「❛ iedcisisé ❜」

6.5K 847 130
                                    

(( 🌕 ))

—Bueno, lo ví bastante tranquilo, casi siempre destruye muebles o golpea... a los omegas que quieren ayudarle.— Yangmi rió con la tranquilidad que sólo ella tenía en todas las ocasiones. Algo en el pecho de Jimin ardió, como si su lobo estuviera furioso de escuchar que Yoongi sí pasaba su celo con otros omegas.

—¿Este es su primer celo desde que estoy aquí?— De alguna manera, le daba curiosidad.

—Por supuesto que no, sólo ha tenido uno, pero durante ese día no estuvo en casa.— La idea de que Yoongi tuvo que buscar a otras personas para pasar su calor aún cuando él estaba ahí entristeció al omega de Jimin.— Ni siquiera lo notaste, ¿verdad?

Tuvo que negar.

—Iré con él.

—¡No! ¡Ni lo pienses!— La cálida mano de la omega se enredó en su antebrazo, la expresión en su rostro era de mera preocupación.

—¿Por qué no? Él me ayudó cuando yo estaba en celo.

—¿No sabes cómo es un alfa durante su calor?— En realidad no, Subin también se desaparecía durante ese tiempo.— Va a marcarte, Jimin. Y hará lo que tú no quieres que suceda entre ambos.

¿Y si su omega y una pequeñísima parte de él si querían?

—Estaré bien, noona, Yoongi me ama.— Ambos se sorprendieron cuando, de la nada, el rubio habló de amor; decidieron ignorarlo por el bien de todos.— M-Me refiero a que no... me hará nada que yo no quiera, no lo hizo cuando yo estaba en celo.

—Aún así, Jiminnie.— El omega se deshizo suavemente del agarre en su antebrazo, yendo entonces a las escaleras.— Ya no es Yoongi quien actúa.

Sus piernas comenzaron a temblar cuando, estando frente a la puerta de madera, pudo percibir las deliciosas feromonas de alfa en celo, estaba lubricando sólo de imaginarse qué tan fuerte era el aroma a Yoongi ahí dentro.

—¿Yoongi? ¿Estás despierto?

Sin saber cómo, Jimin terminó pegado a la puerta para poder oler todo lo que pudiera, teniendo que soportar las terribles ganas de ronronear que lo carcomían por dentro. No recibió respuesta.

—Yoongi, quiero pasar...— Un hilillo de saliva escurrió por sus labios al estos estar ligeramente abiertos; sus mejillas ya estaban de un bonito color rosa que se extendía hasta su cuello y tenía los ojos cerrados para concentrarse aún más en las feromonas del pelinegro.— Por favor, Yoongi...

Pero el sonido de la puerta lo hizo recobrar su postura y pasó su lengua por los gorditos labios para eliminar todo rastro de saliva. Del otro lado, Yoongi abrió de a poco la puerta y sólo unos cuantos centímetros, dejando ver uno de sus negros ojos pero ya con destellos de vibrante azul.

—Vete, antes de que te obligue.

—¿Tú? ¿Me vas a obligar a mí? Déjame entrar, idiota.

—Me odias, ¿no? Lárgate.

Entonces comenzó el forcejeo, Jimin comenzó a empujar la pesada puerta de madera y Yoongi se estaba resistiendo, aunque no con todas sus fuerzas, claro. Cuando estaba a punto de rendirse, el rubio se quedó quieto, liberando las feromonas más dulces que pudo para seducir al estúpido alfa que no se dejaba ayudar. Así, en unos segundos, Yoongi dejó de pelear y abrió por completo la puerta, después corriendo hasta la enorme cama para sentarse y darle la espalda a Jimin.

—¡Oye, ¿a dónde vas?!— El rubio entró con prisa y cerró la puerta con pestillo, caminando lentamente hasta el alfa, con miedo a que este saltara a atacarlo o algo parecido.— Tú, alfa inútil.

—¿Por qué me haces esto?— Habló Yoongi entre gruñidos que salían directamente desde su garganta, sus manos se aferraban con fuerza a las sábanas de la cama.

