「❛ ceiunq ❜」

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(( 🌔 ))

El dulce aroma a vainilla y canela que se acercaba al carruaje hizo a Yoongi sonreír levemente. Cuando la puerta del transporte fue abierta subitamente y Jimin entró con entusiasmo, el pelinegro no hizo más que mirar por la ventanilla a su costado.

—¿Qué?— Preguntó curioso el omega acostumbrado a que su mayor estuviera obeservándolo siempre.

—¿Qué de qué?

—¿Por qué no estás acosándome con la mirada?

El carruaje comenzó a moverse con lentitud y el ambiente dentro del mismo no dejaba de volverse más y más tenso. Yoongi suspiró nervioso; desde la situación en el lago, el mayor se comportaba bastante extraño.

—No te gusta.

—Tienes razón, lo odio.— Jimin cruzó los brazos y se sentó correctamente, apoyando su espalda por completo en el asiento. Después, se removió incómodo cuando notó como el olor del hombre sentado frente a él era un poco más fuerte de lo normal.

Ninguno habló el resto del camino y evitaron a toda costa mirar a los ojos del otro. Cuando finalmente se detuvo el carruaje, Jimin bajó a toda prisa y como pudo, queriendo llorar mientras se acercaba más y más a su casa.
Yoongi bajó unos segundos después con su mano derecha intentando cubrir sus ojos del sol, pues el ligero dolor de cabeza que desde la mañana padecía amenazaba con ponerle de mal humor.
El omega tocó débilmente la puerta, sus manitos sudaban a mares porque los meses que estuvo fuera parecieron años de estar separado de su familia. Enérgicos pasos se escucharon del interior de la casita y en segundos, un alfa del tamaño del rubio abrió la barrera que lo separaba de su hermano; Jihyun saltó al instante a los brazos de su hermano mayor, apretujándolo con fuerza y Jimin a él.

—Mi bonito alfita.— Lágrimas cayeron de los ojos de ambos, el menor no dejaba de frotar su nariz en el cuello del rubio, buscando llenarse del familiar aroma, tanto como no lo hizo los meses pasados.

—Minnie... te extrañamos mucho...— Jihyun se separó un poco de su hermano para mirarlo como el cachorrito que era.— ¿Vienes para quedarte? ¿Ese hombre te dejó libre?

—Nun-nunca me tuvo... encerrado, Hyun.— El pequeño no respondió nada, pues Yoongi llegó al lado del omega y, aunque el pálido tuviera una sonrisa que pretendía ser amable, no dejaba de verse intimidante.

—Park Jihyun, ¿cierto?- El alfa extendió su mano hasta el niño, quien sólo la observó casi con asco. Al parecer, los terribles modales eran de familia.

—¿Por fin dejará en paz a mi hermano? Él no quiere estar con usted, Minnie ama a Subin noona.

—Jihyun, por favor no...

—Puede quedarse si le apetece.— ¿Por qué eso hizo al lobito de Jimin bajar las orejas afligido? Y no solo eso, sino que también fue la parte humana la que se sintió repentinamente triste.— Ve con tus padres, Jimin, después hablamos.

—¿A dónde vas?

—Tengo algunos amigos en esta región.

El rubio no tuvo tiempo de despedirse siquiera, aún estando abrazado a su hermano observó como Yoongi se marchaba en la misma carroza en que ambos llegaron. Aún así, entró a la casa junto a Jihyun, su madre estaba cocinando algún tipo de sopa y al verlo lo recibió con una enorme sonrisa y lágrimas en los ojos.

—Mi bebé, lamento mucho lo que te está pasando.— Pero, quizás, Jimin no.— Todo es nuestra culpa, lo siento mucho. El señor Min debe parecerte repulsivo.

No del todo.

—No te agobies, madre.— Tragó saliva con suma dificultad.— No... no es tan malo, supongo.

—¿Qué? ¿Qué dijiste? ¿Ya te acostaste con él?

—¡Claro que no! ¡Qué asco!— Tuvo que fingir esa fea mueca en su bello rostro.— Es sólo que todos me tratan muy bien, y eso me resulta bastante agradable.

—Subin ha estado esperándote, Minnie.

—No digas esas cosas, Jihyun.— La mujer miró al menor, reprendiéndolo por lo que Jimin no llegó a entender del todo.— Bueno, es que Subin-ssi ya marcó a otro omega.

—Ah, ya veo.

—¡Pero no te pongas triste, hijo!— No lo estaba.— Después encontrarás a otra buena alfa como Subin.

—¿Otra...?

—Cuando Min se aburra de ti.

Y, nuevamente, esa simple frase resonó en su cabeza hasta el instante en que Yoongi regresó y llamó al bello joven a afuera de la que fue su casa.

—¿Qué? ¿Por qué regresaste?— A pesar de parecer furioso, por dentro, Jimin agradecía que el pelinegro no oliera a algún otro omega u alfa.

—¿Quieres quedarte?

Yoongi arrugó el entrecejo, el dolor de cabeza no había parado y, en cambio, estaba haciéndose más y más fuerte, además de que terribles escalofríos lo hacían sudar frío.

—Es lo que quieres, ¿no? ¿Ya te aburriste de mí?

—¿De qué demonios hablas?— Un destello de azul pintó los ojos del alfa, Jimin dio un paso atrás de la impresión y Yoongi no hizo más que gruñir bajo y darse la vuelta para entrar en el carruaje.— Quédate si quieres. Me tengo que ir ya.

Pero no lo hizo, no se quedó, entró rápidamente en el carruaje y este comenzó a moverse. El pelinegro estaba hecho un ovillo frente a él y el omega no podía estar más confundido. Por otro lado, su aroma estaba haciéndose más y más fuerte, como si no pudiera controlarlo.

—¿Estás bien? Uhm... ¿Puedo ayu...?— Intentó acercarse al cuerpo del hombre mayor, siendo detenido al instante por la pálida mano contraria.

—No vengas, quédate ahí.— Un gutural gruñido.— Dile a Kim que vaya más rápido.

Así lo hizo, con esfuerzo le comunicó al conductor lo que le pidieron y no volvió a pronunciar palabra en los escasos diez minutos en que llegaron a la hacienda. Yoongi abrió la puertilla de una patada y bajó del carruaje con dolor para entonces casi correr a la casa, subir las escaleras e internarse en su habitación.

Posteriormente, entró Jimin, extrañado como casi nunca y buscó a cualquiera de las sirvientas o, en su defecto, a la propia Yangmi.

—¡Jiminnie!— Y sí, fue Yangmi quien lo recibió.— ¿Por qué el señor entró en celo? ¿Hicieron algo indebido en el carruaje?

—¿Eh?— Titubeó unos segundos.— ¿Celo? ¿Está así por el celo?

(( 🌔 ))

Not yours ║ Yoonmin ║ OmegaverseTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon