「❛ acrotec ❜」

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(( 🌔 ))

—¡Hola, Jieun-ah!

La mencionada giró su cuerpo por completo para encarar al lindo omega dueño de la voz que llamó su atención, una radiante sonrisa se dibujaba en su rostro. Pero, al notar que no solo el aroma del chico se hizo presente, volvió a tener la expresión neutra de siempre.

—Buenos días, señores.— Una reverencia de casi noventa grados por parte de la alfa castaña hizo que Jimin hiciera un puchero.

—¿Son cercanos?

—¡No es eso, Señor Min, n-nosotros sólo-

—Por supuesto que somos cercanos, ella me enseñó a montar a caballo.

Ese tono de voz logró que el lobo de Yoongi agachara sus orejas afligido. ¿Desde cuándo era tan sentimental?

—Está bien, trae nuestros caballos.

Jieun asintió de prisa y corrió hasta el establo; en su ausencia, el ambiente entre Jimin y Yoongi era bastante pesado, el omega ni siquiera se atrevía a mirar al pelinegro y, al contrario, Yoongi no despegaba su vista del chico.

—¿Qué decidiste? ¿Hablaremos del beso o lo olvidamos?

Rojo, el rostro de Jimin no estaba ni cerca de estar delicadamente ruborizado, pues era completamente rojo. Suspiró con fuerza y tragó duro para asegurarse de que no tartamudearía al hablar. Yoongi solo podía ponerle atención a como sus gorditos y rosas labios se movían suavemente cada que parecía que el rubio iba a hablar. Finalmente, tales titubeos terminaron en lo que pareció ser una pequeña sonrisa.

—Si quieres habla de ello, no me importa.

El pelinegro sonrió sin pena, mirando con devoción al rubio incómodo que estaba estático a unos cuantos metros de él.

—Me gustó mucho, tu boca sabe a caramelo y, además, tu cuerpo es muy...

—¡Detente, idiota!— Sí, era justo la reacción que estaba esperando.— De verdad no te soporto.

Jimin caminó a los establos queriendo evitar al alfa y esperando que el abrasador calor que estaba sintiendo por todo el cuerpo se disipara.

—Pensé en algo.— Yoongi se adelantó varios pasos hasta estar a pocos centímetros detrás de Jimin, tomó la muñeca del omega, quien solo lo observó expectante. El hecho de que no se soltara del agarre fue casi increíble para el alfa.— ¿No te gustaría visitar a tus padres?

El brillo en los ojos del rubio; Yoongi sonrió al verlo tan emocionado pero algo dentro de su pecho dolía, Jimin jamás se había mostrado así de alegre cuando se trataba de verlo o estar con él.

—¿Hablas en serio? Claro que me gustaría, sería genial, pensé que me tendrías encerrado para siempre.

¿Encerrado?

Yoongi soltó de a poco la mano ajena, sólo aquella frase lo hizo sentir triste y frustrado como nunca. Mantener cautiva a su pareja no era la idea que más le agradaba.

—¿Consideras que estás encerrado?

Jieun carrespeó incómoda frente a los dos hombres. Jimin le sonrió e, ignorando el cuestionamiento del alfa pelinegro, se dirigió al blanco caballo que la chica había preparado para él. El aroma del mayor se estaba volviendo amargo, aún cuando el mismo quería controlarlo.

—¿De verdad te sientes encerrado?— Yoongi subió a su respectivo caballo, uno negro. Cuando ambos estuvieron listos, el alfa hizo un sutil movimiento con la mano, indicándole a Jieun que se retirara, la mujer lo hizo casi corriendo.

—¿Eso importa? Pagaste por mí, ¿me dejarás libre sólo porque dije algo? Qué ridículo.— Jimin jaló suavemente la rienda y su caballo avanzó a paso lento.

Yoongi imitó al rubio aún desconcertado y con un apretado nudo en la garganta. Ahora que se mencionaba, lo que hizo para nada estaba bien.