—¿A qué te refieres?— El gran esfuerzo que hizo para no gemir entre ese cuestionamiento.— Quiero ayudarte, Min.

Una de las manos de Jimin se posó en la cabellera azabache del alfa cuando se situó de pie entre ambas piernas de Yoongi, quien, por estar sentado, terminó con el rostro sumergido el estómago del rubio y no podía estar más emocionado de oler esa linda zona, donde crecía el aroma a fertilidad. El omega continuó produciendo feromonas para calmar a Yoongi mientras acariciaba sus cabellos, hombros y espalda aún cuando su lubricante escurría hasta sus tobillos y sus piernas amenazaban con fallar en cualquier momento. Después de unos minutos, Jimin suspiró complacido cuando húmedos besos se plasmaron en su pancita, sintiendo que el toque de los delgados labios del alfa quemaba en su piel aunque esta estuviera cubierta por la blanca camisa de seda.

—Yoon... Yoongi...— Las delgadas manos del mayor se posaron en los muslos del rubio después de haber levantado la tela que cubría el suave vientre del chico y comenzar a pasar su lengua por la cálida área.— Yoon...

Yoongi gruñó con fuerza cuando sus dedos tentaron la deliciosa humedad que empapaba el pantalón flojo del rubio. Continuó besando con ímpetu el estómago ajeno a la par en que sus manos subían hasta los glúteos del omega para amasarlos con lujuria. Sin embargo, estaba conteniéndose todo lo que podía para disfrutar el momento.

—Alfa, mis piernas...— Jimin gimió bajito cuando el cuello del pelinegro rozó su adolorido miembro.— Voy a caerme, alfa.

No esperó respuesta y se sentó en las piernas de Yoongi, rodeó su cuello con ambos brazos e inmediatamente comenzó a besar una de las orejas del mayor, quien aún confundido acercó más el pequeño y tembloroso cuerpo contrario a sí mismo, dejando que sus manos se deshicieran de la delgada camisa del menor.

—Parece que eres tú quien está en celo.

El alfa quería continuar con la burla, pero los gorditos labios del menor, estampándose sobre los suyos con fuerza lo mantuvieron callado y poniéndolo al borde de cederle el control a su lobo cuando las lenguas de ambos se vieron involucradas.
A mitad del beso, Jimin llevó una de las manos ajenas hasta su erecto pezón, señalándole a Yoongi que pellizcara el pequeño montículo de carne.

Los gruñidos, suspiros y gemidos de los dos amantes eran lo único que se escuchaba en la habitación y probablemente en todo el segundo piso de la hacienda.

—Yoon-gi...— Un sollozo entrecortado salió de su boca.— Y-Ya... ya no— Otro fuerte gemido mientras se aferró con más fuerza a los hombros ajenos. El alfa repitió el movimiento de caderas, dando así con ese ansiado punto que derritió al rubio entre sus brazos, provocando que terminara en la mano del mayor y su propio abdomen.— Pasa todos tus celos conmigo, ¿sí?

Yoongi miró directo a los ojos avellana que lo observaban expectantes; el sudor perlaba la frente de su prometido, sus mejillas estaban completamente rojas, al igual que las diversas marcas recientes en su cuello, hombros y abdomen, así como que su pecho subía y bajaba, intentando recomponerse después del séptimo orgasmo en las últimas horas. Sin embargo, mantenía una tímida sonrisa que lo motivó a aumentar el ritmo, lo que, sumado a las contracciones de las paredes anales de Jimin y sus bajitos sollozos, lo llevaron a correrse en el cálido interior del menor, que no hizo más que gemir en alto ante la sensación.

—Los pasaré contigo, lo prometo.— También sonrió, bajando el rostro para atacar los pomposos labios del omega con nada menos que genuino cariño.— Te amo, Jiminnie.

Pero antes de poder contestar, hizo nacer bajitos quejidos y saladas lágrimas de su boca y ojos respectivamente, pues el nudo se estaba hinchando de a poco y Yoongi no pudo hacer nada para liberarlo de ese dolor.

(( 🌕 ))

Not yours ║ Yoonmin ║ OmegaverseDove le storie prendono vita. Scoprilo ora