Capítulo 2

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Desperté con la inquietud de que alguien me miraba.

Pero gracias al altísimo, no era un fantasma.

—Oye.

Los fantasmas no hablan ¿Cierto?

—¿Uhm?— Es todo lo que respondo aún sin un ápice de lucidez.

—Estas en mi cama.

Ahí pude entender.

Me espabilo, abriendo por completo los ojos, e identifico a una figura femenina, al pie de la cama, me enderezo confundida.

—¿Disculpa?— Mascullo mientras me froto los ojos y reprimo un bostezo.

—Soy Annie, bueno, Ana Elizabeth, pero prefiero que me digan Annie— Sonríe de forma encantadora.

Me tomo el tiempo de detallarla.

Es una niña muy hermosa, con el pelo lacio y rubio hasta la cintura, casi tan largo como el mío, ojos verdes y piel clara, dónde se podían ver varias pecas esparcidas en sus pómulos y nariz. Delgada y según mis cálculos, más baja que yo, no tanto, lo que confirmo cuando al levantarme, tiene que elevar la mirada para verme.

Le sonrío de vuelta.

—Lo siento, estoy confundida, ¿No estoy en mi habitación? ¿Esta no es la 302?—Eleve una ceja.

Si, acá se enumeran, cómo en un hotel.

—Oh, si. Supongo que eres la nueva, te esperaba. Brianda, no?

—Si, un placer— Estrecho la mano que me ofrece y algo dudosa añado— Si ésta es mi habitación ¿Que haces acá? Sin ánimos de ofender.

—Pues realmente es nuestra habitación, y estás en mi cama. Dormí durante la noche en la tuya porque no quise despertarte, pero ya es hora de la primera clase.— Se encoge de hombros y le echa una mirada a mi maleta.

Formé una O con la boca, y me permití observar el resto de la habitación. Efectivamente hay otra cama, al otro extremo de esta, la puerta del dormitorio está en la mitad, ha de ser por eso que no me percaté, tan agotada como estuve que solo me tiré en la primera cama que alcancé a ver.

—Lo siento, anoche llegué muy cansada— Hice una pausa— ¿Por qué no estabas acá? Cuando llegue a la habitación se había cumplido el toque de queda.

—Era domingo— ríe— estuve con unos amigos haciendo cosas.

—¿Eso se puede? Pensé que eran muy estrictos con el toque de queda.— Enarcó una ceja— ¿Logran salir sin que se den cuenta?

—Pues si, fíjate que es difícil pero no imposible, sobretodo si hablas de adolescentes encerrados— Se acerca a mi como si me fuera a contar un secreto— Mucho menos si llevas un tiempo acá, y conoces su seguridad- Me guiña un ojo.— Deberías levantarte, vas a llegar tarde.

—La superiora dijo que podía desempacar en la mañana y que empezaría las clases en la tarde.

—Oh, lo siento— Se sonroja.

—No hay problema, igual quería ver a mi medio hermano antes de empezar clases.—Le resto importancia con la mano.

—Uhmm, supongo que todavía no conocen el instituto. Yo estoy acá de hace unos meses, pero me lo sé de memoria, si quieres tú y tu hermano me pueden esperar aquí antes de la hora del almuerzo y les hago el tour— Se encoge de hombros— Mi última clase de la mañana es arte, el profesor me deja salir temprano así que estaré puntual—  Asegura.

Hace nada que la conozco y estoy casi segura de que habla bastante, es genial.

—Eso sería muy lindo de tu parte Annie. Gracias— Una sonrisa extiende mis labios.

Conexiones OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora