Chuuya... ¿Me amas?

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El beso se volvía más apasionado, que comenzaba a excitar a ambos. Sentían calor, y sus corazones latían a gran velocidad.
El castaño jaló a Chuuya hacia el suelo y se posicionó sobre él, sin importarle que estuvieran en el patio del hospital, al lado de un árbol, entre los arbustos, difícilmente visibles de todos.

Metía una de sus manos debajo de la camiseta de Chuuya, acariciándolo desesperado, mientras besaba el cuello y labios de éste. El pelirrojo estaba sonrojado, sentía la sangre de Dazai en su abdomen y pecho al ser acariciado por él.

D-Dazai... Estamos en el patio del hospital...

Decía excitado, pero sin hacer ningún esfuerzo por apartar a Dazai de él.

No me importa. Yo te amo, Chuuya... Quiero estar contigo, quiero hacerlo contigo, ¿o prefieres hacerlo con Kunikida-kun?

Decía celoso. Entrelazaba sus dedos con los de Chuuya, observándolo con cariño.

— N-Nunca hice eso con Kunikida... Ni con nadie. Estoy casado, no puedo ser el amante de nadie...

Respondió serio y sonrojado.

— Ma agrada escuchar eso. También te he sido fiel, Chuuya. Dime... ¿Me amas más a mí o a Kunikida-kun?

No le quitaba la mirada de encima, quería una respuesta y ver el movimiento de sus ojos, para saber si mentía o no.

En ese momento, un guardia de seguridad, al ver un ligero movimiento entre los arbustos, se acercó y encontró a ambos con intenciones de tener sexo ahí y desvergonzadamente.

— ¡¡Par de mocosos!! ¡¡¿No saben que está prohibido esto en el hospital?!! ¡¡¿Dónde creen que están?!! ¡¡¿En un hotel?!! ¡¡¿O quizás motel?!! ¡¡Váyanse ahora mismo, soy la autoridad y les exijo que se vayan!!

Gritaba dando órdenes. El castaño se levantó, cubriendo con sus mangas rápidamente sus heridas, y ayudando al pelirrojo a levantarse, juntando también su sombrero lleno de ramitas y hojas.

— Señor, somos de la Port Mafia. La autoridad más alta de Yokohama.

Alardeó Dazai, tomando una de las manos de su esposo.

— Pero ustedes no pueden hacer nada sin órdenes de su jefe. Además, ese enano no podrá hacer mucho.

Respondió el guardia, burlándose de Chuuya, lo que enfureció a ambos.

— ¡¡Mire, señor idiota!! ¡¡Yo soy mucho más fuerte de lo que cree!! ¡¡Y él es el jefe de la Port Mafia y puede hacer lo que quiera cuando quiera!!

Dijo Chuuya molesto.

— ¿E-Enserio?

El hombre retrocedía nervioso. Al estar frente al jefe de la organización más poderosa de Yokohama y del país, era algo distinto que estar frente a los simples subordinados. Sentía miedo.

— Nos iremos, señor guardia. Lamento causarle molestias. Vámonos, Chuuya.

♠♠♠

Kunikida había terminado agotado después de cuidar durante toda la tarde al hijo de su novio Chuuya. Creía que ser padre era algo sencillo y sólo se trataba de estar con el hijo y cuidarlo, no de tener que jugar con él, darle de comer, atenderlo si se enferma, ser paciente, y muchas otras cosas más.

Dazai y Chuuya se presentaban con sus ropas de mafiosos en la Agencia Armada, frente a los detectives, quienes desconocían aún la relación de su presidente con el ex jefe de la Port Mafia.

DARKNESS MY SORROW [SOUKOKU MPREG]Where stories live. Discover now