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—Daniela, pero tú, ¿qué haces aquí?—No salía de mi asombro, no podía creer que ella estuviera parada frente a mi.

—Hola, Andrea, ¿por qué esa cara? parece que hubieras visto un fantasma —reprocho con su mirada.

—Lo siento, quien menos esperaba ver pasar por esa puerta es a ti, pero siéntate, por favor—Reaccione al ver que seguía de pie.

—Gracias, pensé que no me pedirías que me siente—acotó

—Disculpa, no salgo de mi asombro.

—Te entiendo. Pero uno de mis asesores me mencionó de este lugar que buscaba accionista y cuando vi tu nombre, decidí venir a ver si era de ti de quien se trataba en realidad.

—Claro, y ¿qué tal te parece el bar?—Indague.

—Interesante, me gusta la decoración y las chicas son muy guapas, aunque algunas muy pervertidas, casi me comen a la entrada —carcajeó

—Perdón, por aquello, a veces no saben comportarse—hablé

—No te preocupes, tampoco estuvo tan mal, creo que terminare pidiéndote una de ellas—bromeó

—No hay problema—mencioné

—Te seré sincera, estoy interesada en invertir, pero si lo hago tengo ciertos puntos que me gustaría tratar y si estás de acuerdo, seremos socias—Escuchar sus palabras me animaron.

—Te escucho—coloque mis manos en el mentón, para oir atenta su propuesta.

—Bien. Para invertir en tu bar, me gustaría que hicieras algunos cambios.

Por ejemplo, las citas de compañías en vez que sea solo para mujeres, porque no unisex, ampliarías más tu mercado; otro punto, que tus chicas tengan estudios, me refiero a etiqueta, que sepan comportarse como chicas de sociedad, de esa manera podrían ser contratadas por personas de mayor estatus, las ganancias serían mejor. El bar me gusta como está, solo para mujeres, un lugar para divertirnos sin ver la cara de tipos depravados. Casi lo olvido, si aceptas yo sería una socia anónima, no quiero que mi nombre aparezca, no me mal interpretes, pero tengo un nombre que cuidar.

Analice todo lo que había dicho, y no era mala su propuesta, nunca lo había pensado así, teniendo a jovencitas preparadas podría apuntar a personas de mejor posición económica.

—Pues no tengo objeción a nada de lo que has dicho, me gustan tus ideas. Siento que has caído del cielo a salvarme—no pude evitar sonreír ampliamente, ella era mi salvación.

—Para mí es un placer ayudarte, eres alguien importante Andrea, aún tengo bonitos recuerdos de ti —Sus ojos brillaron, aunque sentía que quería decirme algo mas.

—¿Estás bien?—no pude evitar tomar su mano.

—Sí, solo que el traer el pasado al presente me pone melancólica.

—Alejandra, ¿cómo está?—no pude aguantarme las ganas de saber cómo estaba ella— una pequeña sonrisa afloro de sus labios, para después suspirar.

—Felizmente casada—Sentí como mi pecho se oprimía, se habían casado.

—Felicidades—susurre

—Felicidades a ellas—fruncí mi ceño

—Se casó con alguien más —volvió a hablar. Retire mis manos que habían estado unidas a las de ella.

—¿Cómo? Tú ¿no estás con Alejandra?—negó

—La dejé, mis miedos fueron más fuertes, ella no estaba siendo feliz conmigo y yo no podía hacer nada, no me sentía preparada, y decidí huir.

No podía creer, yo dejé al amor de mi vida para que sea feliz y resulta que no lo fue.

—Eres despreciable. Yo la quería, estaba enamorada de ella, y por verlas felices, me sacrifiqué— vocifere. Tenía un nudo en la garganta, las lágrimas se remolineaban en mis ojos.

—Lo sé, y te busqué, para decirte lo que había hecho, pero fue imposible saber de ti, desapareciste—recriminó.

Tenía razón, hice todo lo posible para que nunca me encontrarán no quería saber nada de ellas, me dolería saber como disfrutaban de su vida juntas.

—Pero, dices que está felizmente casada —cambie de tema

—Sí, conoció a una chica que le cambió la vida, esas fueron las palabras de mi padre; ellos mantenían una relación por trabajo, pero con el tiempo habían logrado ser amigos.

—Por lo menos una de nosotras es feliz—suspire

—Sí, y tú ¿no tienes a alguien en tu vida?—se interesó en saber.

—No, sólo aventuras de una noche, no quiero compromisos —aclare.

—Te entiendo. Yo estoy conociéndome con alguien, es una chica agradable, me hace bien, me hace sentir en paz, creo que es lo que necesito, ya no busco aventuras extremas, con ella me siento en plenitud—Volví a ver aquel brillo en sus ojos, la debe querer mucho.

—Enhorabuena, espero que esta vez si te quedes—no quería sonar irónica pero no pude evitarlo. Ella se río por mi comentario.

—No, ya me cansé de huir, y Paola es la indicada para mí.
Pero bueno, nos desviamos del tema principal, firmamos contrato, ¿socia?—sonrió de costado.

Sonreí a la par, e hice el pacto con el diablo, quiero decir, con Daniela.


Traté de no demorar mucho con el capítulo y creo que lo he logrado.
Espero que disfruten.

Quiero felicitar a sus madres, a las que sean madres, y a las mamacitas 😏 ok no. Ellas son el motor de todo, debemos amarlas y respetarlas sobre todas las cosas.
Y por si acaso están lejos, el amor no conoce de distancias, llega al infinito y más allá. Dile que la amas y el eco de tu voz resonará en su corazón.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora