72. El Causante

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El agua tibia me tranquiliza un poco, de lo que sea que vaya a pasar en unos instantes. Solo quiero pasar un rato con Cassian en vez de estar yo sola arriba y eso no está mal, solo es hablar. Supongo.

Él empieza a hablar sobre su chica. En resumen, parece que ella está haciendo su vida sin él y sin importar si está en su vida o no.

Como debe ser.

Me concentro en lo que dice y solo habla de ella. De cómo lo ignora, como él está tan loco por ella pero ella ni en cuenta. Yo no la culpo, Cass parece ser novio de Zara pero la verdad es que no son nada. Es de entenderse que ella ni siquiera quiera hablarle por Zara.

-Es que me gusta pero... Es complicado. - me ve y bufo.

-Tu lo haces ver complicado, ¿qué puede pasar si dejas de acostarte con Zara y vas con ella?

-¿Conocemos a la misma Zara? - arquea una ceja y me río.

-Buen punto.

Recargo mis brazos en la orilla y hace un poco de frío pero se sobrelleva. Cassian hace lo mismo que yo, recarga sus brazos pero esta muy cerca de mi.

-¿Qué? - digo tragando grueso.

Acomoda mi cabello detrás de mi oreja y niega.

-Quiero olvidarla y tu sabes como ayudarme. - sus ojos color miel están viendo fijamente los míos.

Bufo. - ¿Me quieres usar? - me enderezo para alejarme.

-No. - pone sus manos en mi cintura y me pega hacia él. - Quiero que me ayudes.

-Usar un clavo para sacar a otro. - rodeo su cuello con mis brazos.

-Si tan solo supieras. - hace que enrolle mis piernas en su cintura.

-¿Saber que? - cuestiono y pone mi espalda pegada a la pared.

Sus labios se juntan con los míos, yo respondo a su beso suave y húmedo. Ignoro el hecho de que no me contestó mi pregunta y me concentro en el beso, en su beso. Mi intimidad roza con su bulto más de una vez y solo me hace desear tenerlo a dentro de mi.

Trato de detenerlo pero no puedo, mis palabras se quedan atoradas con cada choque de labios. Sus labios descienden por mi cuello, dando pequeños mordiscos. Enredo mis dedos en su pelo, mordiéndome los labios por como me hace sentir.

Se separa de mi y cuando estoy apunto de reclamar, me agarra mis manos guiándome afuera de la piscina.

-Vamos adentro. - entramos a la casa. - No quiero que te oigan gemir cuando te dé tan duro.

-¿Y si, si oyen? - lo veo y sonríe.

-Ya sabrán que eres mia. - me da un pequeño beso en mis labios.

-Yo no soy tuya. - subimos las escaleras.

El frío se siente aún adentro y más en el piso. El piso de madera cruje cuando lo pisamos y veo el rastro de agua que dejamos al entrar. Ni siquiera nos secamos, no nos detuvimos a eso.

-Ya eres mía. - abre la puerta de su habitación y al entrar me pega a la puerta. - Pero no me molestaría demostrartelo otra vez.

Sus manos intentan quitar la parte de arriba de mi traje de baño pero lo detengo.

-Zara también es tuya, ¿no? - digo y niega.

-Es distinto y prometo decirte porque es distinto. - vuelve a tratar de quitar mi traje de baño. - Algún día lo haré.

Cuando lo dejo quitarme la parte arriba, sus manos masajean mis pechos delicadamente mientras sus labios vuelven a los míos atrayendome hacia él otra vez. Me dirige a la cama recostandome en ella, se aleja para quitarse su short y quedarse como llegó al mundo.

El Bosque del Silencio (+18) ||TERMINADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora