「❛ esirntivét ❜」

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(( 🌕 ))

La fiesta no salió para nada como Jimin tenía pensado. Las muecas de desagrado lo perseguían por todo el jardín, los olores lo estuvieron mareando mucho más que de costumbre y un extraño sentimiento se instaló en su pecho, una sensación que hacía a su lobo removerse incómodo una y otra vez en medio de todas esas personas elegantes. Cuando ya no pudo con el estrés, tuvo que disculparse con una sonrisa fingida, pedirle a Yangmi que le notificara su ausencia a Yoongi y enseguida caminó adentro de la casa.

—¡Minnie! ¿A dónde vas? ¡Ya hice amigos!— Jihyun entró sonriente, con la frente perlada de sudor por estar corriendo y con una tartaleta de zarzamora a medio comer en la mano. Al parecer, los hijos de los invitados no eran tan despreciables como sus progenitores, y eso le alegraba, porque al menos su hermanito se la estaba pasando bien.— ¿Te sientes mal? ¿Llamo a Yoongi?

No se sentía bien, pues estaba mareado aún más y, de la nada, su lobito comenzó a saltar de alegría y por poco ronronea. Sinceramente extraño.

—No es necesario que le comentes, si no ha notado mi ausencia es porque seguro se la está pasando de maravilla.— Dijo aquello como si no hubiera sido él quien le rogó a Yoongi porque se mantuviera lo más lejos posible para no atraer más miradas. El rubio apretó una sonrisa. Estaba de muy mal humor por absolutamente todo lo ocurrido en la fiesta y por no tener a su alfa consolándolo, irónicamente.— Iré a mi habitación, Hyun, no te vayas a dormir muy tarde, ¿bien?

Luego de darle un abrazo a Jihyun, casi corrió al elegante cuarto con aroma a alfa y omega enamorados. Solo al llegar pudo respirar hondo, se puso el camisón para dormir y, después, se tiró en la cama. Quiso dormir, pero el saber que su Yoongi estaba ahí abajo, sin preocuparse de que él faltaba y seguramente divirtiéndose, no lo dejaba cerrar los ojos del todo, además, esa extraña emoción que lo invitaba a saltar de alegría lo confundía aún más. Pasaron unas dos horas antes de que la puerta de la habitación se abriera lentamente; la hacienda ya estaba en completo silencio, lo que significaba que toda la gente había sido despedida.

Y Jimin estuvo encantado al saber que su alfa finalmente había llegado a la habitación, pero tal gozo no duró más que unos segundos, porque al respirar antes de abrir los ojos percibió, además del olor de su alfa, el asqueroso aroma de un omega que, precisamente, busca atraer a un alfa. 

—¿Jimin? ¿Sigues despierto?— El rubio estaba luchando con las ganas de vomitar y la tristeza que ahora opacaba a la inexplicable alegría de su lobo. Yoongi no solo olía a omega, sino que también estaba impregnado con el inconfundible olor a alcohol, mucho alcohol.

¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Simplemente cerrar los ojos más fuerte y obligar a su parte animal a ignorar ese horrible presentimiento? No, Jimin quería levantarse y gritarle mil y un maldiciones a Yoongi, golpearlo hasta que sus palmas dolieran y además irse corriendo a casa, pero no podía, ni siquiera podía moverse bajo las mantas. Ah, cómo odiaba ser un omega enamorado, porque solo un omega enamorado se quedaría paralizado con la simple idea de ser abandonado por el amor de su vida, justo como él en ese preciso y detestable instante.

—¿Minnie?

Fue entonces que todo salió mal. Cuando Yoongi pronunció ese apodo a escasos centímetros del rostro de Jimin, con ese aliento alcohólico tan impropio de él y con las feromonas de otro omega llegando hasta la nariz del menor. Luchó contra todos sus instintos, como siempre, y abrió los ojos rápidamente. Antes de poder analizarlo, su mano fue directo a la pálida mejilla de su alfa. Y después se sentó en la cama, justo cuando Yoongi estaba recuperando la postura, con una mueca de pura sorpresa que se estaba convirtiendo en lo que parecía molestia.

Not yours ║ Yoonmin ║ OmegaverseWhere stories live. Discover now