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Preparamos la cena, que terminó siendo ramen instantáneo ya que era lo único que tenía en la alacena, y nos encontrábamos mirando una película a la vez que cenábamos en el sofá.

- De verdad mujer, debes hacer tus compras diarias. - acotó divertido. - Dedicas tanto tiempo a hacer tu trabajo que te olvidas de que tienes que comer para sobrevivir, ¿Sabes?

- Si, lo sé... Mañana iré sin falta. - sonreí.- Hey Alex ... Se que dije que no quería tener que dar explicaciones, y sé que tú tampoco...pero... - intentaba decir en voz alta lo que pensaba.

- Suéltalo.

- Creo que debemos saber nuestro pasado, que a veces lo ocultamos demasiado por miedo al qué dirán, pero después de todo es nuestro pasado, el que determina quienes somos hoy en día, y por qué somos así... - me encogí de hombros. 

- ¿Qué es lo que quieres saber? - me miró comiendo un poco de ramen.

- Tus relaciones... Es decir, algo sé, pero me dijiste que quien más que tú mismo para explicar cómo en realidad pasaron las cosas... Quiero asegurarme de que no haya ninguna ex psicópata, esperando a la siguiente chica en tu vida para matarla.

Reímos, y las siguientes horas nos dedicamos a hablar de nuestro pasado, entendí un poco más al hombre que tenía en frente. El era una persona cálida y enamoradiza, se dejaba llevar mucho por sus sentimientos, por la emoción del primer momento, y es por eso que todas las veces que había intentado estar en una relación con alguien salía mal.

Y pensando comprendí que eso era a lo que yo tanto le temía, el desgaste, la rutina, que se apague la llama que una vez ardía tanto. Tenía miedo de involucrarme con cualquier persona porque no sabía cómo podía llegar a terminar, y en cierto modo cuando yo me permitía enamorarme a veces llegaba a ser como Alex se describía a si mismo enamorado... Alegre, distinto, impulsivo. Y mi mayor miedo, hoy en día, era empezar a sentir algo por él. Lo peor es que ya lo estaba dudando, y dudar no es bueno.

Valoraba tanto que el estuviera ahí para mí, los detalles que tenía cada día, el interés en mi, en conocerme, en hacerme sentir cómoda todo el tiempo... Me estaba encariñando y eso me aterraba, me aterraba porque sabía que en cualquier momento todo ésto podía acabar.

Lo miré fijo, ambos medio recostados en el sofá. Él era hermoso. Su tez blanca, su cabello oscuro cayendo en ligeros mechones sobre su frente, sus grandes y redondos ojos color café que te observaban y te hipnotizaban cada vez que te miraba, sus finos labios, su nariz... Que era tan característica de él, su mandíbula afilada que era tan tentadora a besarla, sus brazos que te envolvían y te hacían sentir tan protegida del mundo que no querías separarte de ellos nunca más.

- Debes irte... - comenté triste. El me miró confundido. No quería que se vaya, aunque tenía que alejarlo antes de que sea tarde, antes de que me haya roto el corazón.

- ¿Dices de tu departamento? - pensé unos segundos, iba a decirle de mi vida, de mi corazón... Pero no podía, era más fuerte que yo. Por primera vez me deje llevar por mis sentimientos.

- Si tonto, ¿de dónde más va a ser? - mordí mi labio inferior riendo. Gracias al cielo no había arruinado un momento del que podría haberme arrepentido para siempre. El asintió sin problema.

- Está bien, no quiero presionarte ni molestar...- se paró. Yo me paré tras el dejando a un lado la manta que hace unos minutos cubría nuestras piernas. - ¿Te veré mañana? ¿ O el lunes? - preguntó entusiasmado.

- El lunes, no quiero aburrite. - reí por su entusiasmo.

- Para nada, estar contigo es lo más entretenido y divertido que viví en años. - lo miré mientras se ponía su chaqueta de cuero. - Quiero que conozcas mi casa, te va a gustar... Ahí podemos hacer muchas cosas, es muy grande, no la compré hace mucho por lo que aún tengo que llenar algunas habitaciones... - el seguía hablando pero yo sinceramente estaba mirándolo embobada, y no aguanté más.

Tranquility base Hotel & casino - Alex Turner.Where stories live. Discover now