Aquel Chico Misterioso

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«—¡Vuelve aquí mocosa! — exclamaron detrás de la pequeña. — Una Uchiha como tú, nos solucionará la vida.

A la niña no le importaban sus gritos, ella seguía corriendo, y no pensaba detenerse hasta estar a salvo de aquellos hombres que la perseguían.

—¡Toma esto! — lanzaron una cadena hacia sus pies. Provocando que cayera.— Te tengo.

Ella retenía sus lágrimas, no iba a llorar, este no sería su fin, podía hacer algo más.

Aquellos hombres se acercaron, y la tomaron de su largo cabello negro, soltando un pequeño gemido de dolor.

Mientras uno la agarraba con fuerza del cabello, otro se posicionaba frente a ella.

—Eres una mocosa muy escurridiza.— soltó una risa.— Pero al fin te capturamos.

La niña arrugó su nariz, para después escupirle en la cara, recibiendo una cachetada como respuesta.

—Debes respetar a tus superiores.— apretó fuertemente de sus mejillas.— Lástima que tenga que golpear una cara tan bonita.

Ella sonrió con cinismo.

—¿A eso le llamas golpes?— cuestionó en tono burlesco.— Apenas fue una caricia para mí.

Aquel sujeto se sintió humillado, pues su compañero había reído. Gracias a eso, le soltó un golpe en el pequeño estómago de la niña. De su boca, salio un poco de sangre por el impacto.

—Entonces es cierto que los Uchiha son unos egocéntricos.— volvió a hablar.— Dime, ¿Eso también fue una caricia?

La pelinegra volvió a reír, está vez, con cierta dificultad.

—Tú dímelo.— dijo con dificultad.

Sin previo aviso, otro golpe se hizo presente, pero esta vez, fue por parte de la niña, pues había golpeado a su agresor, en la entrepierna. Él se rotorcia de dolor, mientras que su compañero, sostuvo con mucha más fuerza a la niña. Ella por su parte, sacó un kunai, y le hizo un corte profundo a su otro agresor. Este cayó al suelo, y la niña aprovecho para quitarse la cadena. Quería volver a correr, pero uno de ellos fue más rápido, y la tomó del tobillo, provocando que volviera a caer.

Ahora, habían atado sus manos, ella estaba boca bajo, y sintió cierta presión sobre su cabeza. Aquel tipo había puesto su pie, sobre ella.

—Ya verás estúpida niña— hablo con odio.— Nosotros no somos como los demás que han tratado de capturarte.

La pequeña Uchiha trató de levantar su cabeza, pero a cambio sólo recibió más presión.

"Mamá..., papá...", pensó entre lágrimas.

Era cierto, no era la primera vez que trataban de capturarla, ella desconocía el motivo por el cual la buscaban. Siempre era alegre, amable con las personas, y muy amigable. Sin duda alguna, no se merecía este dolor.

—Sueltenla ahora mismo.— una cuarta voz se hizo presente.

Ella trató de ver quien era, pero le fue imposible.

La Última Uchiha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora