Capítulo 13

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TOBÍAS
Salí a cabalgar hacia el pueblo. Me aburría a horrores y no me apetecía estar escuchando a mi padre sobre la contabilidad de la hacienda, Alejandro muy seguramente estaba en Londres disfrutando de las fiestas y bailes, ¡adoraría estar allá!

Mi día se puso interesante cuando vi a Maisie Genco salir de la panadería, comencé acercarme hacia ella, al verme se puso colorada y nerviosa. Detuve mi caballo en frente suyo y luego desmonté sosteniendo las riendas en mi mano.

—¡Ah, hola Tobías! —siempre había observado con interés a la hermanita menor de Alejandro. Maisie a primera vista no era tan bonita como su melliza pero sí que sabía atraparte en sus historia y conocimientos sobre tierras e innovar en el mundo de la agricultura.

—Hola Maisie, ¿vienes con tu madre? —pregunté con una sonrisa. Me hacía tanta gracia verla tan intranquila, ¡ella luce tan tierna! sé que es muy malvado de mi parte jugar así con Maisie y mucho más sabiendo lo que siente por mí, tendría que ser muy estúpido para no notarlo.

—He venido con madre y Sarah pero estaban más entretenidas hablando con la costurera sobre el vestido de novia.

—Había olvidado la inminente boda entre mi padre y tu hermana. —comenté con un tono ameno y se hizo un silencio que no me resultaba incomodo aunque notaba que para Maisie era todo lo contrario.

Dios mío, ni que fuera a comérsela”.

—Entonces… —quise que siguiera hablando.

—Eh… ¡sabes  que el estiércol de carnero castrado es un fertilizante muy ventajoso para la cosecha de tabaco! —dijo de la nada, sin razón aparente dejándome estupefacto.

De todas las cosas que pudo decirme… ¿Qué clase de mujer se atrevería hablar de excrementos y heces con un hombre que le gusta? Definitivamente solo Maisie Genco.

—Maisie no estoy interesado en saber cómo ayuda el estiércol a hacer crecer la comida que cosechamos, te encuentro muy nerviosa por mi causa ¿por qué siempre actúas así en mi presencia? La pequeña Maisie tiene algo que no puede decirme…—mi tono salió burlón.

—¡Ahs! Te encanta burlarte de mí.

—Lo encuentro muy entretenido, sí. —confesé riendo, su boca hizo una mueca y me desconcerté al notar que sus ojos se aguaron.

—Eres un tonto Tobías Carson. —ella se dio la vuelta y la agarre del antebrazo.

—Maisie solo jugaba.

—Déjame.

—No es mi culpa que tus actitudes conmigo solo me inciten a fastidiarte, ¿no me perdonaras?

—¡No! —dijo furiosa y se soltó de mi agarre, alejándose. 

Si, ella está completamente enamorada de mi”-pensé contento.

Cuando regresé a la hacienda estuve todo el día con la cabeza en las nubes pensando en Maisie Genco, nerviosa, avergonzada y mandándome al diablo mientras recorría los alrededor del terreno.

—¿Qué es lo que te tiene tan pensativo? —preguntó mi padre.

—En que pronto mi padre se casará y la que será mi nueva madrasta tiene casi mi edad.

—Te recuerdo que tú me incentivaste. —reí.

—Tienes razón. Enhorabuena a ti y a tu compromiso —dije con felicidad genuina.

Nunca lo había visto así de alegre y entusiasmado, de mi madre poco se hablaba; murió al darme a luz. No hubo amor entre mis padres cuando se casaron, todo fue por un desliz y para no manchar la reputación de la joven se casaron.

—¿Por qué no me dices lo que en realidad te molesta? ¿Tiene que ver alguna muchacha?

—No hagas deducciones tan apresuradas padre. —él sonrió.

—Acerté.

—¡No, no lo hiciste!

—Sí que lo hice y espero que sea una muchacha decente Tobías Carson. —bufé.

—Es tan decente que aburre…

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Oscureció y como venía siendo costumbre me escapé al bar del pueblo. James Hadot era un compañero con la que me la pasaba desde que Alejandro se había ido a cazar su pequeña Maeve. La menor de las McFarlan me gustaba, era interesante y dulce pero mi amigo me habría matado solo por respirarle cerca con otras intenciones así que desistí, además que cuando vuelva seguramente será la esposa de Alejandro.

—Es curioso que tu padre vaya a casarse y todos pensábamos que nunca iba a volver a comprometerse. —comentó James divertido —Al menos escogió a la hermosa de las mellizas Genco, si hubiera escogido a la fea...

—¿La fea? —sus palabras perdieron toda la diversión para mí.

—Sabes muy bien de quien hablo. La muermo de Maisie Genco, con su nariz chata, delgaducha, sosa y tan fea ¿no te parece? —dijo riéndose, forcé una sonrisa para luego sin previo aviso golpearlo en medio de la nariz, haciéndole caer de espaldas de su banco.

Todos en el bar se callaron, lancé la mesa a un lado y me puse sobre James para volver a golpearlo haciendo que su labio sangrara.

—Vuelves a insultar a la señorita Maisie, llamarla fea o cualquier otro diminutivo ofensivo y voy darte la paliza de tu vida para luego atarte a tu caballo para dejar que te arrastre por todo el pueblo—rugí esas palabras con fiereza. —¿Has entendido?

—¡Si! —lo solté.

Todos en el bar nos miraban sorprendidos, alisé mi camisa y salí del lugar, ya había perdido las ganas de beber. Reaccioné como lo hice por orgullo e indignación de las cosas tan desagradables que dijo James.

¿Maisie una mojigata? Tal vez un poco, también podía no ser tan bella como su melliza pero no por eso era fea, en todo caso Maisie era mi fea y no iba dejar que otro viniera a decírselo. ¡Ese derecho me pertenecía únicamente a mí!

*****
Tomemos un minuto de silencio para no reírnos de Maisie arruinando todo con su crush hablando de fertilizantes 🤦🤣

Y Tobias... No tengo palabras para él,

¿y ustedes que piensan del pequeño Carson? 🤣🙆

©TODO POR AMOR. Trilogía: Amores Verdaderos 2Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt