𝙶𝚊𝚝𝚒𝚝𝚘 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘

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Nunca antes me había preocupado tanto por hacer sentir bien a otra persona que no fuera yo mismo; me siento ligeramente nervioso porque no estoy seguro de que estoy haciendo lo correcto dado que me estoy dejando llevar por los consejos de mis amigos y no creo que ellos sean expertos en el amor porque parecen demasiado estúpidos e inmaduros en ese tema.

Solar me había informado que está noche llegaría el señor Bang, por ende, decidí hacer algo especial que lo haga sentir muy bien; quiero que todo esto sea sencillo, pero cálido; no sé exactamente como debo actuar porque lo único que sé, es como satisfacer a mis clientes en cuestiones sexuales y no en otras necesidades.

"¿Por qué me estoy esforzando tanto, si todo esto terminará tarde o temprano?", me pregunté en silencio. "Disfruta el momento, Minho", me alenté.

—Hola, amo. Le traje la cena— anuncié tras entrar al despacho.

La cabeza de Christopher giró de golpe cuando oyó la dulce voz de su querido gatito; su respiración se quedó atrapada en la garganta ante la visión frente a él. Minho está vestido sencillo y eso es extraño dado que él siempre suele vestir muy elegante y llamativo; esta noche trae puestos unos jeans deslavados, una camisa celeste de botones y unos tenis. Se veía impactante como siempre.

Pero la sexy sonrisa en la cara de Minho era lo que realmente le quitaba el aliento a Bang. El chiquillo trae con él una pequeña canasta de picnic en sus manos y sus hermosos ojos veían con hambre a Bang. Se veía vacilante, como si estuviera inseguro de ser bienvenido.

—Gatito, te extrañé— habló Bang mientras cruzaba el cuarto y llegaba frente a Minho. Se apresuró a pasar sus dedos a través del cabello del pelinegro y los peinó. El corazón de Lee latió el doble cuando Bang llevó a cabo esa acción tan íntima que lo hizo estremecerse por completo.

—También te extrañé, amo— murmuré. —Traje tu cena.

—Oh, ¿en verdad? — me pregunté tras colocarse a mi lado. —¿Qué me trajiste?

—Creo que te gustará.

Saqué dos platos, dos copas y dos servilletas blancas y las dejé en el escritorio; también saqué varios contenedores de plástico y los dejé sobre la mesa; finalmente, saqué un par de velas rojas y las encendí. Este ha sido el plan que han ideado los chicos cuando les pedí ayuda y espero no arruinarlo todo.

Al ver las velas, Bang levantó una ceja y se rio cuando vio que me he ruborizado por completo y decidí comenzar a acomodar la cena.

—Necesitamos otra silla.

—¿Para qué?

—Para sentarme— rodé los ojos.

—No, no la necesitamos. Tú puedes sentarte en mi regazo— dijo Bang mientras me agarraba de la cintura y me acercaba a él. —Ahora, ¿qué hay para cenar?

—Pollo a la Cordon Blue, pasta con queso cheddar y vegetales. De postre tenemos pastel de chocolate...

—Mmm, me gusta el chocolate.

"Felix no me mintió", pensé.

Tomé un pedazo de pollo con el tenedor y lo llevé a los labios de Bang.

—Maldición, gatito, esto está maravilloso. ¿No se suponía que no sabías cocinar? — preguntó con la boca llena.

—No hay nada que no se pueda arreglar con tutoriales de YouTube— me encogí de hombros.

—Tienes razón.

Continuamos hablando y bromeando, no pasó mucho tiempo para que la comida se terminara y Bang guardó los platos y los contenedores vacíos en la canasta; tomé la canasta y la llevé hasta otra pequeña mesa y regresé al regazo del extranjero.

Christopher envolvió sus brazos alrededor de mí y me sentí muy cómodo, como nunca antes me había sentido y me sentí ligeramente temeroso porque podría acostumbrarme a todo esto muy rápido; mi estómago se siente agitado, como si cientos de mariposas estuvieran paseando por doquier.

—¿Te gustó la cena?

—Por supuesto.

—¿El postre?

—También me gustó— sonrió abiertamente —Gatito.

—¿Amo?

Christopher gruñó al escuchar la palabra «amo» saliendo de mi boca y me sentí triunfador; Bang comenzó a desabotonar mi camisa y separó lo suficiente la tela para poder lamer mi tetilla; sonrió alrededor de mi pezón y solté un gemido de placer al sentir el tacto de su lengua recorrer ese botón.

—Esto es lindo, gatito, pero será mejor si te desnudas.

Me puse de pie entre las piernas de Bang y comencé a desabotonar mi camisa con lentitud en un intento de hacerle perder la cabeza al rubio que no he dejado de mirarme con hambre. Lancé la camisa sobre el escritorio y llevé mis manos hacia el botón de mi pantalón para abrirlo y deshacerme de esa tela que está estorbando; pateé mis tenis y bajé los jeans; tomé asiento nuevamente sobre el regazo de Bang, montado a horcajadas sobre sus muslos.

—¿Está mejor así, amo?

Bang colocó sus manos en mi pecho y comenzó a bajarlas lentamente. —Oh si, gatito. Está mucho mejor— dijo tras detenerse en mis tetillas y suavemente tiró del pequeño y duro botón que esperaba con ansias la atención del pelirrubio. —¿No has pensado en perforarlos?

—No, pero podría considerarlo. ¿Crees que se vería bien?

—Todo en ti se ve bien, gatito.

—¿Eso cree, amo? — pregunté tras hacer un movimiento que logró sacarle un gruñido a Bang.

—Te gusta causarme problemas, ¿verdad?

—Por supuesto, es parte de mi naturaleza.

Me incliné hasta tocar sus labios con los míos e inicié con un beso tierno e inocente que se convirtió en uno totalmente opuesto. Un momento después, ambos nos encontramos gimiendo a causa del placer que estamos teniendo gracias a nuestras increíbles habilidades; solté un gruñido al sentir el tacto de ambas manos en mi trasero pues Bang ha decidido apretarme cada globo con necesidad.

—¿Tienes algún lubricante por aquí? — le pregunté tras finalizar el beso caliente.

Bang no perdió el tiempo, abrió el cajón y sacó una gran botella de lubricante.

—¿Crees que necesitamos uno tan grande? — bromeé.

—Claro, me gustaría tenerte mañana, tarde y noche.

—¿Quieres esto, amo? — salí del regazo de Bang, me giré y me incliné sobre el escritorio para dejar al aire libre a mi trasero.

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[✐━] Capítulo publicado: febrero 27, 2021.

[✐━] Capítulo corregido: julio 28, 2022.