02 | ¿Qué narices te crees que estás haciendo?

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02| ¿Qué narices te crees que estás haciendo?

HALLEY:

Dos días después, estaba sentada en la silla del escritorio de mi habitación mirándome en un espejo mientras terminaba de maquillarme un poco cuando mi teléfono sonó indicándome que Halle estaba esperándome. Suspiré sonriendo, no llevaba mucho maquillaje porque nunca se me había dado bien aplicarlo, por lo que no la hice esperar mucho.

Cogí mi pancarta y sonreí con la cabeza bien alta antes de bajar las escaleras dando saltitos de dos en dos. Me despedí de mis padres, que estaban haciendo su puzle en la mesa del salón, cosa que me descolocó un poco y, unos segundos después, mi amiga me dio la bienvenida con un abrazo. Pero al ver que tardaba unos segundos anormales en mí en devolvérselo, me miró con una ceja arqueada y puso los brazos en jarras pidiéndome una explicación. Como yo no se la daba, optó por la vía de las palabras.

—¿Qué pasa? Desembucha, cometita —exigió y yo puse los ojos en blanco cuando me llamó así. Sí, me llamaba igual que aquel cometa porque a mis padres les encantaba el espacio, pero odiaba aquel mote estúpido y ella lo sabía.

—Están armando su puzle y me carcome por dentro pensar que yo soy capaz de hacerlo porque no puedo si quiera detenerme frente a él, Hall —le expliqué—. ¿En qué clase de persona me convierte eso?

—En una persona que le extraña, Halley, es normal cuando pasó lo que pasó y no puedes castigarte por eso, a veces las personas necesitamos más tiempo y está bien...

—El problema es que no puedo saber exactamente cuándo dejará de doler y no sé cuánto tiempo voy a necesitar —repliqué agachando la cabeza mientras caminábamos por la acera hasta nuestro destino.

—Eso es porque el tiempo está diseñado para que podamos ajustarlo a las miles de necesidades y problemas que tenemos. Te puede parecer curioso, pero es así. El tiempo es limitado al igual que nuestros problemas son finitos. Si eso no fuera así, nos ahogaríamos constantemente en un vaso de agua y entonces sí que perderíamos el tiempo. —Sonrió nostálgica y brevemente como si ella también le echara de menos.

Ojalá existiera un botón de retroceso con el que volver atrás y poder verle de nuevo.

Ojalá él no se hubiera ido.

Daría lo que fuera por volver a verle, porque él era mi punto cardinal, mi brújula que seguir...

Ojalá poder decirle de nuevo que le quiero una y mil veces más.

Halle chasqueó la lengua antes de interrumpir nuestro silencio y me golpeó con su cartulina, tan perfectamente dibujada que parecía que iba a exponerla en una galería de arte. Dibuja genial, es algo que siempre se le ha dado bien, así como dejarse llevar por su corazón, ser fiel a sí misma y ser insistente. Dios, es tan terca cuando cree que lleva razón que muchas veces acabo cediendo para ver lo orgullosa que termina por haberlo conseguido una vez más.

—Alegra esa cara, hoy podemos conseguir algo increíble.

—Me estoy dejando llevar completamente por ti y, por primera vez, por mis instintos, esperemos que sea así, al planeta le iría mucho mejor... —respondí mientras asentía con la cabeza, estaba totalmente convencida de que si nos escuchaban la cosa cambiaría.

Halle había encontrado, en una de sus grandes búsquedas de la nada en internet, un artículo que avisaba de la manifestación de esta tarde. Le encanta deambular por internet y enterarse de las noticias que puede, es muy curiosa. Inmediatamente me lo pasó en un mensaje y decidimos que iríamos.

La Mecánica de los Corazones Rotos ✔  [#HR1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora