93. El Comienzo

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DIECIOCHO AÑOS ANTES ⏰

*N. OMNISCIENTE*

Tener su vida soñada, eso era lo que anhelaba Devon Loughty. Tener un esposo, tener unos bellos hijos y claro, ser feliz. Sin embargo, su vida no era así.

Devon era una chica de pelo anaranjado, tan llamativo que atraía la atención de todos y sus ojos verdes que hipnotizaban a cualquiera, su sonrisa contagiosa y la más genuina que podrías haber visto. Ella tenía a novio, pero a pesar de tener hijos con él, no estaban casados. Al menos aún no.

Keiler Baxter, su novio. Era tan guapo, con una cabellera rubia algo larga y sus ojos azules, esos ojos azules cayeron con tan solo una mirada de aquellos ojos verdozos. Aunque parecía todo tan lleno de color de rosa, su relación se estaba yendo a la basura. En vez de amor solo habían celos y mentiras de parte de ambos.

La pelirroja tuvo mellizos con Keiler, una hermosa niña de pelo rojo como el de Devon y de ojos tan azules como los de su papá, le pusieron Zara, ella es la réplica exacta de su mamá. El otro mellizo, un niño de pelo pelirrojo, y en lo demás idéntico a Keiler. Devon también tiene una niña de un año, solo que el papá no es Keiler, si no Noah Becker.

La chica ha esta saliendo con él a escondidas hace un poco más de un año. La felicidad se hace presente en ella cada vez que está con él, están destinados a estar juntos, aunque Devon está en un problema más grande.

Es el sexto cumpleaños de los mellizos y Keiler salió temprano para trabajar. En ese momento se lo contaron, Thalia, no es su hija. Saber eso, basto para embriagarse antes de volver a casa.

Mientras Keiler estaba trabajando y además, yendo a embriagarse para desahogarse, Devon hizo una pequeña fiesta solo con los mellizos y su bebé. Les dio sus regalos que compró con la ayuda de Noah y ambos niños estaban felices y esa era la felicidad de Devon.

-Tu papá no tarda en llegar. - le dijo Devon a Zara. - Juega un rato con tu hermana, por favor.

-Pero, ella no sabe jugar.

Ambas ven a la bebé y está balbuceando mientras agarra una de las muñecas nuevas de Zara.

-Solo un rato, es que tu papá va a llegar y vamos a hablar. - hace a un lado el pelo de su pequeña.

-¿Van a pelear? - Zara hace una mueca.

Devon pone a Zara aún lado de Thalia. Si, Zara lo sabía, sus padres no están de todo bien.

-Ay, pequeña. - besa la frente de su hija y la abraza. - Todo estará bien.

Fue más para ella que para su hija. La dejó solas y luego fue a ver a Draven el cual estaba jugando con sus muñecos. Su hijo es muy cerrado y casi no habla, que diga un hola es mucho.

Draven es su hijo y se preocupa, pero Keiler siempre se lo lleva a cazar cuando tan solo tiene seis años. Pensar en el impacto que tiene ver como su papá mata a un animal, le preocupa. Devon sabe en el fondo que es su culpa y pudo haber cambiado algo, pero tristemente, el daño ya está hecho, sólo queda ayudarlo a salir de eso.

Al bajar las escaleras, el rubio de ojos claros está ebrio cerrando la puerta principal con los ojos vidriosos y la pelirroja sabe que viene. Una gran pelea.

-¿Por qué? ¿Qué mierda trae él que no tenga yo? - le grita a la chica.

-Baja la voz, Keiler, por favor. - Devon trata de tranquilizarlo.

-Yo hago lo que me da la gana, esta es mi puta casa. - señala.

La vida de Devon nunca fue fácil y en ese momento, tampoco. Mientras ella pensaba en que hacer para tranquilizarlo antes de que hiciera algo de lo que él se pudiera arrepentir, dos llantos suenan de la parte de arriba.

Es Zara, no para de llorar y corre hacia su mamá para abrazarla y llorar aún más fuerte.

-¿Ahora qué? - bufa Keiler.

-Thalia la rompió. - muestra su muñeca sin cabeza.

-No, no, mira. - Devon le vuelve a poner la cabeza. - Ya está, tranquila pequeña.

Zara ya está más tranquila y los llantos cesaron... Ambos llantos.

-¿Tu hermana no estaba llorando? - Keiler arquea una ceja a lo cual asiente su hija.

Ambos suben y detrás va su hija. Al entrar ambos quedan sorprendidos al ver tal escena, Thalia está pálida tratando de respirar mientras que Draven tiene sus manos apretando en el punto exacto para poder dejarla sin aire más rápido. Keiler agarra a Draven despegando lo de la bebé y Devon agarra a Thalia para tratar de tranquilizarla.

-¡¿Por qué lo hiciste, Draven?! - grita el rubio.

-Hizo llorar a Zara. - habla frío y serio, no parece ser un niño.

-Esa no es excusa. - dice Devon tratando de sonar relajada, pero su voz sale temblorosa y molesta. - Esto es tu culpa.

El rubio suelta a su hijo bruscamente. Draven apenas pudo levantarse para volver a su habitación y detrás de él, Zara.

-En vez de echarme la culpa, deberías agradecer de que salve a tu hija. - indica. - Y ¿esa bebé de quien es?

-No, no metas a Noah en esto.

-¿Noah? ¿Noah idiota Becker? ¿Es en serio? - exclama enojado.

Tanta ira hacia Noah, es por una simple razón, ambos sentían algo por Devon. Resumiendolo un poco, Noah se mudó y Devon se quedó con Keiler, pero en cuanto regresó Noah, esa química se hizo aún más intensa.

-Ignora eso, si no hubieras llevado a Draven a cazar cada fin de semana esto no hubiera pasado. - grita Devon.

-Lo necesita.

-¡Él necesita convivir! ¡Necesita socializar, no matar!

Y tiene razón, cada que el pequeño pelirrojo veía a su papá ahorcar, despedazar, matar a un animal, el deseo de hacer lo mismo aumentaba. Por alguna extraña razón, la primera vez que sus ojos azules visualizaron como la vida se desvanecía de un venado al que le disparó su papá, le asustó pero también le gustó.

Le gustó ver como sus ojos pedían auxilio, como su respiración se aceleraba, como la sangre salía a chorros. Cualquier niño se hubiera conformado con un juguete y tener un brillo de alegría y felicidad, pero Draven era diferente, tenía ese brillo, pero no fue por un juguete, si no por la muerte.

Que su papá lo llevara a cazar, tan solo hizo que encontrara lo que realmente le gustaba. Desde ese momento, todo empezó a cambiar para bien y para mal.

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Bueno, pues un poco de Draven... Jeje

BESITOOOS

:3

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El Bosque del Silencio (+18) ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora