Mi Amigo Chūya

1.2K 128 53
                                    

ADVERTENCIAS: CAPITULO FUERTE.

El sueño del pelirrojo siempre había sido convertirse en profesor de matemáticas, por lo que Mori no pudo quitarle esa ilusión y lo inscribió en una universidad como tal. Por las mañanas, asistía a ese lugar que le ponía tan feliz y le hacía olvidar toda su terrible vida vespertina.
Por las tardes, luego de clases, era entrenado para ser uno de los ejecutivos de la Port Mafia, y el entrenamiento era completamente muy estricto, sin consideración por nadie. En las noches, si Chūya no era maltratado por Mori por diversión del mismo, era el juguete de Dazai, quien aún no lograba causar ningún síntoma de embarazo en el pelirrojo, cosa que frustraba su sueño de convertirse en el jefe de la mafia.

En la universidad, Chūya tenía un único amigo a pesar del poco tiempo que llevaba estudiando, su amigo Doppo Kunikida, ese rubio que trabaja para la agencia armada de detectives dotados y que siempre buscaba la manera de ayudarle a su nuevo amigo en todo lo que necesitara.

- Nakahara-kun. ¿Te sientes bien? Te veo algo... pálido y además, ¿a qué se deben todas esas heridas?-. Preguntó preocupado.
Miraba que Chūya tenía moretones y cortadas en sus brazos, heridas de cortadas pequeñas en su cara, mordidas y chupetones en su cuello, y un semblante triste y apagado, no muy típico del que Chūya mostraba en la escuela aun cuando no se sentía feliz. Hacía lo posible por ocultar sus heridas, pero fue descubierto por su único amigo.

- Estoy bien-. De nuevo mintió. Comenzaba a sentir náuseas y mareos que no lo dejaban tomar la clase con comodidad. Escuchaba al profesor con voz distorsionada, y su visión se volvía negra hasta que perdió la consciencia. Desmayó.

- ¡Nakahara-kun! ¡¡Nakahara-kun!!-. El rubio se asustó. Al ser más alto que su compañero, lo levantó en brazos. - ¡Profesor, llevaré a Nakahara-kun a la enfermería!-. Avisó.

Kunikida caminaba apresurado con un inconsciente Chūya en brazos. Era pesado, debía admitirlo, pero nada con lo que no podría lidiar el rubio de los ideales.
Después de caminar por un pasillo, finalmente entró a la enfermería y recostó al pelirrojo sobre la cama, avisándole a los médicos y enfermeras que había notado ciertos síntomas en su amigo, y éste había terminado desmayado.

Los médicos revisaban las heridas en el cuerpo del menor, concluyendo lo más obvio: Chūya era víctima de abusos de todo tipo y era muy probable de que estuviera embarazado. Incluso realizaron una prueba de embarazo en él, obteniendo un resultado positivo, cosa que les preocupó bastante debido a las condiciones anémicas del joven.

- ¿Qué es lo que tiene, doctor?-. Preguntó Kunikida algo preocupado. Chūya abría sus ojos, recuperando la consciencia.

- ¿Eres tú la pareja de Nakahara-kun?-. Preguntó uno de los médicos, poniendo nervioso al rubio.

- ¡¡¿Ehhh?!! ¡¡Claro que no!! ¡¡Yo no soy gay!!-. Se negó de inmediato.

- Yo tampoco lo soy, Kunikida-kun-. Comentó Chūya desde la cama. Estaba débil, pero se esforzaba por sonreír.
- Voy a tener un bebé, ¿verdad doctor?-. Preguntó desanimado.

El médico se agachó un poco, poniéndose a la altura de la cama y apartando la cabellera de Chūya del rostro del mismo.

- En efecto, sí. Estás esperando un bebé, pero dime, ¿quién te hizo ese bebé?

Esa pregunta incomodó al joven y lo hizo sentir de nuevo el objeto sexual que era para el desperdicio de vendaje. Le daba asco con sólo pensar que en su interior crecía el producto de todos aquellos momentos horribles en los que sufrió de mil maneras. Quería simplemente deshacerse de esa criatura que no tenía intenciones de conocer ni de mantener durante nueve meses dentro suyo. Pero según Mori, él (Chūya) no se haría cargo de "la bebé", en el caso de ser una niña. Por el contrario, si resultaba un niño las cosas cambiarían incluso para Dazai.

DARKNESS MY SORROW [SOUKOKU MPREG]Where stories live. Discover now