22

636 47 28
                                    

(OMNISCIENTE)

Una silueta blanca, larga y de ojos grises salió de las profundidades del lago. Hermione se sobresaltó y su corazón se aceleró, sus mejillas ardieron y se acercó más hacia la ventana. Era Draco. Él giró su cabeza y se encontró con los ojos castaños de Hermione. Estaban a metros de distancia pero sus ojos los hacían sentir muy... cercanos. 

La chica sintió ganas de... besarlo, sus labios se movieron pero lo único con lo que se encontraron fue con la ventana, fría.


En los ojos del rubio se reflejaba la luna llena, blanca como la nieve. 


Apretó sus puños y suspiró. Se había hecho una promesa y no debía dejarse llevar por su corazón.

Era una batalla interna, quería estar ahí pero al mismo tiempo sabía que no era buena idea. Los ojos se le empañaron, al recordar todos esos momentos y que todo acabara tan pronto.


Se encontró a ella misma corriendo por los pasillos con la capa de Harry encima.

"Lo intenté" pensó "de verdad lo intenté".

Abrió la puerta y rodeó el castillo a toda velocidad, se encontró con la silueta de Draco, reluciente. 

Se quitó la capa, se dejó ver. Draco dio un respingo y apenas la vio se sonrojó, sus pies caminaron inconscientemente hacia ella.

Apenas sus labios se encontraron sintieron mariposas en el estómago y sus mejillas ardieron.

Cuando sus labios se despegaron, Draco le susurró. 

"Dije tu nombre... porque me gustas mucho, Hermione, en serio."

"Tú también me gustas mucho... Draco" 

Dejó caer unas lágrimas de la emoción, mezclada con la triztesa, la felicidad y muchas otras cosas que nunca había sentido antes. 

Volvieron a besarse pero con más pasión.

"Perdón si te dolió que dijera que se me salió, no era mi intención..."

"Lo sé" 

Draco cayó al suelo con Hermione encima, aún besándolo. Tomaron aire, y volvieron a besarse. 


Las manos de Draco rodearon la cintura de ella y ella puso sus manos en sus mejillas. 

"Te extrañé" susurró Hermione. 

"Yo también..."

Draco estaba semi desnudo y algo mojado, pero eso a ella no le importaba, lo había extrañado más que a cualquiera y volver a tocarlo era un honor y de tanta emoción empezaba a reír y a llorar al mismo tiempo. 

Luego de que pasaran los minutos, las horas incluso. Ambos se quedaron en el pasto tumbados, mirando la luna. La brillante luna que alumbraba en plena oscuridad. 

Los dementores se habían ido porque la situación radiaba tanta felicidad, que les daba asco. 

Todo estaba tranquilo, sonreían, estaban calmados, y... felices. 

Pero todo tiene que acabar en algún momento ¿cierto?

— ¡Alto ahí! — se escuchó el grito de McGonagall. Los dos se sobresaltaron y se levantaron al mismo tiempo, McGonagall iba corriendo hacia ellos, Draco no se alcanzó ni a poner la camisa cuando la profesora los alumbró con la varita. — ¡Ni se les ocurra mov... ¿Señorita Granger? — Hermione sonrió nerviosa — ¡Señor Malfoy! ¡Dios mío!— chilló. 

𝑨𝒎𝒐𝒓 𝑵𝒐 𝑪𝒐𝒓𝒓𝒆𝒔𝒑𝒐𝒏𝒅𝒊𝒅𝒐| 𝑫𝒓𝒂𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆Where stories live. Discover now