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Andrea

5 años atrás

A veces, aunque ames demasiado a alguien, no es suficiente para quedarte, de qué sirve amar si no eres correspondida, y no me vale, el esperar a que se enamore de mí.

Han pasado algunos años desde que decidí alejarme de la única mujer que afloró en mí sentimientos de amor, de cariño.
No pensaba quedarme a ver cómo era feliz con alguien más, irme y buscar que hacer con mi vida era la mejor opción, y al día de hoy... no me arrepiento.

—Jefa, ¿pensando en su amor del pasado?—la voz de mi asistente me sacó de las nubes.

—Camila, ¿qué pasa? Hace tiempo que no pienso en ello— mentí. Por su cara, sé que no me creyó, pero espero no diga nada más.

—Como diga. Solo venía a recordarle que hoy tiene una reunión con la persona que quiere ser socia de su bar.

Lamentablemente, estaba teniendo problemas de liquidez con el bar que con tanto esfuerzo había levantado, buscaba un socio que invierta capital y me ayude a salir de la crisis. Sin embargo, al saber que mi bar presentaba ciertas características, no llamaba el interés de algunos.

Nuestro bar, tenía chicas que hacían de dama de compañía, además, de striptease; habitaciones donde podían dar rienda suelta a su imaginación, siempre y cuando sea de mutuo acuerdo con las chicas. Para mí lo veía normal, hay muchos sitios así, pero a los recatados y según dignos, era un lugar de perdición, en el cual no valía la pena invertir.
No obstante, cuando veía todo perdido tuve una llamada, que me devolvía las esperanzas, alguien estaba interesado en conocer mi bar y de ser de su agrado aceptaría invertir.

Hoy era el día que conocería a esa persona, no me dieron información de quien es, solo debía esperar a verla en persona.

—Gracias. Cuando llegue la haces pasar de inmediato—mencioné, debía convencer a quien sea que venga de invertir. No puedo perder mi bar.

—Así será. Por cierto, Susana estuvo preguntando por usted, la trae loquita—sonrió al mencionarla. Camila tenía esa confianza al ser una de las primeras chicas en trabajar conmigo, cuando la vi supe que debía ayudarla, su vida pasada se parecía a la mía, así que tiene mucho tiempo trabajando conmigo, es una amiga íntima.

—No sé por qué lo hace, fui muy clara al decirle que solo fue cosa de una noche— Susana, era una de las chicas que trabaja para mí como dama de compañía; una noche me excedí en el alcohol y termine acostándome con ella, fui sincera cuando desperté y la vi a mi lado, no volvería a repetirse solo fue por mi estado ebriedad, no sabía lo que hacía, pero aun así no entiende.

—A mí no me diga nada, ella está loca por ti, mejor te tuteare, ya me cansé de decir "usted" cuando te conozco hasta la sombra—respondió, con una sonrisa ladina. Por fortuna o no, ella había sido una de mis amantes, pero lo dejamos hace tiempo, es mejor no involucrar lo laboral con lo personal.

—Lo sé, yo no te he pedido que me hables de usted, tú lo haces porque quieres.

—Sí, sólo que a veces se escucha sexy y me dan ganas que me empotres a la pared como antes— abrí más mis ojos al escucharla— No pongas esa cara, es broma.

—Babosa me asustas.

—Pero antes te gustaba. Ok. ya, no sigo, iré a terminar unos pendientes. Te aviso cualquier novedad.

De esa manera salió de mi oficina.

Todas mis esperanzas estaban puestas en la persona que venga hoy, necesito solvencia económica para el bar. Con el dinero que estuve ahorrando en aquella época y después de lograr recibirme en la universidad, emprendí mi propio negocio. Ideé tantas cosas y pensé, por qué no seguir en el negocio que me permitió salir adelante, no es el mejor oficio, pero no hacemos daño a nadie.

Con mucho esfuerzo logre levantar a "fantasía" ese era el nombre de mi bar, un lugar donde podías disfrutar de placer sin restricción, hacer tus fantasías realidad, gozar en plenitud y ser libre de culpa, aquí nadie juzgaba, era exclusivo para mujeres. Ese era uno de los detalles por los cuales la mayoría de inversionistas rechazaban mi oferta, no soportaban saber que en aquel lugar solo ingresaban mujeres, se sentían asqueados al saber aquel punto, cómo si nosotras no pudiéramos disfrutar de la misma manera que lo hacen ellos en esos lugares.
Ciertos religiosos también habían intentado hacer que cierren mi bar por atentar con las buenas costumbres; gente de doble moral, por culpa de ellos he pagado multas millonarias para que no clausuren mi propiedad, nunca les daría el gusto.

El sonido del teléfono me despertó de mi ensoñación, tengo esa costumbre de perderme en la nebulosa.

—Dime—respondí

—Está yendo para tu oficina el inversionista, te aviso porque seguro ya estabas en otro planeta— que bien me conocía— Suerte.

—Gracias—Descolgué el teléfono, y de pronto escuche que tocaron la puerta.
Pedí que siguieran, cuando vi quien entraba no lo podía creer, era a quien menos esperaba.

Hola criaturitas del señor, he vuelto (no del todo) quiero mostrarles el primer capítulo de la historia de Andrea, los que leyeron los "relatos eróticos" saben de lo que hablo.

Decidí darle protagonismo, porque siento que se lo merece, debe brillar.
Espero les guste el capítulo, dejenme sus comentarios, por favor de qué les pareció, un voto si desean, un brazo si me quieren 😂 ok. no.
Se me cuidan.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora