Medidas de protección

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3.4. Medidas de protección


3.4.1. Introducción

El problema de los superdotados completos no es una tendencia al aislamiento, sino todo lo contrario: como al principio creen ser "como todo el mundo" o incluso algo inferiores, se muestran tal como son a cualquiera sin precauciones, y los demás, que sí notan su diferencia pero no la comprenden, la malinterpretan y les aíslan mediante el rechazo hasta que se retraen socialmente creyendo tener algún defecto por el que son rechazados (o nunca plenamente aceptados), hagan lo que hagan.


Para evitarlo, es preciso, por parte del sujeto:


1. Conocerse a sí mismo (autoanálisis, comparación y reflexión).


2. Observar y aprender cómo actúa la mayoría (para prever, en lo posible, sus reacciones).


3. Seleccionar adecuadamente las compañías.


4. Adaptar el mensaje a los receptores (no sólo al destinatario).


5. Discreción.



3.4.2. Conocerse a sí mismo

Alguien que ignora su propia diferencia intelectual y emocional no puede adaptar lo que hace y dice a la capacidad de comprensión de quienes le rodean, y por ello comete errores, en apariencia banales, que pueden arruinarle o amargarle la vida, ya que le impiden una verdadera comunicación. Si no puede ajustar lo que dice a quienes le oyen, no logra decir lo que realmente desea, y a menudo no puede evitar dar a entender precisamente todo lo contrario.


Por ello, quien perciba un rechazo (fuerte o difuso) por parte de muchas personas diferentes, sin saber el motivo o sin que haya en cada caso unas causas claras y suficientes para explicarlo, debería preguntarse si realmente se comporta, habla, siente y piensa como la mayoría, o si, por el contrario, hay algo que ésta pueda percibir como distinto. Queda, pues, identificar ese algo y averiguar a qué se debe.


Es muy importante en este caso no confundir o identificar lo mayoritario con lo bueno, correcto o sano (unas veces lo es y otras no), ni lo poco común con lo malo, defectuoso o patológico(ciertamente puede serlo, pero también puede ser todo lo contrario).


Para que surja el rechazo puede bastar con que alguien sea distinto de la mayoría, y no necesariamente ha de ser malo o despreciable, aunque así lo crean quienes le rechazan.



Puntos a tener en cuenta:

Analizar la propia manera de hablar, gustos, aficiones, preocupaciones, etc., y preguntarse si las tiene mucha gente —la mayoría— o no.

En caso de tener características poco comunes, preguntarse si son realmente malas, inocuas o buenas en sí mismas, y, si no son malas, pensar cuáles pueden ser las causas de que susciten problemas.

Superdotados, la  clave  olvidadaWhere stories live. Discover now