5.Optimistic Voices

813 52 158
                                    

Zapatos en francés se dice chaussures.

Es algo que Luis ha aprendido en la última media hora después de ver a Aitana repetirlo de forma maníaca en francés, inglés y castellano. 

Aunque no tiene idea de porqué es tan importante. 

Pero ella insiste muchísimo en que Bárbara se lo transmita al policía. 

Una persona normal, opina él, estaría más preocupada por haber perdido su cartera con toda su documentación y tarjetas de crédito. Incluso su teléfono. 

Pero si hay algo que a Aitana nunca se le ha dado especialmente bien, es organizar sus prioridades vitales. 

Así que no debería sorprenderle tanto cuando repite la dichosa palabra una y otra vez. 

Ahora piensa que podría haberse girado. Fingir, una vez más que no la conocía. 

Habría sido más sencillo. 

Piensa incluso que la ironía de subirse a un barco y dejarla atrás habría sido tan exquisita que tendría material suficiente para un par de canciones más al respecto. 

Pero ya la ha dejado tirada una vez ese mismo día y su estómago aún no se lo ha perdonado.  

Así al verla discutir con el policía al borde de las lágrimas, intercambió una mirada rápida con Barbara y se acercó a ella. 

Fue la asistente de vuelo la que consiguió que Aitana mantuviese la calma el tiempo necesario para explicarle la situación. 

- Me desperté en el autobús y mi mochila no estaba- se lo había dicho a Bárbara, aunque su mirada se había escapado un par de veces en dirección de Luis, demasiado nerviosa para plantearse siquiera rechazar su ayuda- lo tenía todo allí. 

Se lo explicó con el labio temblándo, a punto de echarse a llorar pero sin llegar a derramar una sola lágrima. 

Luis no tiene idea de si se está conteniendo por pudor o por orgullo. 

Lo único que tiene claro es que a pesar de lo enfadado y decepcionado que está con ella, y lo está un rato largo, no tiene corazón para darle la espalda a alguien que lleva un día tan de mierda como el de Aitana. 

Finalmente Bárbara aparta un poco al policía para poder explicarle la situación sin las continuas interrupciones del Aitana y Luis se queda junto a ella sin saber muy bien que decir. 

Por una parte se muere de ganas de llamarle la atención por haber descuidado sus pertenencias. Ya lo había pensado al ver la mochila abandonada en el aeropuerto, no hacía falta ser muy listo para imaginarse que algo así podía suceder. 

Pero por otra parte no quiere que ella imagine, siquiera por un momento, que le importa lo suficiente como para llamarle la atención. Aitana no necesita más munición en su contra. 

Le gustaría ser el tipo de persona que pudiese fingir que no la conoce como hizo hace tan solo unas horas. Le gustaría, desde luego, que el instinto de acudir al rescate, no hubiera sido más fuerte que su instinto de autoprotección. 

Solo le consuela pensar que habría hecho lo mismo por cualquier persona que viese en esa misma situación. 

Hay que ver lo bueno que se vuelve uno mintiéndose a si mismo con pocas horas de sueño. 

- Gracias- la palabras, casi susurrada le pilla por sorpresa- por tu ayuda. 

Aitana pasa el peso de uno a otro de sus pies y apenas levanta la mirada del suelo. 

Parece cinco años más joven de lo que es en realidad. 

Peor todavía. Parece tres años más joven. 

Cambio de rumboWhere stories live. Discover now