Siempre fuiste tú

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Marcela POV

—Creo que es tiempo de regresar, no es bueno que sigas sufriendo por esa mujer que no vale nada—escuché sin prestarle mucho sentido a sus palabras, llevaba un año intentado arrancarme del corazón a Jimena. Aunque jugó conmigo seguía enamorada de ella.

—Lo sé, pero no es fácil, viví muchas cosas con ella—me justifiqué.

—Las cuales no fueron tan buenas, o debo recordarte las veces que te engañó pero la perdonaste porque te prometió que no lo volvería a hacer —golpe bajo.

—Mi amor era muy grande.

—Más bien, ciego, no te dejó ver la realidad.

—Tu papá te pidió que le ayudaras con el negocio, deberías ir, de esa manera te podrás distraer; además que podrías volver a ver a aquella mujer —volvía al mismo tema de veces pasadas.

—Pensé que lo habías olvidado. Sabes que no me interesa.

—Marcela, piénsalo bien, aún recuerdo la emoción que tenías cuando me contaste sobre esa mujer. Si tan solo hubieras vuelto al bar

—No tenía ningún motivo, estaba por casarme, por una simple atracción no iba a arruinar mi matrimonio.

—Hubiera sido mejor, así no sufrías por esa perra.

—Silvana, debes dejar de recordarme a esa tipa, fue una simple atracción, ni si quiera puedo recordar bien su rostro— debía mentir, no podía revelar que recuerdo perfectamente el rostro de esa mujer que me ayudó en el bar.

—Eres terca, y seguiré insistiendo hasta que tomes la decisión de volver a la ciudad.

—Lo pensaré un poco más. Gracias por no abandonarme—agradecía a la vida por darme una amiga como ella, fue la única que estuvo a mi lado, cuando Jimena me abandonó, todas las demás se desentendieron de mí, hicieron como si nunca me hubieran conocido.

—Te aprecio mucho, y sabes que nunca me gustó esa tipa, por más que te advertí hiciste caso omiso a mis palabras.

—Me cegué por ella—confesé con pesadez, nunca pensé que me haría algo así.

—Debo volver a mi trabajo. Espero que cuando te vuelva a ver sea para despedirnos porque decidiste volver. Te quiero.

—Te quiero más. Te avisaré cuando tome una decisión.

Quedé sola en aquel departamento que decidí arrendar cuando pasó aquel desastroso episodio.

La mujer que pensé era el amor de mi vida me dejó el día de nuestra boda, con un simple mensaje. Aún no podía olvidarlo, se sentía reciente el dolor.

Seguía cuestionándome, culpándome por la decisión de Jimena, me faltó ser más atrevida como ella me lo decía, no ser tan inferior.

Era mi culpa.

Quién querría estar con alguien así, nadie se fijaría en mí; cómo pensar en volver a buscar a esa mujer del bar, era una diosa, sus ojos nunca se posarían en una insípida como yo, una locura totalmente.

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Andrea POV

—Mujer, ¡mujer! Te tengo noticias —entró agitada mi amiga a la oficina.

—Cálmate, Camila, te va a dar algo, por qué entras de esa manera—me había asustado su actuar.

—Perdóname. Debía venir a darte dos noticias

—Respira, primero y después me cuentas bien—Se sentó y trató de calmarse.

—Bien, la primera, es que esa tipa de Jimena llegó a la cafetería y amenazó al papá de Marcela con quitarle el local. Intervine y Alejandra también lo hizo.