Capítulo 12

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Capítulo dedicado a: Dian__aPJ

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—Chocolate— Le respondí a Alec cuando con su mirada llena de impaciencia preguntó por quinta vez a Annie y a mí los sabores que queríamos.

—Relleno y cubierta... ¿De?

—Avellanas y chocolate.— Me miró fijamente y luego asintió con lentitud. 

Había desarrollado una pequeña obsesión por el chocolate. Cualquiera que no fuera ese amargo sin calorías que era el único del que mi madre me permitía comer, se convirtió en una debilidad para mí.

—Perfecto, entonces Limón con vainilla y...— Me volvió a mirar— Una diarrea asegurada.

Dijo y asintió con la cabeza mientras Ann y yo soltamos una risa por lo bajo.

—Bueno, es más normal que el de Asher— Interrumpió Abiel acercándose a nuestra mesa al aire libre con una sonrisa burlona.

Lo miro esperando una explicación.

—Sorbete de manzana con pomelo y chocolate. La chica asegura que es buenísimo.

Alec plasmó en su rostro la repugnancia pura.

—Hay que ver el par de hermanitos que nos trajo la vida— Dijo con ironía para luego irse con Abiel.

No habían caminado ni tres metros cuando Annie me habló.

—Creo que le gustas a Art— Soltó de pronto— Pero no hablo de gustar de enamorase, si no de atracción ¿sabes?— Me miró divertida y con una mirada cómplice.

Claro que sé, lo he leído en muchísimas novelas y visto en innumerables películas, es un cliché.

¿Gustarle a Arthur?

No lo creo.

Volteé los ojos y lo ví alejarse junto con los chicos, tiene un andar que demuestra seguridad por dónde se viera. Va vestido todo de negro, pero lo que más resalta de su vestuario es el suéter que se amolda a su figura y marca sus brazos de una forma que debería ser ilegal.

Me sentí acalorada por un momento y sin percatarme solté un suspiro que hizo reír a Ann.

—Es agradable la vista, ¿cierto?

— ¿Agradable a la vista? ¿Estás jugando? Es muchísimo más que eso. Es como la versión masculina de Afrodita.

Su risa suave como la de una niña se hizo presente debido a la comparación.

—¿No intentarás nada con el? — Dijo con una mirada traviesa.

Niego, dubitativa.

—No lo creo, el...— Hice una pausa— No lo sé, tal vez. No quiero pensar en eso ahora—Sacudo la cabeza, a lo que ella voltea los ojos y resopla, pareciendo divertida.

No sé a qué se refería con intentar algo, sería como ¿invitarlo a salir?  O tal vez besarlo... En los libros pasa mucho, tal vez pueda hacerlo ahora que por fin salí de casa y no tengo que seguir las pautas de Regina.

—Está bien, supongo que no estás acostumbrada a estas situaciones, pero prepárate porque a la noche tendremos una linda y larga conversación— Río y asiento, acción que hace que me mareé un poco y sienta una pequeña punzada de dolor en la zona central de mi cabeza.

Tras estabilizarme, tomo de la muñeca a Ann y la halo después de levantarme, para dirijirnos a los chicos que están a pocos metros de nosotras.

Conexiones OscurasOnde histórias criam vida. Descubra agora