「❛ edtecisiei ❜」

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(( 🌕 ))

—Yoongi...— Un suspiro ahogado salió de los hinchados y húmedos labios de Jimin.— Se es-tá haciendo más grande, Yoongi...

Pero continuó subiendo y bajando en el regazo desnudo del alfa que le mordía y lamía el cuello casi con desesperación, como si estuviera en una eterna batalla con su lobo con tal de no sellar el lazo entre ambos.

—¿Lo saco?

No recibió más que un repentino silencio, el rubio detuvo por completo los movimientos de cadera y, en consecuencia, Yoongi también dejó de succionar la tersa piel contraria. Cuando levantó la mirada, quedó genuinamente sorprendido por los verdes ojos que nuevamente lo saludaban brillantes y coquetos.

—Hola, omega.— Habló nervioso y soltando una risita en medio de la oración. Jimin no era quien estaba en celo y eso era lo que más le extrañaba de que su lobo saliera sin más.

—Alfa.— Esa inocente expresión que hizo a Yoongi sonreír aún cuando sentía que su pene estaba a punto de explotar porque no tuvo oportunidad de terminar.— Quiero verlo. Mi alfa.

¿Qué...? ¿De casulidad, el lobo de Jimin no lo reconocía como su pareja? O...

—¿Debería dejarlo salir?— El otro asintió eufórico al instante, y aunque lo analizó unos cuantos segundos, finalmente cedió ante la petición de su adorado amante.

Entonces, el negro de los ojos del mayor fueron lentamente reemplazados por aquel azul vibrante que puso al rubio a temblar. Y en la misma pocisión en que los humanos se quedaron en la cama, iluminados únicamente por la luz de la luna que se filtraba por el enorme ventanal de la habitación, ambos lobos se miraron, tomándose su tiempo para reconocer al otro y asegurarse de que la aceptación y adoración era mutua.

—Alfa...— Las cristalinas lágrimas del lobito menor, que llevó las manos de su humano hasta las blanquecinas mejillas contrarias para acariciar la zona con cariño.— Eres tú.

—Me rechazaste, varias veces.

Otro sollozo, era cierto, estaba tan conforme con el trato de otro lobo que no reconoció al instante a su alma gemela.— Lo siento, amor mío, Jimin también estaba tan reacio.

—Estuve buscándote tanto tiempo, han pasado décadas desde que nos vimos por última vez.— El pelinegro tomó la delicada manito de su pareja para después llevarla a sus labios y dejar un largo beso ahí.— Te extrañé tanto, cielo...

Y se fundieron en un apretado abrazo que pretendía demostrar lo mucho que echaron de menos el calor del otro justo después de que ambos susurran un “Te amo” y besaran los labios contrarios. Sonrieron alegres, analizando el cuerpo del otro y soltando risitas cuando coincidieron en lo bonitas que les parecían la apariencias de sus partes humanas.

—¿Recuerdas nuestra vida pasada?— No pudieron moverse mucho porque el nudo fue interrumpido y resultaría extremadamente doloroso para Jimin si es que intentaban hacer movimientos bruscos, así que disfrutaron la manera en que estaban cara a cara.

—¿Cómo olvidarla?— El lobo de Yoongi suspiró con fuerza y desilusión.— Sufrimos tanto...

Recordar lo que pasó en aquellos años, cuando compartían cuerpo con dos jóvenes amantes que pasaron tantos malos momentos fue simplemente una tortura, pero finalmente estaban juntos nuevamente, y todo parecía ir más que bien.

—Quiero...— Un carraspeo tímido.— Bueno, Jimin también quiere...

—Oh, mi dulce omega— Una alegre risita por parte del alfa antes de que dejara un dulce besito en la abultada mejilla de su predestinado.— ¿Qué es lo que quieren tú y tu humano, eh?

—Queremos cachorros.— Sonrió tanto como sus labios se lo permitieron, el calor en su pecho crecía cuando imaginaba el finalmente tener bebés, algo que ambos habían deseado desde la última vez que vivieron y no pudieron lograr.— ¡Muchos cachorros que se parezcan a Minnie y Yoonie!

Otra feliz carcajada salió de lo labios del pelinegro, acompañada de sentimientos con la cabeza y muchos más besos.

—¿Estás seguro de que Jimin también quiere bebés? He notado que Yoongi no le cae muy bien.

—Por supuesto que sí,— Sonrió seguro de sí mismo y de la urgencia que carcomía a su parte humana por criar a los cachorros del pálido hombre.— tengamos todos los bebés que no pudimos en nuestra vida pasada, ¿sí?

—Claro que sí, cariño,— Otro cariñoso beso fue plantado en los gorditos labios de Jimin.— pero recuerda que la decisión no está en nosotros.

—¡No te apures por eso! ¿Estás consciente de las veces que Yoonie ha anudado hoy? ¿No significa eso...— El menor contó en silencio con sus pequeños deditos.— unos cuatro u cinco cachorritos?

—Esperemos que sí, Yoongi de verdad quiere descendientes.

—¡Minnie también, cielo!

—Bueno, creo que deberíamos dejarlos volver, ¿no?— El de ojos azules observó cómo los desnudos cuerpos de sus partes humanas seguían unidos de la manera más íntima posible.— Te voy a extrañar, amor.

—¿De verdad tenemos que esperar hasta que Yoongi haga la marca?— Un adorable puchero.

—Es lo único que nos queda, lindo, no podemos hacerlo sólo porque nosotros queremos.

—Lo sé, lo sé,— Suspiró antes de unir por última vez ambos labios.— te amo, te amo mucho, alfa, te extrañé y te echaré de menos hasta que finalmente volvamos a encontrarnos gracias al lazo.

—Ya verás que no esperaremos mucho.— El alfa sonrió con adoración y acarició con delicadeza la rojita mejilla de su pareja.— Te amo, y nos veremos pronto, amor.

Así, poco a poco, el color original de los ojos de ambos volvió. Jimin frunció el ceño por la confusión que la pequeña laguna mental le generó y Yoongi con un ligero sonrojo porque su lobo no dejaba de hablarle de cierto tema en específico.

—¿Estás bien?

El omega no contestó, así que continuó con sus ligeros movimientos de cadera, logrando así sacarles suspiros y gemidos a ambos. Cuando Jimin finalmente pudo sentir al nudo hincharse más y más por séptima vez, se aferró con fuerza a los delgados hombros del pelinegro para después dejar caer algunas lagrimitas y soltar bajitos gruñidos.

—Yoongi...— El nombrado emitió un sonidito de afirmación para hacerle saber al rubio que lo escuchaba.— Quiero... quiero car-gar... quiero tener a tus bebés, Yoon.

Con eso, el nudo terminó de formarse y ambos terminaron; Jimin en la mano y pecho de su alfa y el mayor en el cálido interior de su bonito omega. Y aunque las palabras del menor sonaron (y fueron) más que sinceras, Yoongi se convenció de que, quizá, lo dijo por el calor del momento y porque su lobo estaba más que presente. Hacerse ilusiones y terminar obligando a su amante a dar a luz a sus cachorros era definitivamente lo que menos quería.

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Not yours ║ Yoonmin ║ OmegaverseOnde histórias criam vida. Descubra agora