6.4 Desvanecido

926 153 19
                                    

— ¿En coma? ¿Por qué...?

—Perdió mucha sangre y resucitar no es precisamente sencillo. No me preocuparía por su estado. Está bien y tenemos todo lo que pueda necesitar.

—¿Cuánto tardará?

— No sé. No será mucho tiempo. Máximo un año. —Con la mierda de suerte que se carga, honestamente lo alivia que sea un año y no un tiempo indefinido. Además, así tiene tiempo de procesar un poco mejor esta situación.

Una muy tierna donde su hijo nació, su pareja sobrevivió a un intento de asesinato a él y al niño; sus padres fueron asesinados; están en proceso fúnebre y ni siquiera se dio cuenta sin que lo avisaran y más importante aún: Es la cabeza de Sonyeondan.

Un lio tremendo, ni siquiera su padre heredó tan pronto. Puede que sea un cerebrito y sepa que hacer, pero en la práctica no tiene mucha seguridad de ser bueno. No ahora y sin un de tiempo en probatoria para saber cómo no cagarla. Bueno, empezó en el Rap siendo un pequeño feto de quince años intentando ser "Cool" y si pudo llegar a la gente con melodías... podría a base diálogos o balazos.

Tiene un estado anímico tan volátil que no será malo o raro matar algo que este fuera de su lista de prioridades: Uno, Jin; dos, Jimin. Fin.

Tras pasar un rato viendo a Jin ser mantenido vivo gracias a sueros y máquinas va a su habitación. La cuna de Jimin, su gordo -pesó cuatro kilos y medio-, y gran bebé llorón. Tiene una herida en el brazo, pues el cuchillo si logró herirlo. Gracias al dios en el que no cree no es grave.

Solo quedaría una fea cicatriz que desaparecerá con los años.

Lleva dos meses en lo mismo. Sus hombres y subordinados en general no lo ven con buenos ojos por estarse enfocando tanto en su familia y no en Sonyeondan. No le importa en realidad. Pasa rato hablando o "cantando" a Jin al tiempo que dejaba a Jimin dormir con él en la misma cama.

Va bien. Descontentando a Sonyeondan, su vida personal iba bien. Tanto que apenas se da cuenta de que no fue al entierro de sus padres hace ¿Dos meses? Que importa, no sintió nada y no iba a fingirlo. Quizá fuese karma a ellos. Lo usaron para llenar su lugar, él no va a perdonarlos sin más, ni siquiera estando muertos.

—A los niños les dan esta clase de fiebres, no preocupe.

Mira al niño con preocupación, Jimin tiene un par de días con fiebre sin sentido. Es como si el estrés que siente por el coma de Jin los está afectando de lleno. Intenta serenarse y sencillamente creer en lo que el médico pediatra le dijo. La fiebre baja y sube hasta que deja de llorar y estar rojo como un tomate.

Duerme tranquilo un par de horas con esa mejoría. Jimin comió, la fiebre bajó, también su malestar. Todo está bien. Son las once de la noche cuando despierta. Se supone que cada día a las nueve debe ir a hablar con Jin para que sepa cómo va todo.

—Bien, hora de ver a Appa... Que duerme como un oso—Su cabello es un maldito desastre, pero medio dormido que va estar pensando en eso. Toma a Jimin con cuidado para no despertarlo y que empezara a llorar—. Quizá te extrañe... ¿Jimin? Oye, gordito, que sueño tan... pesado...

Lo dejó en la cama y encendió la luz. Se ve ... Raro. Muy quieto. Le abre la ropa con estampado de osos y le pone una mano en el pecho.

Su corazón no late. Ni siquiera está respirando.

El pecho le está doliendo y unos lamentados quejidos se están escapan de sus labios. Niega en voz que va subiendo de tono lentamente hasta gritar lastimero. El guardia no tarda en llegar y por la escena llama al doctor. La respuesta a que pasa es tan simple que a Namjoon no le vino a la cabeza, no la quiere aceptar aun cuando se la han repetido al menos seis veces por haberlo cuestionado.

Shoot || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora