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Actualidad

Andrea Pov

-¿Andrea?-escuché una voz muy conocida para mí, era mi antiguo amor.

Voltee a verla, no había cambiado en nada seguía siendo hermosa-Mujer, tanto tiempo sin verte, creí que nunca regresarías-hablaba emocionada mientras me abrazaba.

-Hola, Alejandra, un gusto. Pues ya ves que dicen que, uno siempre regresa a donde fue feliz-bromee cuando nos separamos, no recuerdo que haya sido muy feliz en este lugar, pensé.

-Quizás esa frase tenga sentido. ¿Cómo has estado? De apariencia dejame decirte que te ves fenomenal, el cabello corto te sienta de maravilla-aduló

Había decidido a hacer un pequeño cambio de look, cabello más corto y ondulado.

-Cerrando ciclos-respondí tratando de mantener mi postura seria, hasta que ella empezó a reírse y no pude evitar a hacer lo mismo.

-Que graciosa has vuelto. ¿Te apetece un café? Así conversamos más tranquilas-ofreció señalando la cafetería.

-No sé si sea buena idea-no quería que Marcela me viera con Alejandra y mal interpretara todo.

-¡Hey! Cómo me dejas así botada, casi me multan por tu culpa-llegó que echaba chispas de coraje, Camila.

-Perdona, no pensé en lo que hacía- respondí.
Querías verla respondió mi mente.

-Hola, Camila me da gusto verte otra vez.

-Disculpame, Ale, por estar gritándole a esta loca no me fijé en tí-se acercó y le dio dos besos como saludo.

-No pasa nada. Andrea tenía apuros por tomarse un café, creo-contestó muy sonriente. La odio.

-Me antojaron, de este lugar lo que más he extrañado es el café, me uno vamos por ello.

-Vayan ustedes, yo debo ir al departamento primero-mencioné, no me sentía preparada para verla de nuevo tan rápido.

-Pero Andrea tú...-la vi duramente- está bien, toma las llaves. De seguro Alejandra no tendrá inconveniente de llevarme luego-le sonrió coquetamente.

-Ni más faltaba, yo te llevo a donde desees-contestó con una gran sonrisa, tan amable como siempre.

Me despedí de ellas, fui al auto para dirigirme a mi antiguo departamento, quería ver como se encontraba, maneje sin prestar mucha atención a las calles, ni al parque en el cual la pelirroja me había regalado un helado de chocolate, fue inevitable no sonreír por aquel recuerdo.

Cuando estacioné frente al edificio vi algunos cambios que habían hecho, nada mal, hace mucho tiempo que lo necesitaba.
Subí en el ascensor hasta donde se encontraba mi departamento, abrí la puerta y grata sorpresa que me llevé se encontraba en perfecto estado, muy limpio. Escuché que tocaron la puerta, me dirigí hasta ella para saber de quien se trataba.

-Señorita Andrea, que gusto tenerla por aquí de nuevo-saludó afablemente el conserje-El recepcionista me dijo que había llegado y quise venir a ponerme a sus ordenes.

-Hola, Ricardo, que amable. Por ahora no necesito nada, bueno sí, que los vecinos no vayan a causar daños-molesté.

-No se preocupe, ya hace un año que no viven aquí. Ahora tiene una nueva vecina es un amor de persona-hablaba alegremente.

-Espero que sea así, quiero vivir tranquilamente. Bueno, lo dejo porque debo de instalarme.

-Claro, bienvenida nuevamente.

Asentí y cerré la puerta, tener nueva vecina me era irrelevante.
Fui a mi habitación a dejar la maleta. Debía cambiar las sábanas de la cama tanto tiempo sin usar, comprar comida, tenía muchas cosas por a hacer y no pensar tanto en Marcela eso era lo primordial.

Tendrá el mismo número, seguirá con Daniela, o saldrá con otra persona; dejar de pensar en ella ocupandome en otras actividades no estaba funcionando.

Maldición

Después de instalarme. Decidí salir a comprar comida, no soy tan buena cocinera pero debo tener lo indispensable para sobrevivir.
Por suerte tenía un lugar cercano, hice las compras y regresé de inmediato.

En la noche volvería a mi club, tanto tiempo ausente, tenía que retomar las riendas del lugar. Aunque sé que Camila hizo un gran trabajo en las veces que venía a inspeccionar, ella conocía muy bien el negocio, además que también se convirtió en socia velaba por nuestros intereses.

Entrando la noche tomé mi bolso era hora de ir. Cerré la puerta, comencé a buscar mi celular en el bolso mientras caminaba hacia el ascensor cuando tropecé con alguien, haciendo que mi bolso cayera, lo que me faltaba.
Me agache a recogerlo sin ver al estúpido que me golpeó, la otra persona también hizo lo mismo, nuestras manos se rozaron.

-Mil disculpas venía distraída-alce la mirada al reconocer a aquella voz que se disculpaba.

-Marcela-titubee al pronunciar su nombre, no podía creerlo. Alzó su cabeza rápidamente y vi aquellos ojos azules que me hipnotizaban.
Al frente mío estaba la mujer que amaba pero que tardé mucho tiempo en enterderlo, aquella mujer que siempre estuvo para mí en todo momento, porque sí, siempre fue ella, la mujer de mi vida.

Fin...

De este capítulo 🤣

¡Andrea y Marcela es real!

Hola criaturitas del señor, espero hayan tenido unas felices fiestas, que se encuentren bien, que estén yendo al gym 😂 en fin.

Nuevo capítulo, espero les guste y voten o comenten si desean.

Besos

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora