Los Uchiha poseen una gran capacidad del amor, si los Uchiha pierden a una persona a la que aman, se genera una profunda desesperación, por lo que su amor es fácilmente transformado en un profundo odio.
Yin Uchiha, perdió a la persona con la cual an...
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El chakra de Kabuto se percibía cada vez más cerca. No podía dejar de pensar en las palabras de Naruto, toda esta situación me estaba abrumando, pero no quería lastimar a nadie más.
¿Ésto es lo que en realidad quiero?
La espera me estaba matando, una parte de mí, se quería ir, pero la otra, después de escuchar a Naruto me pedía a gritos que me quedara.
—Al fin te encuentro, Yin.— dijeron a mis espaldas.
Me sorprendí al escuchar la voz.
—¿Cómo encontraste este lugar?— pregunté sorprendida.
—¿Eh?— parecía confundido.— ¡Ah, cierto!— se rasco la nuca.— Conozco Konoha como la palma de mi mano, al igual que varios lugares como este.— soltó una pequeña risa.— ¿No crees que es hermoso?— examinó el lugar.— Incluso de noche puedo notar la belleza de este lugar.
Mire a mi alrededor, no veía nada de esa belleza de la que hablaba.
—Ya no es bello.— agaché la mirada.
Seiya era el primero en no mencionar a Saori en cuanto me vió, y no parecía tener intenciones de hacerlo, pues solo miraba la luna.
—Deberias de irte.— Kabuto había llegado.— Es muy tarde y yo...
—Se de un lugar más hermoso que este, te lo aseguró.— interrumpió.
Sentí su mirada.
—No tengo ganas, Seiya.— evadí su mirada.
—Ven conmigo, Yin.— se acercó un poco.— No te arrepentirás.
—Seiya, yo no...— volvió a interrumpirme.
—Te juro que después de esto te dejare en paz.— su voz era tan serena.— Ven conmigo.— extendió su mano.
Sentí como mi cuerpo tembló por un momento. Tenía tantas ganas de ir con él, no sabía el porque. Mire de reojo a dónde estaba Kabuto.
—Toma mi mano, Yin.— soltó una pequeña carcajada.
Al diablo Kabuto, él puede esperar.
Dudosa, tome de su mano y ambos salimos del lugar. Seiya jalo de mi mano delicadamente, hasta llegar al lugar. Mire a mi alrededor, pero no veía nada de hermoso.
—Es un lugar hermoso.— se escuchaba contento.— Me relaja venir aquí.
Apreté mis puños con fuerza.
No debí venir aquí.
—Ya debería irme...
—¿Sabes por qué te traje aquí?— nuevamente interrumpió.
Negué con mi cabeza.
—Este lugar me recuerda mucho a tí.— me sorprendí ante sus palabras.— ¿Sabes? En mi vida he hecho cosas malas, y otras de las cuales me arrepiento, pero a pesar de ello, si tuviera la oportunidad de cambiarlas, no lo haría, porque todas esas acciones o decisiones me han convertido en la persona que soy hoy en día, y me agrada ser así, yo mismo me aceptó.
