Capítulo 8

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Habíamos vuelto al instituto sin ningún inconveniente.

Los turnos de los vigías que antes habían sido un problema, no estaban y dos nuevos que desconocía llegaron.

Para mí fortuna, uno de ellos conocía a Alec, y el con la vaga excusa de que me llevaba a dar un paseo todo romántico, logró que el chico nos dejara entrar sin más.

Ese día descubrí dos cosas.

Que Alec no era tan idiota como pensaba.

Y que era extremadamente guapo.

Ahhhh y claro. Que de una manera y otra debía encontrar la tarjeta de la segunda puerta.

No entiendo porqué tanta seguridad.

Pero ahora que veo, si son cuatro códigos, seguramente se necesitarían cuatro tarjetas más.

La pregunta es, ¿Dónde mierda encontraría esas tarjetas?

Claramente no se las podía pedir a nadie.

Y Clarissa había dejado de aparecer en mis sueños.

Si bien, había decidido seguir todo lo que me decía una chica muerta (Que probablemente tenía problemas mentales), en mis sueños de manera impulsiva, no podía dejar las cosas a medias.

Tenía que descubrir de que me hablaba ella, tenía que saber a quién se refería como la persona que me estaba ayudando.

¿Cómo se había enterado esa persona, que yo estaba aquí en el instituto?.

Y sobre todo.

¿Que nos unía a Clarissa y a mí?

¿Por qué soñaba con ella?

¿Por qué tenía que ser precisamente yo?

Mi vida ya era lo suficiente miserable como para tener que resolver todo un misterio de años.

Porque si decía que estaba en peligro, asumo que se refería al instituto, había algo allí que no querían que se supiese, y yo definitivamente no podía con la curiosidad.

No creía que fuera una persona en específico, porque todo lo que apuntaba  a Clarissa decía lo contrario, tenía que ser algo más grande.

Estaba ansiosa, casi no dormía en las noches y todo este tema me tenía harta, no dejaba de hacerme las mismas preguntas.

No sabía si podía confiar en los chicos.

Pero el poco tiempo que llevaba con ellos, descubrí lo que era de verdad que una persona te importara, los seis chicos con los que había estado conviviendo se ganaron mi cariño en tan poco tiempo.

Desconocían que  había algo aquí que tenían que evitar, definitivamente haría lo imposible porque ellos no se vieran afectados por eso.

Por esa misma razón, decidí que las cosas las teníamos que hacer en equipo.

Todos juntos. Y fue por eso, que en el receso a mitad de la mañana los reuní a todos en la biblioteca.

Nos encontrábamos en un profundo silencio.

Los chicos habían llegado con su característica alegría, pues a pesar de todo lo que había pasado, ellos ignoraban lo que habíamos encontrado Alec y yo ayer.

Pero al ver nuestras caras se percataron de que todo esto era más grande de lo que podían imaginar.

Cómo ya había dicho, anoche no pude dormir lo suficiente, eso hizo que hoy amaneciera con media lunas de color morado debajo de los ojos.

Conexiones OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora