69. Entre Árboles

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Si bien lo sé, este pueblo no es normal y vivir en medio del bosque, menos es normal. No entiendo a quien le gustaría vivir en un pueblo en donde te descuidas y te navajean el cuello. Es raro.

Todo es raro, no te confundas.

Estiro mi brazo alcanzando mi celular, le pico dos veces en la pantalla y se enciende mostrando me la hora en números gigantes. Son las ocho de la mañana. Es la hora perfecta para comenzar el día.

Desde pequeña soy algo madrugadora, siempre me ha gustado levantarme a esta hora porque siento que me da tiempo de hacer mucho más que si me levantara a las doce.

Justo cuando me tallo mis ojos para levantarme, sus fuertes y cálidos brazos, me rodean la cintura y acerca su torso con mi espalda, su voz ronca en mi oído.

-¿A dónde vas, naranjita?

Juro que me dará un paro cardíaco solo con oír así su voz y sentirlo detrás de mi.

-Voy a bajar a desayunar algo, con permiso. - trato de levantarme pero su agarre es fuerte.

-Desayuname. - su voz ronca me da cosquillas en mi estómago.

-Quítate. - quito sus brazos alrededor de mi.

Bufa. - Bueno, ve. - me libera y niego.

Me levanto de mi cama y observo como se sienta viéndome atento como me dirijo a la puerta. Una vez que salgo voy al baño para lavarme la cara y de ahí seguir el día normal.

Al salir del baño, voy a ver a Zara a su habitación pero no está. Lo más probable es que este abajo. Con mucha pereza bajo las escaleras, solo quiero que esté la comida en la mesa como cuando era pequeña, que mi mamá preparaba el desayuno y mi papá y yo fingimos ser los comensales.

Extraño eso.

Respiro hondo y entro a la cocina en busca de Zara, pero tampoco. Vuelvo a la sala y veo a Azalia acosada encima de Xam y Aslan acostado en el otro sofá abrazando un cojín. Ruedo mis ojos y salgo a ver si Zara esta afuera.

Piso la madera del pórtico y siento una corriente de aire fresco tras cerrar la puerta, aún cuando el sol está arriba, radiante como siempre. Bajo la mirada y noto un papel algo mojado, atrapado entre un poco de tierra. Al recoger el papel, veo que esta anotado "Dachs Rot" en letra cursiva.

Recuerdo que mi papá sabía alemán y me quería enseñar, pero nunca entendí nada más que decir los colores en alemán. Lo poco que recuerdo son los colores, entonces "rot" es rojo pero, ¿"Dachs"?. Voy a necesitar el traductor.

Giro el papel, que pareciera una cartulina cortada como un rectángulo. Al reverso decía: "Cree en la mitad de lo que veas y en nada de lo que escuches". Trago grueso recordando al chico de la fiesta, sus ojos azules.

Okay, es él, eso es seguro, pero ¿porque "Dachs Rot"? Antes de que alzará mi mirada, escuché un silbido, pero no era de un pájaro, era notorio que se trataba de una persona.

Quizás fue mala idea ir hacia el sonido, pero cabe la posibilidad de que el chico sea el asesino. Entre más caminaba, más me daba miedo de morir en el intento. Escucho como las ramas crujen cuando las piso, escucho mis latidos acelerados y escucho el silbido que me guía más a fondo del bosque.

Paro en seco cuando a lo lejos veo a una persona vestido de negro, la capucha tapandolo y un tapabocas negro. No se distinguen muy bien sus ojos, pero estoy temblando de su altura, a pesar de estar lejos se ve grande.

-Emm, ¿eres el chico de la fiesta? - grito y no contesta.

Da un paso hacia delante pero yo doy uno hacia atrás.

-No te acerques. - le advierto. - ¿Qué quieres?

No dice nada. Aprieta sus puños a los lados y siento que no puedo respirar.

Voy a morir.

-Thalia Becker, tenemos que hablar. - dice, no lo pienso más y me voy corriendo hacia la cabaña.

No me detengo ni a ver si me sigue, solo corro como si no hubiera un mañana y entro a la cabaña poniendo seguro a la puerta. Me recargo en esta y Zara sale de la cocina.

-¿Estas bien? - me ve y se ríe.

-¿Qué es esto? - le doy el papel que encontré.

-Solo es una broma pesada. - baja la voz cuando lee lo que está en alemán. - ¿Estaba afuera?

Asiento. - Esto me lo dijo un chico en la fiesta. - giro el papel.

-Haz el desayuno, ya bajo. - dice y se va por las escaleras.

No digo nada y voy a la cocina a regaña dientes, empiezo a hacer unos sandwiches para todos y los pongo en la mesa una vez que terminé. No me negué a hacer el desayuno porque solo así me pude relajar un poco después de lo del bosque. Da más miedo porque esta oscuro a pesar de que está el sol y hace algo de frío afuera.

Entran los dormilones de la sala y parecen zombies solo entrando a la cocina a comer. Va entrando Cassian y ve el desayuno, está apunto de decir algo cuando Zara lo empuja.

-Hoy me voy en la noche con una amiga, me voy por tres días. - me ve. - Thalia, quiero que vayas con ellos a la casa de Cass y que hagas una maleta.

-¿No me puedo quedar aquí? - la veo raro.

-No, te vas con ellos. - agarra su desayuno y se gira hacia nosotros antes de irse. - No quiero que hagan nada raro mientras no estoy.

-Pero Zara, pasado mañana hay una fiesta y tu ibas a ir. - dice Az.

-Iba. - dice y se va.

Yo me abstengo de preguntar porque se que no tendré respuesta. Empiezo a comer y veo que los tres chicos se ven entre ellos muy sonrientes. De seguro están pensando en algo que Zara no les dejaría hacer, como todo.

En parte quiero estas con ellos, pero en parte no. En lo personal me da miedo su manera de pensar en como divertirse. No los culpo, hacen cosas que no pueden hacer teniendo a Zara cerca.

Cassian se acerca a mí y me susurra.

-Nos vamos a divertir mucho, naranjita.

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👀 Cuando el gato se va los ratones hacen fiesta xd

BESITOOOS

:3

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El Bosque del Silencio (+18) ||TERMINADA||Where stories live. Discover now