Capítulo 9

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Habíamos unido las camas dobles obteniendo mucho más espacio para los siete. Eran camas realmente espaciosas, para dos personas. Al ser una institución de gran prestigio, y altas tasas de inscripción, nos ofrecían el lujo suficiente para no quejarnos de nada, inclusive la comida, pues parte del menú eran platillos que las personas de baja clase no habían probado nunca.
En este momento nos encontramos sentados en el piso, alrededor del montón de snacks que habíamos comprado, los chicos tenían mascarillas de brillos en sus rostros y yo estaba depilándole las cejas a Alexander.
Básicamente todos habían accedido a hacer éstas cosas con nosotras menos Asher, quien al parecer tenía su masculinidad frágil. Pero después de que Annie y yo insistiéramos tanto, accedió.

Pero justo en este momento nuestras voces sonaban realmente alto y chocaban entre ellas, pues todos decíamos cosas distintas al unísono debido a  la discusión, Alec y yo habíamos decidido contarles lo que vimos aquel día en el pasillo.

—Si seguimos hablando así, nos van a expulsar en un santiamén.— Interrumpió Abril a todos.

Todos hicieron silencio. Menos Asher que fue el que dió inicio a una plática medianamente decente.

—Iuhg– Hizo una mueca de asco Asher.– Esa mujer está que roza los cuarenta años.

—Cuarenta años puede tener, pero hay que ser ciego para no notar que está buenísima– Comentó Abiel señalandolo.

—En eso tienes razón, puedo entender aunque sea un poco a Ethan, Natalia tiene unas piernas infinitas– Dice Arthur pensativo.

—Los insultaría pero están en lo cierto— Reí leve– Inclusive su rostro no parece de una mujer de cuarenta años– Digo pensativa– Le hacen falta arrugas.

Todos asintieron de acuerdo.

—Chicos, al punto– Dijo Alec volviendo al tema de conversación principal.

Alexander fue el primero en hablar.—Estoy casi seguro de que ahora somos intocables.

—Totalmente, tenemos a la mano derecha de superiora, o sea, la segunda al mando– Annie le respondió.– Ella no se arriesgaría a perder su reputación de esa manera.

—¿Pero que les asegura que no le va a importar? Tiene dinero, se puede librar de cualquier demanda fácil y vivir toda la vida cómoda—  Dice Abiel, con la cabeza apoyada en su mano y con cara de duda.

—Iuhg, maldita gente con dinero, siempre se salvan de todo, los aborrezco— Comenté de pasada. Todos me miraron raro, un momento.

Hasta que Alec tomó el mando de la conversación e hizo que nuestra atención fuera suya.

—Descubrí algo hace poco— Dice Alec un poco divertido– Natalia es esposa de la superiora.– comenta con simpleza.

¿Cómo mierda puede decir eso tan natural?

Tenemos  oro  en mi celular si es cierto.

Me muestro confundida.

—¿Cómo lo sabes? – Interrogué.

—Bueno– Empieza a contar– Después de todo lo que ha pasado no me iba a quedar de brazos cruzados, intenté investigar por mi cuenta algunas cosas– Piensa un momento– Que por cierto, no encontré nada relevante, solo absurdos mitos sobre el internado...– Se detiene pensativo.

—¿Y entonces? – pregunté curiosa y molesta a la vez, ¿Quién deja un chisme de esa magnitud a la mitad?.

—Ah, no, eso era todo.– Se encoge de hombros.

Lo está haciendo adrede. Volteo los ojos mientras tomo una almohada y se la lanzo a la cara. En serio este niño es un martirio.

Suelta un risa.

Conexiones OscurasWhere stories live. Discover now