—Puedes irte cuando quieras.— Habló el alfa cuando estuvo a la par de Jimin, quien lo observó con una dura expresión.— Nadie te detendría, no es como que di la orden de que te encadenen. Estás libre, puedes hacer lo que quieras cuando quieras.

—Sería no cumplir el trato.— Todo estaba tan silencioso y tranquilo, el viento soplaba por entre las montañas y se producía un armonioso canto.— Yo tengo palabra.

Yoongi resopló sin saber qué decir.— ¿Quieres ir a un buen lugar? Sígueme.

Con una tenue patada en el costado del caballo, el majestuoso animal comenzó a moverse más rápido y con agilidad entre los árboles, dejando atrás a cierto omega que intentaba seguirle el paso.
El cabello del alfa se sacudía encantadoramente y, por estar analizando la delgada anatomía de su mayor, Jimin casi se cae de su propio caballo.

Unos metros después, Yoongi se detuvo abruptamente y por consiguiente también el rubio, quien, al ver el lago de cristalina agua frente a ellos, cientos de recuerdos sobre sus tardes con Subin en el río golpearon su mente con fuerza. Ahora que lo pensaba, últimamente no extrañaba a la chica, quizá eran sólo los bonitos recuerdos que tenía con ella.

Perdido en sus pensamientos, el omega no notó cuando Yoongi bajó de su caballo y se deshizo de su camisa de seda, quedando únicamente con sus pantalón, ropa interior y botas. Rápidamente se llevó sus manitos a los ojos.

—¡Idiota! ¿Que no ves que aún estoy aquí?

—Regresa a la hacienda si te incomoda.— La ropa interior cayó y Jimin supo que era seguro mirar cuando escuchó como el hombre entraba en el lago; descubrió de a poco sus ojos y lo primeró que observó fue como los músculos levemente marcados de la espalda de Yoongi se contraían ante cualquier movimiento.— Yo te alcanzo después.

¿Sería prudente ir con el alfa? El agua se veía sumamente tentadora y Yoongi parecía estar disfrutando de nadar en el amplio lago.
Y fue como si algo lo poseyera, porque sin notarlo, Jimin bajó de su caballo y sus pies lo dirigieron al borde del cuerpo de agua; su lobo aullaba impaciente por entrar y sus piernas temblaban incesantemente.

—¿Vas a entrar?— Fue sorpresa pura por parte del alfa.

—Cierra los ojos, bastardo.

Yoongi se dio la vuelta con una sonrisa en el rostro y con absolutamente todos los vellos de su cuerpo erizados al escuchar como la ropa del omega caía poco a poco. Entonces, el sonido que se produjo cuando el chico entró en el agua lo hicieron girar automáticamente.

—Es muy bueno, ¿cierto?— El pelinegro limpió su cara aún con aquella sonrisa que mostraba sus rositas encías.

—Te-tengo frío...

La adorable risita que hizo a Jimin sonreír aunque estuviese tiritando y temblando por la temperatura del agua.

—¿Te abrazo?

Y Yoongi lo decía de broma, por lo que para nada esperaba que el menor asintiera con la cabeza y de a poco se acercara a su cuerpo. Cuando estuvieron a pocos centímetros de distancia, el rubio no supo que hacer, tan sólo cerró los ojos debido a lo cómodo que era todo y se dejó rodear por los delgados pero fuertes brazos del alfa; de alguna manera, los labios de Yoongi terminaron en la sien de Jimin y continuó repartiendo inocentes besitos ahí, hasta llegar a la mejilla contraria. Ambos se sentían tan bien, como en un sueño, uno de los mejores que nunca tuvieron, sus aromas se mezclaban a la perfección, sus lobos ronroneaban complacidos con la cercanía y sus cuerpos desnudos se acoplaban mágicamente.

Así estuvieron por casi una hora, sin decir nada, sólo mimándose y disfrutando de la compañía del otro hasta que el bonito omega se durmió y Yoongi decidió que sería mejor regresar a la hacienda.

(( 🌔 ))

Not yours ║ Yoonmin ║ OmegaverseOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz