Encuentros

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«La pequeña Yin, se encontraba sentada en las escaleras, mientras escuchaba la conversación que tenían sus padres, con otra persona.

Teníamos un acuerdo, y solo nosotros estamos cumpliendo nuestra parte.— habló el padre de Yin.— ¿De qué se trata esto?

—Nosotros hacemos lo que tú nos dices, pero ella sigue en peligro constante.— se oían las sollozos de su madre.

—¿Es que acaso no confían en mí?— preguntó el lider del clan.— Es mejor que lo hagamos así, si no quieren que a su hija le pase algo grave. Esta a mi cuidado y nadie se mete conmigo.

—Debimos recurrir al hokage cuando pudimos...

—De haberlo hecho, ahora mismo ni ustedes, ni su hija, estarían vivos, serían acusados de traición.— escupió sin delicadeza.— Mañana partiran a la aldea de la niebla en busca de información.

—Pero si apenas llegamos.— reprochó su padre.— No hemos podido pasar tiempo con Yin.

—No es de mi interés.— dio la vuelta.— Si no acatan las ordenes, den por muerta a su hija.

La madre de Yin, se paro de la silla, dispuesta a golpear al líder del clan Uchiha, pero su esposo la detuvo. No le convenia atacarlo, al menos no estando su hija en la misma casa.

Fugaku salió victorioso de la casa.

—Ya no puedo seguir con esto, Kiyoshi ... Quiero ver crecer a mi hija.— se limpio sus lágrimas.

—Nos estamos perdiendo de la vida de Yin. A mí también me duele.— abrazo a su esposa.— Pero este fue el camino que elegimos. Tenemos que aceptarlo

Ella se separo de golpe.

—¡Es mi hija! ¡¿Cómo pretendes que acepte no poder verla crecer?!

—¡También es mi hija Akane! ¡Y te recuerdo que si hacemos todo esto, es por su bien!— grito.

Yin se alteró un poco al escucharlos gritar. Pensaba que era su culpa, pero no se explicaba el porqué.

—A veces pienso que hubiera sido mejor, que ella no hubiera nacido...

El corazón de la pequeña, se rompió. ¿De verdad su madre pensaba eso?

Sintió la presencia de alguien a su lado.

—No es de buena educación, escuchar conversaciones ajenas.— se escuchaba tranquilo.

—No es de buena educación entrar sin permiso, y menos si es por la ventana.— trato de reír, pero le fue imposible.

—¿Te encuentras bien?— pregunto el niño preocupado.

Ella asintió, mientras retenía sus lágrimas por unos segundos. Él no dudo en abrazarla.

—No sé qué está mal conmigo... Shisui.— hablo entre lágrimas.»

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La Última Uchiha Donde viven las historias. Descúbrelo ahora