𝙶𝚊𝚝𝚒𝚝𝚘 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘

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No, no pienses que inicié en esta vida a causa de una violación o algo así, ni mucho menos fui obligado, tampoco sientas lástima porque lo detestaré; sería una completa estupidez que me tengas menosprecio porque, ¿quién demonios eres tú para juzgarme? Lo más seguro es que también hayas tenido pensamientos impuros, sexo o cualquier otra perversión del diablo —como dicen los adultos—, nadie es perfecto y todos cometemos errores; los errores son de suma importancia porque gracias a ellos, lograrás obtener experiencias y podrás evitar cometerlos nuevamente si has entendido a la primera.

La primera vez que tuve sexo con un hombre fue cuando cumplí los dieciséis años de edad; en esos momentos, yo pensé que sería el mejor día de mi vida dado que estaba totalmente colado por ese bastardito que me arrebató la poca inocencia que tenía y después me dejó en el cesto de basura.

Típica historia de un imbécil que creía en el amor.

Tengo demasiados secretos —todos los tenemos—, que he logrado ocultar a la perfección porque no me apetece dar explicaciones sobre mi vida, ni mucho menos quiero reencontrarme con lo que realmente forma parte de mi vida desde mi nacimiento porque lo detesto tanto; he intentado con todas mis fuerzas lograr enterrar muy en el fondo todos aquellos recuerdos que me hicieron feliz y también los que me llenaron de tristeza.

El hecho de tener la típica familia disfuncional me impulsó para intentar encontrar un estilo de vida que realmente fuera de mi agrado y lo logré; quizá pienses que he tomado un camino incorrecto porque, ¿quién en su sano juicio siente satisfacción y felicidad en un trabajo como el mío? No muchas personas tienen esa habilidad, lo reconozco, sin embargo, la mayoría entró a este mundo por la necesidad del dinero y es una vía más práctica para obtenerlo.

No, no inicié en esta vida porque me hacía falta el dinero... tampoco porque quería demostrarle a mi familia que podía ser un puto —como nos llaman los imbéciles resentidos—, tampoco lo hice para lograr atraer su patética atención. Mi objetivo es totalmente diferente: atraer la atención de todos los hombres y mujeres. Lograr que me desearan tanto hasta el grado de pelearse entre ellos para ver quién sería el ganador que me tomaría.

Te preguntarás, ¿tú familia lo sabe? ¡Claro que sí! Ellos lo saben porque he sido acompañante de algunos de sus amigos y clientes.

El mundo es tan pequeño. ¿No lo crees?

Debo aceptar que en mi niñez estaba muy decepcionado y dolido porque había sido el hijo no deseado y mis queridos padres no se olvidaban de recordármelo a cada cinco minutos.

Aquella persona que siempre era elegida sobre mí había desaparecido y me sentí muy feliz por ello, lamentablemente, mis padres habían continuado hablando de esa persona y lo ponían sobre todas las cosas hasta que me cansé y dejé de lado la rabia que sentía porque yo no era tomado en cuenta en ningún momento.

Tras pasar tantos malos momentos, entendí que no había alguna manera para convertirme en el número uno y acepté gustosamente mi destino con resignación porque no había nada más que hacer.

Dejé de lado esos pensamientos aburridos y me concentré en el presente. No debo perder el tiempo en tonterías absurdas que no me dejarán nada bueno.

—Hola, ¿eres Lee Minho?

Elevé la mirada y me encontré con la sonrisa radiante del chico que se encuentra jugando con sus manitas.

—Sí.

—¡Soy Lee Felix! — se presentó con notable alegría. —Seremos compañeros en un trabajo, ¿te molesta si tomo asiento contigo?

—Para nada— le sonreí de regreso.

—Lamento tanto no poder darme a entender con tanta facilidad— suspiró —, aun me cuesta mucho poder comunicarme porque no soy de aquí. Espero que no te moleste el hecho de que diré algunas palabras en inglés dado que no se la traducción al coreano.