Mistletoe |Larry Stylinson| [2]

Capítulo 9.

Harry aún tenía parte de su cabello húmedo y como intuía parte de su nuca dolía, Taylor vuelve a llenarle la tapa del termo con un poco de té y el ojiverde le agradece con voz baja.

Taylor lo cuidaba al igual que lo cuidaba su madre.

Louis estaba frente a él también tomando de aquella bebida caliente, sus cuerpo temblaba con violencia y Harry lo entendía, era su primera vez haciendo eso y se estaba recién acostumbrando al clima de Zermatt.

Harry se levanta de su lugar y se sienta a su lado, de su mochila saca una manta térmica y la pasa por sobre los hombros de Louis, el ojiazul se queda estático ante esa acción.

Harry sonríe por un momento, pero una pequeña clavada en su nuca le hace soltar un quejido de dolor.

—¿Estás bien?— Louis pregunta de forma baja temiendo que sus palabras se cortaran por el temblor de sus labios.

—Sí, no te preocupes— eso no calma para nada a el ojiazul, este mira la manta térmica y puede botar lo perfectamente grande que era, sin dudarlo la acomoda sobre su espalda y se junta más a el cuerpo de Harry para pasar el resto sobrante sobre él.

Niall suelta una exclamación de alegría cuando logra encender la fogata, una fogata a plena luz del día, pero era necesaria.

Casi todos por inercia se acercan un poco más al fuego, en cambio Louis se apega más al cuerpo de Harry y este apoya su mejilla sobre la cabeza del castaño.

De a poco los temblores en el cuerpo de Louis comienzan a disminuir y ambos toman del té que aún les quedaba.

—Nunca había hecho algo así—murmura de forma baja el castaño y Harry tararea dándole a entender que estaba escuchándolo— fué algo totalmente inprudente, pero genial, nunca me había sentido así de bien— Harry cierra sus ojos y mueve su cabeza asintiendo, estaba de acuerdo.

—Lo sé, la primera vez que lo hice, sentí como si mi piel se estuviera quemando— Harry recuerda y ríe con suavidad— Niall quería matarme porque ha pesar que él llevaba más años aquí jamás se había atrevido a hacerlo, dijo que estaba loco.

—Lo estás— afirma el ojiazul y Harry no lo niega.

—Sólo no me cuestiono tantas veces las cosas antes de hacerlas, la vida es una y es corta, siempre me pregunto cómo quiero vivir mi única vida— murmura con lentitud y eso relaja a Louis de una manera impresionante.

—¿Entonces decides hacer cosas arriesgadas porque sí?

—He estado a punto de morir por pensar mucho, sé que cada día puede suceder algo y probablemente tenga que dejar esta dimensión, pero no quiero irme sin estar satisfecho, sin lograr todo lo que quiero hacer.

Louis se mantiene en silencio procesando las palabras de Harry y si era sincero, sentía que tenía razón.

—¿Has logrado algo de lo que te has propuesto?

—Sí, vine aquí a Zermatt, me compré un terreno y tengo mi hogar ahí, tengo el trabajo que siempre quise y amigos geniales... Este es mi lugar.

—¿Y amor?— Louis maldice en voz baja ante su osadía, no debía haber preguntado así como así.

—Aún no, pero espero poder tenerlo algún día.

—¿Entonces realmente no piensas las cosas antes de hacerlas?— Harry ríe y vuelve a abrir sus ojos.

—Tampoco tan así, obvio que las pienso de todas formas, pero la mayoría del tienpo no, me guío por lo que siento

—Entonces... ¿Por qué aún no me has invitado a salir?— Harry se atraganta con su té y comienza a toser con fuerza, Louis se separa del cuerpo de Harry y golpea su espalda con suavidad para ayudarlo, las mejillas de Louis se habían encendido por su atrevimiento.

Quizás no había sido el momento perfecto para haber preguntado.