Los Uchiha poseen una gran capacidad del amor, si los Uchiha pierden a una persona a la que aman, se genera una profunda desesperación, por lo que su amor es fácilmente transformado en un profundo odio.
Yin Uchiha, perdió a la persona con la cual an...
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—Mira, haya hay una casa hogar.— señale.
—¡Sasuke!— Yin me miró enojada.
—Solo decía.— infle mis mejillas.
Después de que Yin aceptará ser mi novia, las cosas parecían ir bien las primeras horas, hasta que fuimos con el consejo, donde espere a la Uchiha afuera, y cuándo regreso, no lo hizo sola, sino con la niña que había encontrado en el bosque, me dió la noticia que apartir de ahora, viviría con Yin por un tiempo.
A decir verdad, la pequeña niña se veía tranquila, pero sabía que no lo era. Después hacer la leve sugerencia, de que Yin dejara a la niña en la casa hogar, está me sonrió con malicia, cosa que la Uchiha no noto.
—Saori.— llamo su atención.— Está será tu nueva casa.
Nos adentramos a la casa de la pelinegra. Ella le dió un pequeño recorrido, mientras esperaba en la mesa, algo fastidiado.
—Y por último.— se escuchó nuevamente su voz.— El es Sasuke, es mi novio, y también nuestro vecino.
Saori, como la había nombrado Yin, entrecerró sus ojos al momento de verme. Yo fruncí el ceño mientras la veía.
Ella si será una verdadera molestia.
—Tambien nos hará de comer.— mire mal a la Uchiha.
No cocinaría para esa niña.
—No.— dije.
—Pero Sasuke...— Yin se acercó a mí.— Siempre me haces comer.
—A tí sí, a ella no.— mire a Saori.
La azabache se acercó más a mí, mientras ponía una cara super tierna, eso hacia cuando quería que accediera a sus peticiones, pero está vez, no lo lograría.
—Por favor...— pidió.
Mis labios temblaron un poco.
No accedere, no lo haré, voy tener fuerza de voluntad. Esos ojos brillantes, y hermosos, no podrán contra mi, tampoco su carita... Hermosa, y... ¡No Sasuke! No te dejes ganar, tú nunca pierdes... Tú puedes más que ella...
∞
—La comida estuvo deliciosa, Sasuke.— Yin entrelazó su brazo con el mío.— Gracias.
—Tks...— Si que soy débil ante ella.— No volverá a ocurrir.
Esa ni yo me la creo.
Yin pareció reír ante mi comentario, mientras que miraba a Saori.
—Saori, siempre tienes que dar la gracias.— mire a la niña también.— Adelanté.
Saori y yo entramos a un duelo de miradas. Ella frunció el ceño, y con dificultad abrió la boca.
