Tranquility base Hotel & casino - Alex Turner.

28

El salió del baño y cuando me miró quedó atónito. Comenzó a sonar "The Dream Synopsis" el sonrió y señaló hacia los parlantes.

- Qué coincidencia. - mencionó. Y se acercó a la cama admirando cada parte de mi cuerpo en silencio, devorándome con su mirada.

Quitó sus jeans y sus bóxers quedando al desnudo, igual que yo. Se sentó frente a mi sobre la cama y abrió mis piernas enroscándolas en sus caderas mientras me miraba tarareando su canción.
Tiró de mis brazos y me pegó hacia sí sentándome encima de el. Comenzó a besar mi cuello mientras hacía suaves caricias a lo largo de toda mi espalda, mi piel se erizó al instante.

Había extrañado tanto éstos momentos, estar junto a el. Sólo nosotros dos, nuestra escencia, nuestros cuerpos. Me separó un poco y comenzó a besar mis senos de una forma placentera, mientras que con la otra mano le otorgaba masajes en forma de círculos. Sus manos eran grandes, y fuertes. Varoniles. Las había extrañado al igual que a él, sus manos eran una de mis partes preferidas sobre Alex. Podía hacer tantas cosas con ellas que me excitaba de tan solo pensarlo. En un audible gemido el se separó de mis senos mirándome fijo mientras alzaba sus cejas.

Me recostó en la cama y recorrió mi cuerpo en un camino de besos mojados hasta llegar a mi vulva.

- Dios, te extrañé tanto. - murmuró y suspiró. Sonreí mirándolo desde arriba y el comenzó a juguetear con su lengua en mi zona. Era inevitable soltar gemidos entre una respiración que cada vez se iba agitando más y más.

- Oh dios Alex, si, justo ahí...- gemí extasiada, mientras arqueaba mi espalda retorciéndome de placer, mientras Alex no paraba de hacer movimientos rápidos con su lengua en mi clítoris. En cuestión de minutos me hizo llegar a un placentero orgasmo mientras me agarraba fuerte de las sábanas.

El se incorporó un poco mientras me miraba fijo.

- Me encanta que te vengas para mí. - mencionó casi en un susurro mirándome con lujuria. Tomó su miembro y rozó la entrada de mi vagina con él. Solté un gemido, el sonrió. Esa sonrisa que tenía siempre, esa sonrisa burlona que llevaba escrita la frase "Te voy a romper el corazón".

- Quiero que me hagas el amor - susurré mirándolo suplicante.

- Te haré el amor, y te mostraré cuánto extrañaba tu cuerpo. - susurró entrando en mi lentamente, yo entreabrí mi boca soltando un jadeo apenas audible.

Comenzó con movimientos leves mientras "Purple rain" de Prince comenzaba a sonar por los parlantes de aquella habitación de hotel. Yo lo miraba fijo, y el me miraba devuelta. No necesitamos decir mucho, era tiempo de demostrarnos lo que no pudimos demostrarnos en todo este tiempo con toques y caricias....sensaciones más que palabras. Después de todo, ésto era todo lo que necesitaba comprobar de él. Ver cómo me hacía el amor con delicadeza y tanta pasión como si ésta fuera la primer y única vez que iba a tener la oportunidad de probar mi cuerpo, o el único cuerpo en todo el planeta tierra.

Alex Turner era arte, por dónde se lo mire. Desde las canciones que componía, hasta el tono de voz cuando cantaba. Eran arte sus movimientos entrando y saliendo de mí,y eran arte sus gemidos con aquella ronca voz. Su cabello despeinado y su frente algo sudada. Todo el en conjunto. Paseaba mis manos por todo su cuerpo tocando cada rincón, para recordar cada detalle de su piel.

El besaba de vez en cuando mi rostro, mis mejillas, mi frente, mi barbilla. Se lo notaba feliz y completamente enamorado, como un adolescente.

Cambiamos de posición cuando el acto sexual tomo un ritmo más movido, ésta vez yo estaba encima, de espaldas hacia él. Daba repetidos saltos encima de él, pero suaves, sin perder el ritmo. El masajeaba mis senos rodeandome por detrás, y besaba con ansias mi cuello y mi oreja, que por alguna extraña razón era una zona bastante erógena y sentir su respiración agitada y besos en mi oreja era algo que me excitaba el doble. Llegamos a un orgasmo escandaloso mientras yo me retorcía encima de el, y el me apretaba con fuerza hacia sí.