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Me acerqué un poco más con la intención de besar aquellos labios que me pedían a gritos que los tomara, incline un poco la cabeza para hacerlo, por la cara que ella puso sabía lo que vendría, pero el bendito timbre de la puerta interrumpió el momento.

¡Quién diablos puede venir!

Un poco avergonzada se alejó de mí para ver quien había osado arruinar nuestro momento.

—Sabía que te iba a encontrar aquí muñequita—esa maldita voz de nuevo

Marcela, intento cerrar la puerta, no obstante, la bestia de su ex no lo permitió.

—¡Déjame en paz!—chillo la pelirroja, y sin dudarlo me acerqué a ellas.

—Por qué no puedes dejarla tranquila, pedazo de idiota —me altera descomunalmente su presencia.

—Otra vez tú. ¿Acaso viven juntas?—indagó

—N.no...

—Claro, somos novias, vivimos juntas, ¿algún problema?—La interrumpí, y la tomé por la cintura.

No sé que estoy haciendo, ¡mierda!

—No se ven bien juntas, pero bueno ya que tienes a tu perro guardián las 24 horas, solo quería decirte que debes pagarme el préstamo que te hice años atrás, y el cual ha crecido en intereses.

—¿Préstamo? Ese dinero me lo diste para que ayudara a mi papá—respondió algo confundida.

—¿Pensaste que te lo regalé? No seas estúpida, fue un préstamo aunque no haya usado esas palabras. Y lo quiero todo para este mes—escupió con superioridad.

—Es una cantidad muy fuerte, no cuento con ese dinero, dame más tiempo.

—No me interesa, solo quiero mi dinero. Por si no recuerdas, firmaste un acuerdo—informó.

—Eres tan despreciable, no me dijiste que era un acuerdo, no me dejaste leerlo, solo que necesitabas mi firma para algo importante.

—Bueno, ya lo sabes, si no pagas, te quitare este departamento que esta como parte de pago por incumplimiento de la deuda.

—¿Por qué no apareciste antes?—la voz de Marcela empezaba a quebrarse

—Mmm... la deuda era muy pequeña, ahora si vale la pena. Recuerda, me pagas o te quedas sin casa. ¡Adiós!—y sin más abandonó el lugar.

No puede ser más hija de puta

—Marcela, tranquila, si necesitas dinero, yo puedo prestarte—la tome entre mis brazos cuando empezó a sollozar.

—Es demasiado dinero. No sé cómo pude enamorarme de una mujer como ella.

—No importa el monto, yo con gusto te ayudo, así te libras de esa idiota.

—En serio, harías eso por mí—alzo su mirada, me perdí en sus ojitos llenos de lágrimas.

—Lo que sea porque estés bien.

—Gracias, pero no quiero tener deudas contigo, mejor será que venda este departamento y con el dinero pague la deuda. Además, que estoy segura que Jimena seguirá viniendo a fastidiar.

—Pero no puedes dejar tu casa por esa mujer.

—Elijo mi tranquilidad, no me gustaría seguir viviendo a zozobra de que aparezca de nuevo—Por un lado tenía razón, pero su departamento es increíble, sería absurdo perderlo.

—Entonces, no te prestaré dinero, te compraré el departamento—propuse

—¿Qué? Pero tú ya tienes uno.

—¿Y? Siempre es bueno invertir en bienes raíces, qué dices, ¿me lo vendes?—ofrecí mi mano para cerrar el trato.

Lo pensó un poco antes de tomar una decisión. No puede rechazarlo, es magnífica mi idea.

—Está bien, acepto—apretó mi mano, su sonrisa regocijó mi alma, no hay nada mejor que verla bien.

—Solo debemos de ponernos de acuerdo con la forma de pago y firma de los demás papeles—Me sentía entusiasmada, quería que todo se haga rápido y deshacernos de su ex.

—Y yo, buscar un lugar para vivir ahora—mierda, había olvidado ese detalle.

—Te puedes quedar en mi casa—ofrecí.

—¿Tu casa?—se vio sorprendida por mi ofrecimiento.

—Sí, yo me vengo a vivir aquí y tú vives en la mía, antes que rechaces mi oferta te la arriendo—estaba segura que de esa manera no desistiría mi oferta.

—Pero es tu hogar, creo que estás haciendo mucho por mí, Andrea, y.y

—Nada de "y" estamos haciendo negocios, la verdad que tu departamento me gustó desde que entré aquí, y la suerte está de mi lado, ahora será mío—le guiñe un ojo.

—Todo se trata de negocios, ya veo. Bueno, si lo pienso fríamente es buena idea.

—Sin duda alguna, además está cerca de este, tienes que venir a verme—frunció el ceño.

—Recuerda que Jimena piensa que vivimos juntas, deberías estar aquí algunos días —Volví a hablar, no quería que pensara cosas que no son.

—Ah claro, lo había olvidado. Te visitaré, tenlo por seguro.

—Genial, ahora te dejo. Mañana mis abogados te traerán los papeles necesarios. Trata de descansar un poco, yo debo volver a mi trabajo.

—Disculpa por todos los inconvenientes que te he hecho pasar. Ahora hasta somos novias de mentiras, es una locura—negó con la cabeza.

Sí, una completa locura.

—No pienses en aquello, a mí no me molesta ser tu novia... de mentiras, si así esa estúpida te deja en paz—Volví a acércame a ella.

—Desde aquella vez que te vi en el bar me di cuenta que eras una mujer que vale mucho, así te haya encontrado en un estado deplorable—sonrió por tales recuerdos—en tus ojos vi inocencia y pasividad.

—¿Me veo muy pasiva?—bromeó, y solté una carcajada.

—Me refería a alguien tranquilo, en el otro sentido no lo sé—susurré. Acaso estaba coqueteándole.

—Solo bromeaba, te había entendido perfectamente. Puedo ser versátil—murmuro, sin embargo, lo había escuchado, pero hice como si no hubiera prestado atención, esto se podría salir de control.

—Hasta mañana, Marcela. Cualquier cosa, me puedes llamar, estoy disponible para ti.

—¿Las 24 horas?

—28 si fuesen posibles—su sonrisa se extendió. Es demasiado hermosa para ser real.

En un atrevimiento de los cuales solo me pasan con ella, me acerqué rápidamente y dejé un beso en la comisura de sus labios.

No permití que reaccionara, abandone el lugar, me sentía como una adolescente, nunca tuve la oportunidad de vivir algo así, y debo confesar que se siente bien...

Holis
Mañana ingreso a trabajar, pero hoy estuve un poco animada, y me pasaron cosas interesantes.
Mi mente empezó a divagar y apareció este capítulo, sin editar, pero me emociona que por fin haya podido escribir.

Espero les guste, un voto o comentario no estaría mal.

Creen que ya es es tiempo de un POV de Marcela🤔

Cuidense, las aprecio criaturitas.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora