「❛ oiceidcoh ❜」

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(( 🌔 ))

Un nuevo día que inició un poco más frío de lo usual, el otoño estaba comenzando y la brisa que entraba sin preocupaciones por el ventanal de la habitación hizo que Jimin se aferrara con fuerzas a las sábanas que lo cubrían y que, por instinto, buscara a un cuerpo ajeno para poder recibir su calor. Pero, lamentablemente, sus ojos se abrieron en cuanto no encontró a nadie recostado a su lado, aún cuando sus párpados pesaban como el infierno.

Con sumo esfuerzo y ahogando quejas en su boca debido al punzante dolor que no sólo residía en su cadera y trasero, sino que llegaba a muchas otras zonas de su cuerpo, se sentó sobre la gran cama. La fuerte mezcla de feromonas y el aroma a sexo lo hizo sonrojarse, pero el hecho de que el hombre con el que compartió tan íntimo momento no estuviera durmiendo plácidamente a su lado logró que cálidas lágrimas se juntaran en sus ojitos. ¿De dónde venía esa repentina sensibilidad?

—Oh, estás despierto.— Tuvo que despertar de esa nube de ideas en la que se sumergió por su desilusión, y en cuanto Yoongi salió del baño de la amplia habitación por poco y el rubio se lanza a sus brazos.

El hombre parecía recién salido de tomar una ducha porque su cabello, aunque ya peinado, seguía húmedo, sin embargo, ya vestía las ropas cotidianas, agregando un abrigo y eso implicaba que saldría. Cuando los gatunos ojos contrarios se posaron en la zona debajo de su cuello, Jimin finalmente notó que su propio torso estaba totalmente desnudo; sus pezones hinchados, palpitantes y rojos, algunas marcas de mordidas y decenas de marcas rojizas (algunas incluso verdosas o moradas) provocadas por la succión empleada en la suave piel. Pero no hizo el intento de cubrirse, no pensó en ello ni un instante.

—¿Estás bien?— En lugar de ser cariñoso o algo por el estilo, Yoongi más bien parecía avergonzado.— Perdón por... todo eso.— Se refería a las múltiples marcas.

—¿Por qué te fuiste? ¿Vas a salir?— ¿Por qué el omega se sentía tan molesto? Quizá porque se imaginaba que los siguientes días serían de mimos, muchos mimos, y resultó que, a unas horas de haberse unido por primera vez, su amante lo estaba dejando solo, como siempre le había sucedido.

—Tengo algunos pendientes, lo siento.— Lo dijo con rubor en sus mejillas mientras terminaba de abotonar el ajustado chaleco que sólo hacía a Jimin recordar el poco tiempo que pudo ver conscientemente al desnudo cuerpo contrario.— ¿No estás cansado?

¡Claro que sí! No durmieron casi nada por estar gimiendo en los oídos del otro.

—Duerme más, cuando puedas baja a la cocina y toma todo lo que te dé Yangmi.— El menor ni siquiera podía hablar, estaba más que molesto con toda la situación.

—Tú...— Sí, Yoongi ya esperaba cientos de maldiciones por lo que ocurrió aún cuando no fue su idea.— ¡¿Después de todo es así como me tratas?!

Con otro gran esfuerzo, debido a su adolorida anatomía y, sobretodo, sus temblorosas piernas, se arrodilló en la suave cama, ignorando el cómo las sábanas se delizaron por sus piernas para dejarlo completamente desnudo.

—Jimin... ¿no te duele?— De verdad estaba preocupado.

—¡Ven, imbécil!— Y como el cachorrito que era, Yoongi dio un par de pasos hacia adelante y ya estaba frente al rubio, respirando con dificultad para que su entrepierna no delatara que el efecto del celo aún no se dispersaba por completo.

Contra todo pronóstico, los débiles brazos de Jimin se enredaron en el cuello del mayor, que no supo reaccionar hasta después de unos segundos, cuando posó sus nerviosas manos en la espalda baja del chico frente a él.

—¿Por qué te vas? ¿Adónde vas?— ¿Cómo podía externar que estaba a punto de llorar porque Yoongi decidió simplemente salir de casa?

—Ya te lo dije, tengo que ir al campo.— El alfa se tomó la libertad de acariciar casi con miedo la espalda del más bajo.

—Quiero que te quedes.— Jimin se aferró con más fuerza al delgado cuerpo del hombre.— Tu celo aún no se va por completo. ¿Irás a pasarlo con alguien, como lo hiciste la última vez?

—¿De qué hablas? La última vez ni siquiera...

—No puedes.— Su lobito se estaba emocionando más a cada minuto que pasaba, el aroma de Yoongi aún irradiaba feromonas y eso no podía tenerlo más que a la expectativa de lo que fuera a suceder.— Después de anoche eres mío. Tú y tus celos me pertenecen.

El calor subió tanto a las mejillas del mayor como a su entrepierna y lo supo porque las cosquillas en su vientre bajo no se hicieron esperar. Su parte animal aullando complacido por las palabras de su compañero pero la parte humana aún estaba algo confundida.

—¿Es tu lobo el que está hablando? ¿Eres tú, omega?— Con cuidado, llevó su mano hasta la barbilla del rubio para asegurarse de que eran los ojos verdes los que lo miraban, sin embargo, no fue así; esos grandes y brillosos ojitos miel lo observaban con ahínco.

—Quédate conmigo, sólo hoy.

¿Cómo podía Yoongi decir que no cuando Jimin había comenzado a simular lentas y suaves embestidas en su muslo? Esa simple acción le confirmó que no nada más era él quien estaba un poco más emocionado que lo normal. Igualmente, le resultó algo extraño que, aún siendo él quien estaba en celo, su omega también estaba sufriendo los efectos de las feromonas.

—No puedo, Minnie, de verdad necesitan mi presencia.— Era cierto, tenía que separarse del bonito omega, pero sus dedos seguían apresando con fuerza la suave piel de la cintura contraria.— Te prometo que volveré lo más rápido que pueda, y haré lo que me digas, ¿sí?

Jimin lo dejó irse, por supuesto que lo hizo. No porque quisiera, claro, su omega se quedó arañando su interior por la furia que le provocó aquello, pero la parte humana no se permitiría rogarle al alfa ni demostrarle que de verdad quería tenerlo a su lado, que quería embriagarse de su aroma y frotar sus mejillas en el pecho del hombre. ¡Jamás podría permitirse humillarse de esa manera!
Después de un par de horas, el omega reunió la fuerza suficiente como para ponerse de pie, vestirse con un camisón y bajar con extrema lentitud para internarse en la cocina.

—¡Jimin! ¡¿Qué...?! ¡¿No te duele?!— Le sonrojó un poco que Yangmi le preguntara aquello frente a todas las chicas del personal, que no le apartaban las miradas llenas de curiosidad y quizá algo de envidia.

—Noona, yo...— Sin embargo, sonrió. Sonrió porque de verdad estaba feliz, porque a pesar de que su alfa lo había abandonado, estaba seguro de que él volvería.— Tengo hambre, noona.

—¡Oh, mi pequeño!— En cuestión de segundos, la omega ordenó con un leve movimiento de cabeza a las demás mujeres que sirvieran el desayuno más completo que nunca hubiera probado Jimin, porque así lo dejó dicho Yoongi. Cuando el rubio estuvo sentado frente a la mesa, Yangmi llegó con una taza, llena de un verde y humeante líquido.

—¿Qué es?

—El señor Min dijo que tienes que tomarlo.— ¿Por qué la expresión de la mujer era... triste o algo parecido?

—¿Qué es?— Repitió Jimin, dejando de comer el pan con mantequilla que tenía en la mano.— ¿Té de qué tipo?

—Jiminnie, es orden del señor...

—Pero tengo jugo, leche y agua, no quiero té.

Con un largo y arrastrado suspiro, Yangmi lo miró a los ojos, sonriendo para que no se notara su incomodidad.— Es para que no termines en cinta, Jiminnie.

¿Qué?

—Ah...— Eso lo puso inexplicablemente triste, su lobo entendió de aquellas palabras que Yoongi no deseaba cachorros. Y Jimin también se perturbó, aunque no se había puesto a pensar que el haberse unido físicamente al alfa implicaba embarazarse, le molestaba que él no estuviera dispuesto a convertirlo en padre de sus cachorros. ¿No era tener hijos el propósito de su emparejamiento con Jimin?— No me lo tomaré, cuando llegue ese imbécil le diré que me lo de él mismo.

(( 🌔 ))

Not yours ║ Yoonmin ║ OmegaverseWo Geschichten leben. Entdecke jetzt