Niñeros por una noche (1)

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Tres meses después...

Se presentó un conflicto con una nueva organización mafiosa en Yokohama que quería tomar el poder y destruir a la Port Mafia. Por suerte, sus miembros no poseían habilidades tan poderosas como para derrotar al Soukoku, por lo que Osamu Dazai, el joven jefe de la Port Mafia, creó un plan para trabajar con su pareja y compañero de equipo: Chuuya Nakahara, en esa misión. Debían dejar a sus hijos por una noche mientras se reunían con esa organización enemiga.

Atsushi-kun, ¿prometes que cuidarás bien a los niños?

Preguntó el castaño con un poco de desconfianza, pues aunque Atsushi sabía cuidar de Hideki, de seis años y de Yuzuru, de ahora ocho meses de nacida, temía que no pudiera hacerse cargo de ambos él solo, aunque en el fondo sabía que Akutagawa vendría a ayudarlo a ser niñero, no lo dejaría solo en un trabajo que podría resultar difícil para un joven de 19 años.

— ¡Lo prometo, papá, Chuuya-san! ¡Hideki-kun y Yuzuru-chan estarán bien! ¡Cuenten conmigo!

Hizo una reverencia para brindarles confianza, tomando a la pelirroja en brazos, quien estaba emocionada por estar en brazos de su hermano mayor. Le agradaba.

— Bien. Confiamos en tí y dejamos a nuestros hijos en tus manos.

Dijo Chuuya. Besó una de las mejillas de Hideki y luego la frente de la integrante más pequeña de la casa, para después salir acompañado de Dazai, con el único objetivo de ganar y destruir a los contrarios.

Al haberse ido los mayores, Akutagawa tocó la puerta de la casa y fue recibido por Atsushi, pues ya estaban de acuerdo en que ambos cuidarían de los dos niños, y serían sus niñeros durante una noche entera.

— ¡Atsu-niisan! ¿Por qué Akutagawa-san está aquí?

Preguntó el castaño con curiosidad. Jamás escuchó a sus padres decir que Akutagawa estaría esa noche, cuidándolos. Estaba dispuesto a decirles sobre ello una vez regresaran, pero tratándose del pelinegro del Rashōmon que había sido alumno de su padre, prefirió mantenerlo en secreto y sólo disfrutar de la compañía de sus dos mayores en ausencia de sus padres.

— ¿Eh? A-Akutagawa está aquí para...

Atsushi no tenía ni idea de qué responder. Sólo Titubeaba nervioso, al lado de Akutagawa, quien sonrió y lo abrazó sin pensarlo y frente al niño, evitando lastimar a Yuzuru.

— Tu hermano mayor es mi novio, Hideki-kun. Sólo quiero hacer pijamada con él y cuidarlos a ustedes.

Interrumpió el mafioso, tocando una sonrosada mejilla de la pequeña y adorable Yuzuru.

Los ojitos de Hideki se iluminaron al escuchar esa noticia. ¿Su hermano tenía novio y era el mismísimo chico del Rashōmon que tanto admiraba? Estaba feliz. Se acercó a ambos y los abrazó, a uno de cada pierna, en medio de los dos. Atsushi estaba sonrojado, Akutagawa feliz y Yuzuru exigía bajarse a gatear.

— ¡Oh! Yuzuru-chan quiere jugar en el suelo. Akutagawa, vayamos a la habitación de los niños para jugar un poco con ellos antes de dormir.

Propuso Atsushi. Sin bajar a la niña de sus brazos, caminó hacia la habitación, siendo observado por Ryūnosuke, quien traía en brazos a Hideki, sólo por diversión.

Al llegar al dormitorio, dejó a Hideki sobre la alfombra en el suelo, mientras que el peligris, sentó a Yuzuru sobre la cama y le entregó algunos peluches con los que la niña podía jugar sin lastimarse. Se sentó a su lado, en la orilla de la cama, y tomó uno de los peluches para jugar con ella y así, causarle sueño. La niña le balbuceaba y agitaba con alegría sus pequeños brazos.

— Jinko. Te verías maravilloso como madre.

Comentó sin quitarle la vista de encima, haciendo sonrojar al menor y deseando abrazarlo o besarlo en ese momento. Se veía demasiado lindo para sus ojos. Pero estaban en la habitación de los niños y Hideki podría comunicar todo a Dazai y Chuuya, cosa que no quería. Pues se suponía que ellos no sabían de la relación que tenía con Atsushi.

— ¿M-madre? ¿T-Te gustaría que yo fuera madre de tus hijos, Akutagawa?

Cuestionó ruborizado, desviando la mirada y aprovechando el comentario de antes. Yuzuru se acercó a él y lo abrazó, recargando su cabeza y cabellera en su pecho, de manera tierna. Extrañaba a su mamá.

Uwa...Uma...

Balbuceaba la niña, así era la manera en que llamaba "mamá" a Chuuya, y ahora le estaba llamando a Atsushi, situación que lo incomodó un poco por la presencia de su novio.
El pelinegro tosió un par de veces y sonrió.

Yuzuru-chan está feliz contigo, así que sería buena madre de mis hijos.

Decía pensativo, aunque sabía que por su cáncer no duraría mucho tiempo y no tendría la oportunidad de crear un niño con su ser amado, ni mucho menos, criarlo, si llegara a suceder.

♠♠♠

Las horas pasaron, y los niños ya se habían quedado dormidos en su habitación. Atsushi invitó a su novio a dormir con él, compartían cama y estaban muy felices de estar juntos otra vez. Pero al acercarse más a Jinko, el joven del Rashōmon puso sentir una no muy grande protuberancia en su pareja, que lo sorprendió y le dió la curiosidad de saber qué era.

— Jinko, ¿Qué hay debajo de tu suéter? Sentí una pequeña bola...

Decía nervioso, tocando esa protuberancia. Atsushi le apartó las manos al instante y se dió la media vuelta.

— ¡Chazuke! ¡He comido mucho los últimos meses..! ¿T-Te molesta que engorde?

Preguntaba avergonzado, cubriéndose con el cobertor por tanta pena.

— ¡N-No! Si estás gordito, p-podrías darme calor cuando me dé mucho frío, como ahora...

Lo abrazó con ternura y besó su frente.

— G-Gracias...


FLASHBACK.

— Atsushi-kun.

Llamó Dazai, luego de querer hablar a solas con Atsushi hace algunas semanas.

— ¿Sí?

Contestó nervioso.

— Si te preguntan, porqué estás engordando, diles que has comido mucho Chazuke. El Chazuke puede causar inflamación en las personas que lo consumen mucho.

Mintió con lo último, haciendo creíble su versión.

— ¿E-Enserio? Entonces... ¿Me está enfermando el Chazuke?

Preguntó asustado, tocando su estómago y sintiéndolo un poco abultado.

— Así es. El Chazuke que consumiste durante tres días seguidos, te traerá consecuencias. Te hará engordar más durante nueve meses, pero no te asustes, después de ese tiempo, volverás a estar delgado.

¡Oh! ¡Es un alivio!

Dijo sin cachar la indirecta, típico de él. Dazai sonreía.

— Después, le pondremos nombre a ese Chazuke que dejará de estar dentro de tu barriguita.

Señaló con cariño.

— ¿N-Nombre a un Chazuke? ¡Nunca lo hice!

— Pues lo harás.






DARKNESS MY SORROW [SOUKOKU MPREG]Where stories live. Discover now