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Se levantó al igual que yo, mi corazón latía muy fuerte, quería hablar pero no sabía que decirle.

—Andrea—mencionó tímidamente.
—Marcela—respondí—¿Qué haces aquí?—pregunté lo primero que se me vino a la mente.

—Aquí vivo desde hace algún tiempo—no esperaba aquella respuesta.
Señaló el departamento y estaba frente al mío, así que ella era la vecina que mencionó Ricardo.

—Que sorpresa. Yo vivo al frente tuyo—comenté. Ella sólo sonrió.
Maldita sea, tenía un diálogo preparado para este momento y de repente mi mente está en blanco, le debo parecer una tonta.

—Disculpame por haberte golpeado, no creas que es costumbre mía hacerlo—en aquel momento recordé nuestro primer encuentro — veo que ibas de salida, no quiero interrumpirte— pasó por mi lado y sin pensarlo agarré su mano.

—No, yo sé que tu debes odiarme por dejarte de esa manera, y lo entiendo, en ese momento sentí que era lo mejor, yo no tenía nada estable que ofrecerte, y que— comencé a hablar sin parar hasta que ella colocó su dedo en mis labios.

Me ofreció una sonrisa que me derritió por completo

—No debes disculparte por pensar primero en ti. Entiendo lo que hiciste, está bien si no querías volver a saber de mí —negué repetidamente.

Tomé sus manos entre las mías.

—Yo quería estar bien por mí y para ti, aquel día te vi con Daniela, admito que me dolió ver su beso—se sorprendió cuando lo mencioné—pero eso me ayudó a entender lo que sentía por ti, y que también necesitaba ayuda, por eso decidí en ese instante marcharme.
Si te veía para despedirme no creo que hubiera sido capaz de irme —confesé.

—Comprendo, lo del beso no es lo que te imaginas con Daniela quedó todo claro, nos hemos mantenido como amigas—escuchar aquello me devolvió el alma al cuerpo, quise gritar de la emoción, pero solo sonreí disimuladamente.

—Entonces tú sigues ah soltera —solté la pregunta.

—No—respondió únicamente.

Mi alma había vuelto pero ahora mi corazón se había partido en dos.

Asentí tristemente, después de dos años era justo que tuviera alguien en su vida.

—No estoy soltera, porque mi corazón ya ha estado ocupado esperando a que regrese el amor de mi vida—admitió.

La miré fijamente, se formó un nudo en mi garganta, mientras sentía que lloraría en cualquier momento me acerqué de a poco, coloqué mi mano en su mejilla, había extrañado tanto su cercanía, su piel al contacto con la mía. Cerró sus ojos sin dejar de sonreír sintiendo mis caricias en su rostro, detallé cada parte, sus pecas que habían incrementado, sus labios...

—Me muero por besarte—susurré muy cerca de ellos, cerré la nula distancia que existía entre las dos, rozando muy suavemente sus cálidos labios. Experimenté un sin fin de sensaciones en aquel casto beso como si fuese el primero; de a poco la necesidad por tener más aumentó la presión en ellos, comencé a explorar su boca con mi lengua mientras ella acariciaba mi rostro, con una mano la pegué más a mi cuerpo, quería sentirla fundida a mí.

En un momento de raciocinio me di cuenta que si no me detenía le haría el amor en el pasillo del edificio. A mi pesar me alejé de ella, nuestras respiraciones estaban muy agitadas, sentía mis labios calientes aunque no era lo único que se encontraba así.
Volví a acercarme esta vez junté mi frente a la suya, trataba de tranquilizarme.

—Te quiero Marcela, no, te amo, todo este tiempo solo tú has estado en mi mente, en mi corazón, siempre fuiste tú, tú la mujer de mi vida, mi pelirroja.

La volví a besar, quería transmitirle todo el amor que he guardado y ahora estaba preparaba para brindarle.
"Te amo, te amo, te amo" eran las palabras que pronunciábamos cada vez que nos separábamos para tomar un poco de aire.

—Vamos al departamento—jadee, entre beso y beso, no quería dar un espectáculo pornográfico lésbico a los vecinos.

El negocio podía esperar, ahora tenía algo mucho más importante que hacer. Entramos a mi departamento, quedamos frente a frente sonriendo, ya no habían dudas, lo queríamos las dos, haríamos el amor por primera vez.

Empecé a besarla, mientras acariciaba su rostro, mis besos continuaron por su cuello besando cada centímetro de su piel, mientras que ella empezaba a desabotonar mi camisa, cuando terminó me liberó de esa prenda dejando mi sujetador a la vista. Yo continuaba con los besos por sus mejillas, tomé sus labios entrando con mi lengua en su interior a lo que ella respondía con gemidos que me encendían más.
Sentí como también se deshizo de mi sujetador estaba descubierta en la parte superior, tomó el mando y comenzó a besar mi cuello, alternando con lamidas que empezaban a repercutir en mi centro, descendió un poco besando entre mis pechos, tomó uno de mis pezones entre sus dientes mordiendo lo justo para que me retorciera de placer, hizo lo mismo con el otro.

La tomé del rostro para volver a besarla, no tenía suficiente de ella. Retiré su blusa y sujetador, necesitaba que nuestros cuerpos desnudos se tocaran. Continuamos con los besos pero esta vez en la cama, yo encima de ella, terminé de retirar las últimas prendas que le quedaban, me deleite observando todo su cuerpo como si fuese una de las obras de arte más valiosas y para mi lo era.

Coloqué una de mis piernas entre las de ella, haciendo fricción con su centro que ya se encontraba húmedo al igual que el mío, empezó a moverse en un vaivén sin dejar de gemir, mi boca se encontraba succionando uno de sus pezones; escucharla y sentirla me harían venirme en cualquier momento...

Confieso que estuve apunto de llorar... bueno lloré, no sé este par me gusta 🥺

Capítulo de fin de semana para ustedes, espero lo disfruten.

Debería dejarlo ahí o detallo su primera vez 🤔👀 ¿qué dice el pueblo?🔥

Me pueden seguir en IG: may.c93 si desean interactuar, ahí está la portada de la nueva historia.

¡Besos!

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora