Los Delirios De Amarte [RusArg]

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-¿No vas a llorar?

Su cuerpo tembló al estar Completamente solo, Sujetaba sus cabellos tirándoselos un poco. No podía llorar, por más que sus ojos picaran o no, Sentia que ya había pasado por demasiadas cosas...

-Eres un buen Niño, Tomate esas pastillas, Sigamos conversando.

Rio observó a sus costados, Observando aquellas pastillas que Urss le había dejado antes de irse. Las miro con enojo y las agarró, Iba a tomarlas pero un fuerte dolor en su vientre lo hicieron retorcerse, Abrazándose a si mismo antes de que unas horrendas ganas de vomitar le invadieran. Con los pasos apurados apenas pudo abrir la puerta, Necesitaba ir al baño.

-¿Que dices?

El de sombrero de Copa no sabía que decirle al contrario, Se veía incrédulo ante su historia, Ante toda la situación.

-Yo...Aún no lo sé...

Italia desvió su mirada antes de acariciarse los cabellos.

-España se fue con todos sus bastardos, Sino me ayudarás entonces está bien, Buscaré a alguien más.

Uk lo observó irse, a paso lento mientras el se queda allí, Sin poder creer lo que le había contado.

Una pequeña brisa Helada hizo que su piel se erizará, Podía sentir la intensa mirada de aquella Chica mientras podía sentir el peso de aquel bebé que dormitaba a un costado de la enorme cama.

-Siéntate bien.

Rio no sabía ni qué hora era, Ni porque había terminado vomitando antes de Tomarse aquellas pastillas que ahora se encontraban esparcidas en el suelo, Siendo pisadas por aquella chica. Bielorusia lo había escuchado y había ido a ayudarle, Todos los demás dormían, Ellos eran los únicos despiertos.

-No has estado comiendo bien, Quizás sea eso.

Pero Río no la escucho, Solo observaba sus propios pies, Descalzos y pequeños, Los cuáles Nisiquiera llegaban al suelo al estar sentado sobre aquella cama.

-¿Que esperabas?, Aun eres un niño...

Ante aquellas palabras levanto rápidamente la mirada, Buscando al dueño de aquella voz pero solo estaban ellos dos. Bielorusia se aproximó a su cuerpo y lo abrazo suavemente, los pequeños brazos del Albiceleste rodearon su cintura y entonces la Chica Solamente sonrió con las mejillas sonrojadas a más no poder.

-Las cosas que te dan mi padre no te harán sentir bien- Inquirio de repente, Antes de soltar el abrazo y mirar fijamente el de ojos dorados- Eso solo te lastima los órganos porque son cosas para "adultos", Yo tengo la solución a tus dolencias.

Rio la mira fijamente y entonces Bela Sujetos sus mejillas y lo besó, Sorprendiendolo y haciendo que quisiera Separarse, Sin Embargó Bela No se lo permitió y aún menos cuando Su lengua invadio la cavidad bucal del Menor. La chica buscaba lascivamente algo, Algo que Deducia que le haría "Bien", Mientras sus manos bajaron a la espalda del menor y lo apretaron contra sus senos.

-¡Es-pera!, ¡B-ela!

Pero la chica no quería esperar, Con algo de fuerza golpeó su mejilla y Rio Sollozo ante el golpe seco. Bielorusia se levantó de aquella cama y comenzó a quitarse su blusa, Seguida de su Pantalón quedando En ropa interior frente al niño, Sin importarle que A su lado un bebé se encontraba durmiendo.

-Tienes que hacerme sentir "Bien" y te daré la solución a tus dolencias.

Rio no supo que responder, Cuando quiso reaccionar la chica ya estaba empujándolo, Obligandolo a Acostarse a lado de su propio hijo mientras ella se encargaba de "Ayudarle". Bielorusia busco entre la mesita de luz de su padre cierta cosa y al encontrarlo sonrió, Solo le basto una mano para agarrarlo y rápidamente inyectarlo en el brazo del Albiceleste.

Rio Gimió de dolor y a Bielorusia no le importo, Nisiquiera se preocupo en ver si la inyección portaba aire o no, Solo quería tener al niño sedado.

Los repentinos saltos sobre su cuerpo no le eran para nada agradable, Con los ojos nublados podía Observar la Figura de aquella chica, Saltando sobre su cuerpo mientras Jadeaba y le decía cosas que no entendía. Su cabeza estaba relajada y Demasiado, apenas podía voltear su cuerpo y observar al Bebé a su lado, la morfina en su cuerpo apenas le dejaba ser conciente de que Era Bielorusia quien en encontraba montandolo.

Nisiquiera podía observar su propia desnudez, mucho menos asimilar que una chica lo estaba violando a lado de su hijo.

Continuará.

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