San // Ateez.

14.4K 437 104
                                    

Lo seguí con la mirada cada movimiento que daba. Charlaba con otros mafiosos ósea de su calaña. Su sonrisa era muy linda para un bastardo como él.

—¿A qué hora piensas seducirlo? —se puso a mi lado pero manteniendo una distancia considerable.

Era mi colega de trabajo otro detective igual que yo.

—La noche no va durar para siempre ____ —hablo sin mirarme bebiendo un poco más de su tragó.

—Cierra la boca HongJoong —bufé.

—Sabes muy bien que tienes que robarle esa información —movió ligeramente su cuello sacándose conejos.

—Enano idiota —voltee los ojos.

Salí de allí sin recibir alguna respuesta del él. Los pies me dolían por los tacones no está acostumbrada a estos siempre uso zapatillas pero esta es una ocasión especial. Choi se encuentra sentado en unos de los muebles mirando su celular algo aburrido. Me acerque a él sentandome en sus piernas y poniendo uno de mis brazos en su cuello.

—Hola —le sonreí seductora— me preguntaba ¿Por qué tan solito? —

—Quizás porque ninguna bella dama se acercó a mí —paso su brazo en cintura pegándome más a él.

Ya está entrando en confianza. Sonreí satisfecha.

—¿No te apetece ir a un lugar más privado? —pase mis dedos por su pecho que aún se encontraba cubierta por la camisa.

—Que atrevida señorita pero acepto su propuesta —me sonrió mirando de bajo hacia arriba.

Plan está resuelto me llevaría a un hotel le pondría el polvito mágico en la bebida para que finalmente soltara la información. Que más puedo pedir. Me puse de pie para después salir de esa fiesta con él. Subimos a su coche para luego arrancar. Puso una canción relajada mientras manejaba. De pronto en medio de la carretera paró.

—¿Creíste que no me iba dar cuenta? —me miró con cierta burla.

Oh no.

—¿De que hablas? —sonreí incomoda.

—Señorita Bang ___ —rio al ver mi cara un dilema al escuchar mi nombre.

Mi corazón latía por mil. Asustada salí del auto tení que salir de allí pero no conté que él también saldría. Quise correr pero me cogió de la cintura impidiendo que diera un paso más.

—¿Qué creíste ____? —me puso contra la cajuela del coche— ya la hize —rio.

—Sueltame —intenté de safarme de su agarre.

—No lo creas niña —me agarró de las muñecas poniendolas atrás para después ponerle unas esposas dejándome completamente inmóvil.

¿De dónde mierda saco unas esposas?.

—Vi que me mirabas mucho —susurro en mi oído causandome varios escalofríos por su aliento— no puede evitar mirar tu hermoso cuerpo ____ —poso una mano en mi pierna izquierda acariciándola.

—Ni te atrevas —

Solo soltó una risita.

—Eso ya lo veremos —respondió separándose de mí.

Subió mi vestido hasta un poco más de cadera para luego bajar mi braga hasta las rodillas.

—No lo hagas o te corto los huevos que tienes Choi —lo amenacé.

—En este estado no creo que vallas hacer algo Bang —

Sentí una especie de líquido caer en mi vagina. Chille intentando de moverme pero lo único que logré fue que me agarra las cadenas para penetrarme de una.

—Ah... —gemi de dolor al entrar de esa manera brusca.

—San —paso una mano por mi vientre llegando a mi parte íntima— di San querída ____ —

—Ni en tus sueños ah... —sentí como masajeó mi clítoris causandome varios jadeos de placer.

Mi cerebro decía una cosa pero mi cuerpo respondía otra. Me deje llevar. Las embestidas de San era fuertes y bruscas. No deja de maldecir por lo rico que se siente estar dentro de mí.

—S-an... —gemi sintiendo demasiado punzadas en mi vientre.

—Joder —tiro su cabeza hacia atrás.

Un gemido fuerte salió de mí había llegado mi punto G. Las piernas me temblaban. San dió sus últimas embestidas para después venirse adentro de mí. Lentamente salió de mí cayendo al suelo un poco de su semen mientras yo intentaba de regular mi respiración.

— Debería de matarte —hablo acomodándose los pantalones— pero me desde ahora te vas a convertir en mi puta ¿Te parece? —

—Estas idiota si piensas que voy ah... —sentí sus dedos tocar mis labios vaginales— San... —

—Yo creo que sí —comenzó a penetrar con estos.

Mordí mi labio para evitar gemir pero por dios sus dedos se sentía demasiado bien.

—¿Qué pasa ____ cambiaste de opinión? —rio al escucharme gemir algo desesperada.

—Ca-llate San... —jadeó apretando mis puños.

Las embestidas que simulaban sus dedos eras fuertes que rápidamente me hizo llegar a otro orgasmo exelente.

—¿Ahora querida ____? —esparció con sus dedos el poco semen que quedaba en labios vaginales.

—Ganas bas-tardo ahora suél-tame —

Él solo sonrió satisfecho.

One Shots +18Where stories live. Discover now