues no había razón para que se volvieran a encontrar.

Cerró el libro y se levantó para pasar al baño antes de ir a su clase. Cuando devolvió el libro a la estantería, escuchó unos ruidos extraños, unos gemidos, más bien eran sollozos. Venían del otro lado de la estantería, sacó el libro que había devuelto y miró a través del espacio vacío. 

Una chica de Slytherin, de cabello corto y cara redonda, se cubría la cara con las manos y lloraba, era Pansy Parkinson. Hermione no sabía qué hacer, ¿le decía algo? ¿acaso tenía que ver con Draco? No, ni siquiera sabía por qué estaba llorando, no tenía idea, quizá no tenía relación con lo que ella pensaba. 

Dejó el libro nuevamente en su lugar, agitó la cabeza y se alejó de allí afirmando firmemente su mochila, sin mirar atrás, y sin sentir compasión por ella. 

Salió del baño y corrió a su clase de Cuidado de Criaturas Mágicas en la cabaña de Hagrid. Gracias al accidente con Draco y el hipógrifo, Hagrid estaba suspendido temporalmente. 

Llegó a la clase, la profesora de reemplazo explicaba algo sobre los unicornios, pero no escuchaba, pues estaba al final de todo.

Se sentó en un tronco y abrió su libro sobre los unicornios, mientras leía algunos alumnos se acercaban a acariciar a los unicornios. Leyó, leyó y leyó. 

Al subir la cabeza notó que la profesora explicaba algo sobre trabajar en parejas, así que se levantó apresurada y corrió hacia Parvati.

— ¿Seamos juntas Parvati?— preguntó apresurada. Paravti se sobresaltó, la miró nerviosa y al final asintió con la cabeza.

Se sentaron en el tronco donde estaba Hermione y se pusieron a trabajar. Tenían que estudiar el cabello mágico del unicornio y anotar todo lo que observaban de él. 

— Oye, Hermione...— dijo Parvati.

— ¿Mhm?— preguntó ella observando detenidamente el cabello de unicornio. 

— Eh... bueno, quería hacerte una... una pregunta— dijo nerviosa. 

— ¿Sí? ¿Qué ocurre?— subió la vista por un segundo y luego siguió analizando el pelo de unicornio. 

— Si no quieres responderla está bien pero...— carraspeó, Hermione asintió — Pero... ¿Qué ocurrió entre tú y-y Draco?— preguntó entre tartamudeos. 

Hermione se paralizó de pies a cabeza, la miró, con los ojos como platos. Parvati se rascó la nuca incómoda, nerviosa. 

— E-Está bien si no-no quieres...

— No, está bien. — Puntualizó la castaña — no me molesta...— tragó duro — ...responderla—. Terminó. 

— Entonces...—dijo Parvati — ¿Por qué...— Fue interrumpida por un suspiro, proveniente de Hermione. 

— Draco es un creído, es engreído, es... eh... orgulloso, todo iba bien pero luego me di cuenta que lo único que iba a salir de eso era dolor...— dijo. Parvati se sorprendió ante la confianza de Hermione.

— P-Pero... todo iba bien ¿no? Di-digo... el beso que ustedes dos...

— Ah, sí— dijo la chica sonrosándose un poco — ese beso... sí... bueno, es que... me di cuenta que... no íbamos a ir a parar a ningún lado— confesó.

— Oh pero... ¿Ocurrió algo?— Insistió Parvati. Hermione volvió a soltar un suspiro, pero más exagerado. 

— Eh... sí... e-estaba todo bien hasta que supe... bueno, escuché que él me había llamado por mi nombre, y él nunca lo hace... siempre me dice "Granger" o "Sangre Sucia"— la oyente asintió — entonces... le pregunté por qué, la cosa se puso rara y él dijo...— tragó duro —... dijo que se le había salido...— la voz le salió muy bajita, en un susurro. 

— Oh... bueno... sé que nunca apoyaré esto de tu y... y Draco ¿sabes? Pero, eh...— carraspeó —... pero si ustedes sentían algo...

— Perdón, Parvati pero estás haciendo esto incómodo... más de lo que ya estaba —dijo rápidamente. Parvati cerró la boca y asintió rápidamente. — Mejor pongámonos a trabajar — dijo.

Parvati volvió a asentir y no hablaron del tema el resto de la hora. 

. . .

Draco estaba sentado en su habitación, sentado en su cama, mirando por la ventana y con el corazón latiéndole fuertemente.

Sabía que faltar a sus clases no era ningún beneficio ni nada por el estilo, pero la mayoría de ellas las compartía con Gryffindor, eso significaba... tener que ver a Hermione.

Agitó la cabeza para sacarse la cara de la chica de su mente, Hermione tenía influencia en todo el castillo, por donde pisaba, marcaba, cada vez que hablaba, se notaba su confianza, era impotente, difícil de olvidar, además su inteligencia era única y eso la hacía... especial, la hacía resaltar del resto de las chicas que él conocía.

Sabía que la había cargado cuando se acobardó y dijo: "se me salió" en vez de: "por que así te llamas, y... me gustas... mucho".

Quizá si Ron y Harry no hubiesen estado ahí lo hubiese dicho, pero recordaba sus miradas esperando la respuesta.
Estaban arrugadas, amenazantes... decían: "dilo, dilo y verás".

No podía.

...

Al llegar el anochecer, Hermione se sentó en su cama y miró melancólica mente por la ventana, mirando hacia el lago. Mirando el oscuro, frío y silencioso lago...

Pudo sentir el beso de Draco mientras lo recordaba... era tan... especial, de alguna forma.

En su mente pasaban muchas cosas, tanto recuerdos de su primer beso... cómo la última vez que hablaron.

Su cerebro le decía: "nunca madurará, no lo intentes".

Pero una pequeña parte de su corazón, una voz muy pequeña, anhelaba, con todas sus fuerzas, volver a mirarlo... volver a tocarlo y... sentir sus labios chocando con los suyos.

También esperaba que al bajar la vista, se encontrara en el lago, esperándola, mirándola diciéndole que lo acompañe, llamándola.

Abrió los ojos pero lo único que vio fue el lago, solo, tranquilo.












𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑵𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒓𝒆𝒔𝒑𝒐𝒏𝒅𝒊𝒅𝒐| 𝑫𝒓𝒂𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆Where stories live. Discover now